Rigoberta Menchú, premio nobel de la paz, recibe la nacionalidad mexicana; así ha sido su lucha por los derechos humanos

El canciller Juan Ramón de la Fuente reconoció la trayectoria de la activista guatemalteca

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Rigoberta Menchú se naturalizó como
Rigoberta Menchú se naturalizó como mexicana el 16 de julio pasado. | SRE

Rigoberta Menchú, activista y Premio Nóbel de la Paz originaria de Guatemala, recibió esta semana su carta de naturalización como mexicana, por parte del gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, a través de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE).

La SRE informó que le entregó la carta a la activista el 16 de julio pasado, en una privada y corta reunión entre Menchú y el canciller, Juan Ramón de la Fuente, en representación de la presidenta Sheinbaum.

En su cuenta de Instagram, la dependencia publicó dos fotografías sobre la reunión, durante la cual Juan Ramón de la Fuente le expresó su reconocimiento por la lucha que ha realizado desde hace décadas a favor de los derechos humanos y de los pueblos indígenas.

“En la sede de la Secretaría de Relaciones Exteriores, el canciller Juan Ramón de la Fuente recibió, a nombre de la presidenta Claudia Sheinbaum, a Rigoberta Menchú, Premio Nóbel de la Paz 1992, a quien entregó su carta de naturalización la cual la acredita como mexicana.

“Durante el encuentro, el canciller reconoció la trayectoria de su lucha en defensa de los derechos humanos y de los pueblos indígenas, así como sus aportaciones a la vida académica en distintas universidades en México y el mundo”, se lee en la publicación.

La SRE publicó fotografías del
La SRE publicó fotografías del momento en que entregó la carta de naturalización. | SRE

¿Quién es Rigoberta Menchú?

Rigoberta Menchú nació en 1959 en Chimel, municipio de San Miguel Uspantán, Departamento de El Quiché, Guatemala, en una familia indígena de origen campesino.

De acuerdo con su semblanza publicada en la página del Premio Nóbel, desde joven se implicó en movimientos sociales ligados a la Iglesia Católica, destacándose en la defensa de los derechos de las mujeres.

Estas actividades llevaron a su familia a enfrentar persecución política; su padre fue encarcelado y torturado, luego se incorporó al Comité de la Unión Campesina (CUC), organización a la que Rigoberta también se sumó.

Entre 1979 y 1981, sufrió la pérdida de varios familiares a manos de las fuerzas militares, incluyendo su padre, su hermano y su madre, víctimas de actos violentos de represión. A raíz de estas experiencias, intensificó su activismo y aprendió otros idiomas además del quiché.

La Nobel de la Paz,
La Nobel de la Paz, la guatemalteca Rigoberta Menchu, habla este viernes en la XIX Cumbre Mundial de Premios Nobel por La Paz, en la ciudad de Monterrey (México). EFE/ Miguel Sierra

En 1981, para resguardar su vida, se exilió en México, desde donde continuó su trabajo de resistencia y defensa de los derechos indígenas, participando en la creación de organizaciones opositoras como la RUOG.

En 1983 relató su historia a Elisabeth Burgos Debray, dando origen al libro “Yo, Rigoberta Menchú”. Posteriormente, formó parte de la dirección del CUC y colaboró en producciones cinematográficas sobre el sufrimiento del pueblo maya.

Aunque ha retornado esporádicamente a Guatemala, las amenazas en su contra la han mantenido en el exilio. Su activismo la posicionó como referente en la defensa de los derechos indígenas a nivel internacional, recibiendo reconocimiento y premios.

El 10 de diciembre de 1992 recibió el Premio Nobel de la Paz, convirtiéndose así en la primera indígena, y en la más joven, en recibirlo. Con el dinero instituyó la Fundación Vicente Menchú, cuya misión es contribuir a recuperar y enriquecer los valores humanos para la construcción de una ética de paz mundial, a partir de la diversidad étnica, política y cultural de los pueblos del mundo.

Así, a través de la fundación ha desarrollado diversas iniciativas y estrategias para responder a las demandas de los pueblos originarios de Mesoamérica en el área educativa.

Entre estas iniciativas se encuentra el Diagnóstico de la Realidad Educativa de los Pueblos Indígenas de la Región Mesoamericana, donde se consultó a 174 comunidades de la región con respecto a su realidad y demandas educativas. Como gran resultado de la iniciativa se logró el desarrollo de programas de profesionalización a maestros indígenas del área rural.

Actualmente, Rigoberta Menchú sigue luchando para promover el diálogo y la justicia social en Guatemala y persiste en la búsqueda de alternativas para reforzar la participación activa de los pueblos indígenas en la toma de decisiones sobre sus necesidades y sus derechos.

Asimismo, es integrante activa de la Iniciativa de Mujeres Premio Nobel de Paz (de la cual es cofundadora) y de la Fundación Peace Jam, así como miembro fundadora de la Asociación Política de Mujeres Mayas.