CLUBZ y Chet Faker encendieron el Antiguo Hotel de Reforma: así fue la segunda edición de Heineken Afterwork

Una noche de ritmos envolventes, luces vibrantes y energía que convirtió el jueves en celebración pura

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Heineken Afterwork 2025 apuesta por
Heineken Afterwork 2025 apuesta por CLUBZ y Chet Faker en CDMX. (Instagram)

Por fuera, el Antiguo Hotel de Reforma guarda su fachada como quien protege un secreto. Miles de chilangos lo cruzan sin mirar, sin saber que detrás de esos muros sobrios, esa noche del 17 de julio, aguardaba una experiencia que convirtió el after office en una celebración de luz, música y cuerpo en movimiento.

La segunda edición del Heineken Afterwork prometía una desconexión con estilo, y cumplió. Desde la entrada —a pasos del Metrobús París—, el bullicio de Reforma se desvanecía.

Pasada edición del Heineken Afterwork.
Pasada edición del Heineken Afterwork. (Cortesía)

En su lugar, luces verdes bañaban las paredes, danzando con destellos púrpura y neón. El interior del hotel, usualmente cerrado al ojo público, se transformó en una atmósfera íntima y a la vez expansiva, como si cada rincón estuviera diseñado para dejar atrás la rutina y sumergirse en una noche sin tiempo.

En la planta baja, el área de DJ marcaba el pulso del encuentro. La pista de baile —libre, diversa, eufórica— era un caleidoscopio de pasos, abrazos y miradas cómplices. Algunos con cerveza en mano, otros explorando la zona de tatuajes o esperando la repartición de playeras exclusivas —que, puntuales, aparecieron a las 11 en punto como recompensa para quienes resistieron el ritmo temprano de un jueves nocturno.

CLUBZ. (Instagram)
CLUBZ. (Instagram)

CLUBZ salió a escena sin demoras, y con ellos, el inicio de un viaje sonoro. Coco Santos y Orlando Fernández tomaron el control con la cadencia nostálgica.

No necesitaron discursos grandilocuentes: su música hablaba en sintetizadores suaves, beats precisos y letras que coreaban quienes bailaban sin miedo a sudar el estrés de la semana.

Entre los asistentes se mezclaban fashionistas, melómanos y curiosos que sabían que lo bueno no espera al viernes. Todos compartían el mismo gesto: esa sonrisa medio cómplice, medio asombrada, de quien descubre un tesoro escondido en plena ciudad.

Heineken Afterwork Vol. 1. (Cortesía)
Heineken Afterwork Vol. 1. (Cortesía)

Chet Faker no necesitó presentación. Bastó que su vibra hipnótica se filtrara entre la penumbra para elevar el ambiente. Con sus bases electrónicas y su R&B elegante, el australiano selló la noche como si cada nota tejiera un refugio donde solo existían el presente y el beat.

Heineken Afterwork no solo fue un evento: fue una postal fugaz de lo que pasa cuando la ciudad se rinde al placer de escuchar, bailar y brindar con estilo. Y lo mejor: apenas es la segunda edición.