Las dudas sobre la muerte de Amado Carrillo Fuentes: amigo de “El Señor de los Cielos” rompe el silencio

A 28 años de su presunta muerte, el misterio sobre el destino de Amado Carrillo Fuentes sigue vigente

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Amado Carrillo Fuentes, a 28
Amado Carrillo Fuentes, a 28 años de su muerte. (Reddit)

Amado Carrillo Fuentes, conocido en el mundo del narcotráfico como “El Señor de los Cielos”, murió oficialmente tras someterse a una cirugía plástica en 1997, pero el misterio sobre su deceso persiste hasta hoy.

Las dudas son tantas que incluso un amigo cercano, quien convivió con él durante años, confiesa no estar seguro de que realmente haya muerto. Su testimonio, acompañado de relatos y detalles inéditos de la vida del capo, vuelve a abrir la incógnita sobre el destino final de uno de los narcos más poderosos de México.

En diciembre de 2023, el canal de YouTube Margarito Music Oficial publicó un video en el que mostraron la casa donde creció Amado Carrillo Fuentes, en un pequeño pueblito conocido como Revolcadero, ubicado en el municipio de Badiraguato, en Sinaloa.

El hombre pasó su juventud
El hombre pasó su juventud en el Revolcadero. (Archivo Infobae)

Al llegar al sitio, los youtubers se encontraron con un hombre de nombre Sósimo, quien dijo ser un amigo cercano que convivió y trabajó con él durante años. En la grabación, Sósimo narra detalles inéditos sobre la vida del capo y manifiesta sus dudas sobre la versión oficial de su muerte.

Un origen humilde en Revolcadero

Amado Carrillo Fuentes nació en el municipio de Navolato, Sinaloa, pero fue en Revolcadero donde vivió desde los 12 hasta los 22 años. Según el testimonio de Sósimo, Revolcadero es un ranchito con no más de 70 casas, muchas ya abandonadas, y fue ahí donde “El Señor de los Cielos” pasó parte de su juventud, antes de convertirse en una de las figuras más poderosas del narcotráfico en México.

“Fuimos amigos aquí del rancho. Él vivió aquí desde que tenía como doce años hasta los veintidós. Ya estaba grandecito cuando se vino, porque él nació en un ranchito cerquita que se llama La Huerta y de ahí se vino para acá con mi compadre, que era su hermano. Aquí vivían ellos”, narró.

El examigo del capo narró que Revolcadero alguna vez fue un lugar con vida y trabajo, pero hoy enfrenta abandono, la tierra seca y la falta de agua han destruido la agricultura, la principal fuente de sustento de las familias.

Sósimo, el hombre que asegura
Sósimo, el hombre que asegura fue amigo de "El Señor de los Cielos". (Captura de pantalla)

“Antes, sembrar era un buen negocio. Vendíamos un kilo de goma a 25 mil pesos, ahora dan 4 mil, se acabó el negocio y el agua también,” explica el hombre, quien también reconoce que se dedicó a producir droga.

La vida antes y después de la fama

Sósimo, amigo y compañero durante aquellos años, lo describe como un hombre humilde en sus inicios y cambiante tras el poder.

“El señor Amado Carrillo era muy buena gente con la gente del pueblo. Cuando era pobre era buena gente. Después que se hizo rico, nos ayudó mucho. Conviví con él, hasta que se murió”, aseguró.

Durante su vida en Revolcadero, cuenta Sósimo, Amado Carrillo se casó por primera vez con Candelaria Leyva Cárdenas, la única esposa que Sósimo menciona con certeza. Más adelante vinieron otras, como Sonia, y muchas relaciones que en su mundo parecían comunes: “Usted sabe que una gente de esas todos los días se casan”.

El misterio de la muerte: las dudas que persisten

El enigma más grande que rodea a Amado Carrillo Fuentes es, sin duda, su muerte. Oficialmente, falleció el 4 de julio de 1997 en el Hospital Santa Mónica de la Ciudad de México, tras una cirugía plástica para cambiar sus facciones y evitar ser capturado.

Sin embargo, el amigo cercano cuestiona esta versión con base en detalles que él mismo pudo comprobar: “Estuve presente en el velorio, sí señor. Se duda mucho de que si murió o no murió: yo también lo dudo”, subrayó.

Casa en la que "El
Casa en la que "El señor de los cielos" habría pasado su adolescencia. (Captura de pantalla/YouTube)

El veterano hombre explicó que le faltaban rasgos característicos, como un mechón blanco y una cicatriz que se había hecho en la mano de un día que supuestamente se emborrachó y se cayó a un arroyo.

Otro detalle clave, según él, fue el tono de piel. “El señor Amado era blanco, y el que vimos en el ataúd era moreno”, dijo. De igual forma, mencionó que para la cirugía facial le tuvieron que rasurar el bigote, pero el cadáver conservaba el suyo intacto, algo que no le hacía sentido.

Estas contradicciones alimentan la teoría de que el narcotraficante fingió su muerte, posiblemente con la complicidad de médicos o para evitar la persecución de la DEA y de sus enemigos. Sósimo se suma a quienes dudan de la versión oficial y afirma que el misterio aún está abierto.

El amigo revela que trabajó junto a “El Señor de los Cielos” durante años, pero nunca en actos violentos, sino en la logística, recogiendo mercancías en los desiertos y apoyando en el negocio del narcotráfico.

Reconoce que estuvo preso dos años en Morelia, Michoacán, por esos mismos asuntos, y que fue el capo quien lo ayudó a salir: “Cuando yo salí de la cárcel, él ya no estaba, ya se había ido para Guatemala. A mí nada más me esperaban para darme los papeles y arreglar para irme para allá también, él me iba a llevar, pero ya no se pudo”, contó.

(Archivo Infobae)
(Archivo Infobae)

El funeral de Amado Carrillo Fuentes, conocido como El Señor de los Cielos, se llevó a cabo el 10 de julio de 1997 bajo un fuerte operativo policiaco y militar.

Sus restos fueron trasladados desde la Ciudad de México hasta el aeropuerto de Culiacán, y luego llevados de forma discreta a la comunidad de El Guamuchilito, en el municipio de Navolato, Sinaloa.

El cortejo evitó la entrada principal del panteón y usó un acceso secundario para esquivar a la prensa. A las afueras del cementerio se reunieron decenas de periodistas, mientras que en el interior, familiares y allegados despidieron al capo entre narcocorridos y vigilancia militar. Posteriormente, el cuerpo fue incinerado en la funeraria municipal de Navolato, donde algunos reporteros fueron amenazados para evitar que tomaran fotografías.