¿Qué es el pepino de mar y para qué sirve?

Este equinodermo enfrenta amenazas originadas por la sobrepesca y la necesidad de manejo responsable

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El pepino de mar es
El pepino de mar es un equinodermo clave para la salud de los ecosistemas marinos mexicanos. (EFE/Parque Nacional Galápagos)

El pepino de mar pertenece al grupo de los equinodermos, animales marinos que también incluyen a las estrellas y erizos de mar. Se caracteriza por tener un cuerpo alargado, blando y flexible.

Su nombre científico varía según la especie, resaltando entre ellas el Isostichopus fuscus (paciente del Pacífico) e Isostichopus badionotus (Caribe). Se distribuye ampliamente en los océanos tropicales y subtropicales, incluyendo tanto las aguas mexicanas del Golfo de México y Caribe como las del Pacífico.

Estos organismos desempeñan un papel ecológico de suma importancia, pues su dieta se basa en consumir detritos y materia orgánica depositada en los sedimentos marinos.

Esta actividad limpia el fondo del mar, favorece el proceso de reciclaje de nutrientes y mejora la oxigenación del sustrato. Por lo tanto, los pepinos de mar contribuyen a mantener la salud general de los ecosistemas marinos, especialmente en los arrecifes de coral.

Importancia en México

El consumo de pepino de
El consumo de pepino de mar en Asia impulsa su exportación desde México, donde es poco consumido localmente. (Wikimedia Commons)

En México, la especie Isostichopus fuscus gana relevancia económica y social, gracias a su alta demanda internacional, principalmente en el mercado asiático. Su aprovechamiento comenzó a tomar fuerza desde finales de la década de 1980, haciendo del pepino de mar uno de los productos marinos más preciados para exportación.

Se le considera un alimento exótico, asociado con beneficios para la salud y propiedades afrodisíacas y nutricionales en la cultura asiática, en especial en China. sin embargo, el rápido incremento en su explotación condujo a una fuerte presión sobre las poblaciones salvajes, originando problemas de sobrepesca.

Las autoridades mexicanas, por medio de instituciones como la Comisión Nacional de Acuacultura y Pesca (CONAPESCA) y el Instituto Mexicano de Investigación en Pesca y Acuacultura Sustentable (IMIPAS), han implementado regulaciones que incluyen vedas temporales y permanentes en ciertas regiones, el establecimiento de tallas mínimas de captura, así como programas de manejo y monitoreo de las poblaciones.

Además, el pepino de mar es ampliamente valorado en la gastronomía internacional, pero poco consumido en México. Se exporta casi en su totalidad, ya sea deshidratado, congelado e incluso vivo, pues aporta bajos niveles de grasa, alto contenido proteico y minerales esenciales como calcio y magnesio.

En algunas culturas asiáticas, el pepino de mar se cocina en sopas y guisos, y su consumo se asocia a beneficios digestivos y de longevidad. Sin embargo, además del valor culinario, algunas investigaciones nacionales e internacionales han hallado que los pepinos de mar contienen compuestos biológicamente activos.

Entre ellos destacan azúcares sulfatadas, con potencial para inhibir enzimas relacionadas con el crecimiento de ciertos tipos de células cancerígenas. Estos hallazgos abren nuevas líneas de investigación médica y farmacéutica, aunque su uso clínico requiere de más estudios y evidencia, según el Instituto Mexicano de Investigación en Pesca y Acuacultura Sustentable de México.

Retos y protección

La sobrepesca y la presión
La sobrepesca y la presión comercial amenazan la sostenibilidad de las poblaciones de pepino de mar en México. (ELIZABETH RUIZ /CUARTOSCURO| Archivo)

El pepino de mar ocupa una posición relevante en la interacción entre conservación ecológica, desarrollo económico y la cultura alimentaria global. El conocimiento sobre su biología, manejo y valor agregado seguirá evolucionando en los próximos años.

Sin embargo, hasta el momento México enfrenta el reto de mantener el equilibrio entre el aprovechamiento y la conservación de estos equinodermos, velando por la salud de sus ecosistemas marinos y la permanencia de un recurso apreciado en el ámbito internacional.

La sobreexplotación representa la principal amenaza para la sostenibilidad de los pepinos de mar en las costas mexicanas. Las autoridades han respondido con vedas estacionales y permanentes en regiones donde las poblaciones enfrentan mayor riesgo.

Por ejemplo, en Yucatán y Baja California Sur se han establecido temporadas restringidas para la pesca, y en julio de 2022 se decretó una veda permanente en ciertas zonas tras detectar una disminución significativa de las capturas y del tamaño de los ejemplares, de acuerdo con información publicada por la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural.

Frente a esta situación, México impulsa la acuacultura sustentable como alternativa para abastecer la demanda nacional e internacional sin comprometer la existencia de estas especies en los ambientes naturales.

El desarrollo de criaderos especializados permite controlar la reproducción, crianza y engorda de pepinos de mar, contribuyendo a la recuperación de las poblaciones silvestres y a la generación de empleos en comunidades costeras.