Priscila Valverde: estas son las red flags y green flags de la octava habitante de La Casa de los Famosos México 3

En un reality donde cada gesto puede volverse titular, Priscila Valverde se planta con tacones de reina y la seguridad de quien ha conquistado pasarelas internacionales.

Este miércoles, su nombre fue confirmado como la octava participante de La Casa de los Famosos México 3, que abrirá sus puertas el 27 de julio por Las Estrellas.

La entrada de una reina de belleza a este formato no solo rompe con la tradición del casting, sino que introduce una nueva dinámica: la de alguien acostumbrada a brillar, pero también a sobrevivir en entornos altamente competitivos.

“Bellezas hay muchas”, afirmó sin titubear durante su presentación. “Estoy muy emocionada porque es la primera vez que hay una reina de belleza en La Casa de los Famosos México, y vengo a poner en alto el nombre de las miss”. Con esta frase, Priscila dejó claro que su estancia en el reality no será decorativa: entra a marcar territorio.

Con apenas 24 años, esta modelo guerrerense ha demostrado que la belleza puede tener dirección y propósito. Su 1.80 m de estatura la llevó a las ligas mayores del modelaje: fue segundo lugar en el certamen Top Model of the World 2020 y recientemente representó a su estado natal en Miss Universo México 2024.

Pero más allá del maquillaje y las coronas, Priscila muestra una personalidad que desafía estereotipos y que, desde ya, promete encender tanto simpatías como polémicas.

La influencer reveló sin filtro sus red flags y green flags, las cuales son confesiones que más de uno anotará antes de cruzarse con ella en la casa.

“Tengo mala memoria, me la paso cantando y no soy nada buena en eso”, dijo entre risas. Y aunque podría parecer una respuesta ligera, revela una clave: Priscila no pretende fingir perfección, pero sí controlar la narrativa.

En contraste, al hablar de sus virtudes, soltó una advertencia camuflada: “me llevo súper bien con todos… si cooperan, solamente si cooperan”.

Su frase no deja lugar a dudas: la convivencia no será pasiva. La armonía dependerá de acuerdos tácitos y de saber leer el lenguaje no verbal de quien, desde la primera gala, ya está en modo estrategia.

Cuando se le preguntó qué lado suyo mostrará dentro del encierro, la respuesta fue tan directa como su estilo.

“Yo vendo una fantasía en Instagram, pero no crean que por estar en la casa me voy a descuidar y me van a ver en fachas, jamás”. Priscila no tolerará descuidos ni cederá su imagen al azar. Sabe que cada segundo frente a la cámara es capitalizable y que el descuido no suma seguidores.

Su mayor temor, sin embargo, lo dejó entrever con una dosis de vulnerabilidad que podría conectar con el público: “mi mayor miedo es que no sé cómo ir al baño sin tener privacidad”. Una frase sencilla, pero reveladora en un formato donde incluso lo más íntimo se vuelve contenido.

Finalmente, compartió la filosofía que guía sus pasos: “haz el bien sin mirar a quién”. Una máxima que podría chocar o combinar con las reglas implícitas del juego, donde a veces, hacer el bien tiene consecuencias estratégicas inesperadas.

Priscila Valverde no llega a La Casa de los Famosos México solo para ser observada. Llega a medirse y, sobre todo, a dominar con sutileza. De las pasarelas al reality, su misión ahora será otra: sostener el glamour sin perder la autenticidad. Porque cuando una reina entra a escena, todo el guion puede cambiar.