El Servicio Sismológico Nacional reportó en su informe matutino del 13 de julio de 2025 una serie de sismos de baja y mediana magnitud ocurridos durante la madrugada y primeras horas del día en distintos puntos de la República Mexicana.
Los temblores registrados tuvieron magnitudes entre 2.7 y 4.0, siendo percibidos principalmente en zonas sísmicas del Pacífico mexicano. Uno de los sismos más fuertes fue de magnitud 4.0 y ocurrió a 103 kilómetros al sureste de Salina Cruz, Oaxaca, a una profundidad de aproximadamente 25 kilómetros. Otro sismo relevante se registró cerca de Puerto Vallarta, Jalisco, con magnitud 3.9 a 102 kilómetros al suroeste de esa ciudad.
Otros eventos destacaron por su frecuencia en entidades como Oaxaca, Guerrero, Michoacán, Chiapas, Baja California y Veracruz. Los sismos en estas regiones, la mayoría con profundidades entre 5 y 100 kilómetros, no alcanzaron intensidades que representen riesgo grave para la población, pero confirman la actividad sísmica habitual en el país.
Las localidades con mayor actividad durante la jornada incluyen: Acapulco, San Marcos, Río Grande, Matías Romero, Coalcomán, Nuevo San Juan Parangaricutiro, Tapachula, Ometepec, Pinotepa Nacional y Santa Rosalía.
En lenguaje sencillo, estos datos indican que la Tierra sigue teniendo movimientos bajo la superficie en varias partes de México, principalmente en zonas cercanas a la costa del Pacífico y en regiones sísmicas habituales. Los temblores fueron moderados, la mayoría apenas perceptibles para los habitantes y sin reportes de daños. Este tipo de reportes ayuda a monitorear y comprender el comportamiento natural del territorio nacional, permitiendo a las autoridades y la población estar prevenidos.
México es un país con alta actividad sísmica debido a su ubicación entre varias placas tectónicas, como la de Cocos, la del Pacífico y la de Norteamérica. Esto provoca frecuentes temblores, especialmente en zonas como la Ciudad de México, Oaxaca y Guerrero.
En caso de sismo, es importante mantener la calma, alejarse de ventanas y objetos que puedan caer, y ubicarse en zonas seguras como bajo una mesa resistente, en la formación de un “triángulo de la vida” o junto a un muro de carga. Después del sismo, revisa posibles fugas de gas, electricidad o agua, y sigue las indicaciones de protección civil o autoridades locales.