La isla a pocos kilómetros de Acapulco que se disputaron México y Francia: una historia de tragedia y olvido

A más de mil kilómetros de la costa, este atolón fue el escenario de la última pérdida territorial mexicana en el siglo XX

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Clipperton, la isla disputada entre
Clipperton, la isla disputada entre México y Francia, es hoy un territorio francés deshabitado y olvidado. (WikiCommons/Shannon Rankin)

Poco conocida y aún menos explorada, Clipperton, también llamada Isla de la Pasión, es un rincón cuya historia parece sacada de una novela de supervivencia y geopolítica. Ubicada a poco más de mil kilómetros al suroeste de Acapulco, esta isla coralina es hoy un territorio de ultramar francés. Sin embargo, su relación con México es profunda y trágica, caracterizada por disputas internacionales y decisiones arbitrales que culminaron en la pérdida de soberanía nacional sobre uno de los últimos territorios insulares del país.

Durante siglos, Clipperton pasó inadvertida por su clima hostil, su escasa superficie habitable de apenas 1.7 kilómetros cuadrados y su lejanía del continente. No obstante, a finales del siglo XIX, su riqueza en guano, un fertilizante natural altamente valorado en la agricultura, atrajo el interés de Francia. Aprovechando la falta de presencia mexicana en la zona, el gobierno francés declaró su posesión del atolón sin mayores obstáculos.

Así, el caso Clipperton representa una de las historias más dramáticas de colonización fallida en el Pacífico mexicano, con un desenlace trágico en el que, actualmente, la isla no es un destino turístico ni un punto estratégico relevante, sino una reserva ecológica poco accesible, visitada solo con fines científicos.

De colonia novohispana a posesión francesa

Boceto de Clipperton (1899) basado
Boceto de Clipperton (1899) basado en una fotografía de J.T. Arundel. Publicado en el Boletín del Museo de Zoología Comparada de Harvard College. (WikiCommons/Flickr)

De acuerdo con la revista especializada en turismo Travesías Digital, Clipperton aparece en los mapas desde 1527, durante el periodo virreinal. Aunque formaba parte del vasto dominio de la Nueva España, sus condiciones geográficas adversas hicieron que nunca se estableciera una ocupación formal, una situación que se mantuvo tras la Independencia de México, que continuó considerando al islote como parte de su territorio, aunque sin tomar acciones para protegerlo o aprovechar sus recursos.

En contraste, Francia inició expediciones al atolón al identificar su valor comercial como fuente de guano. Al no encontrar señales de presencia mexicana, declaró su soberanía sobre la isla el 17 de noviembre de 1858, presuntamente gracias al teniente francés Víctor Le Coat de Kerveguen.

Sumado a ello, según datos de la Fundación Alfredo Harp Helú de Oaxaca, el lugar era conocido también por las leyendas en torno a un tesoro escondido por el pirata John Clipperton, quien habría merodeado la zona, no obstante, debido a su ocupación ilícita, Inglaterra no pudo hacer ningún tipo de reclamo sobre la zona, detalla la revista México Desconocido.

Fue hasta 1908, durante el gobierno de Porfirio Díaz, que México reaccionó oficialmente enviando una pequeña guarnición encabezada por el general Ramón Arnaud, junto con soldados, sus familias y obreros, con la misión de proteger la soberanía nacional sobre el territorio.

Esta colonia, abastecida cada dos o tres meses desde Acapulco, logró establecerse de forma precaria en el terreno árido, sin embargo, el estallido de la Revolución Mexicana interrumpió el suministro de víveres y dejó a los ocupantes completamente aislados.

Con recursos limitados, los habitantes sobrevivieron a base de pescado, aves y cocos, pero la ausencia de fruta fresca provocó enfermedades como el escorbuto, además, las condiciones extremas derivaron en múltiples muertes por inanición, intentos fallidos de fuga y una creciente desesperación dentro del pequeño grupo.

Una historia de supervivencia y tragedia

Actualmente, Clipperton es una reserva
Actualmente, Clipperton es una reserva ecológica visitada solo por científicos, sin valor turístico ni económico. (Wikimedia)

Los últimos días de la colonia mexicana en Clipperton fueron desgarradores. Según Travesías Digital, únicamente sobrevivieron tres viudas, ocho niños y el guardián del faro, quien cayó en la locura y comenzó a abusar de las mujeres. El clima de violencia y desesperación culminó el 18 de julio de 1917, cuando una de las mujeres asesinó al hombre. Ese mismo día, de forma casi milagrosa, el buque estadounidense USS Yorktown apareció en las aguas cercanas y rescató a los supervivientes.

El abandono de Clipperton por parte del Estado mexicano y la dramática historia de sus últimos colonos avivaron el debate sobre la pertenencia legal del atolón. Finalmente, en 1931, un arbitraje internacional otorgó la soberanía a Francia, lo que representó la última pérdida territorial en la historia moderna de México. Desde entonces, Clipperton es considerado un territorio francés, aunque permanece deshabitado y sin valor económico o turístico aparente.

De acuerdo con la publicación, el lugar se ha convertido en un centro de investigación científica, visitado ocasionalmente por biólogos y oceanógrafos. Las olas son violentas, las tormentas frecuentes, y los restos del faro, junto a una placa de piedra con la leyenda République française, son las únicas huellas visibles de la historia humana. Según los reportes científicos, se pueden encontrar restos bélicos de la ocupación estadounidense en los años cuarenta y, tristemente, una gruesa capa de desechos plásticos arrastrados por las corrientes marinas, con los que las aves construyen sus nidos.