
En un hallazgo que podría reescribir parte de la historia maya, arqueólogos descubrieron la tumba de un antiguo gobernante identificado como Te K’ab Chaak, fundador de la ciudad de Caracol, una de las más grandes e influyentes del mundo maya. La noticia fue dada a conocer este jueves por The New York Times, tras el anuncio oficial de los investigadores.
El descubrimiento fue realizado por el equipo del Proyecto Arqueológico Caracol, liderado por los arqueólogos Arlen y Diane Chase, de la Universidad de Houston, en colaboración con el Instituto de Arqueología de Belice. Se trata de la primera tumba real en Caracol cuya identidad ha podido confirmarse con base en la correlación entre las inscripciones jeroglíficas y los objetos encontrados.
La tumba fue hallada en una estructura que ya había sido parcialmente excavada en 1993, pero fue reinterpretada recientemente con nueva tecnología y evidencia contextual.
El entierro data de alrededor del año 350 d.C., y contiene los restos de un hombre de edad avanzada, sin dientes, de aproximadamente 1.70 metros de estatura, acorde con el perfil de un alto dignatario maya del periodo clásico temprano.
Tesoros funerarios y confirmación de identidad
Dentro de la tumba se encontraron 11 vasijas cerámicas decoradas, piezas de jade, tubos de hueso tallado y una máscara funeraria fragmentada de jadeíta, que los investigadores planean reconstruir.
Las escenas representadas en las vasijas, incluyendo rituales y prisioneros, confirman su valor ceremonial y su relación con la élite gobernante.
Según The New York Times, el hallazgo de esta tumba es crucial porque permite por primera vez asociar físicamente a un gobernante con registros escritos en Caracol, lo que solidifica el papel de Te K’ab Chaak como figura fundacional de la ciudad.
Caracol y su papel geopolítico en Mesoamérica

El descubrimiento también aporta nueva luz sobre las conexiones de Caracol con otras potencias mesoamericanas.
En una tumba adyacente, los arqueólogos hallaron restos humanos incinerados y objetos relacionados con rituales similares a los practicados en Teotihuacán, lo que sugiere que Caracol ya formaba parte de redes interregionales antes del año 378 d.C., fecha clave en la historia maya por la llegada de emisarios teotihuacanos a Tikal.
Caracol, que alcanzó su apogeo con una población estimada en 180 000 personas, se extiende por más de 200 kilómetros cuadrados en la selva beliceña.
Durante más de 40 años, ha sido un sitio clave para el estudio del mundo maya, y este descubrimiento reafirma su importancia.
Próximos pasos: ADN y reconstrucción de piezas

El equipo investigador realizará análisis de ADN e isótopos para entender el linaje y la procedencia del gobernante.
También se reconstruirá la máscara funeraria y se preparan publicaciones académicas y conferencias, entre ellas una sobre las relaciones entre el mundo maya y Teotihuacán, programada para agosto.
Este hallazgo, reportado por The New York Times, representa un hito en la arqueología mesoamericana y abre nuevas líneas de investigación sobre la política, religión y expansión territorial de la civilización maya.
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