50% de quienes nacen pobres en México siguen siéndolo en la adultez

El informe “Movilidad Social en México 2025” confirma que la mayoría de quienes nacen en pobreza permanecen en la misma situación durante su vida

Guardar
Pobreza persistente: la mayoría de
Pobreza persistente: la mayoría de quienes nacen en hogares con bajos ingresos no logran ascender en la escala económica.

En México, la movilidad social es limitada y profundamente desigual, advierte el más reciente informe del Centro de Estudios Espinosa Yglesias (CEEY), titulado Movilidad Social en México 2025: La persistencia de la desigualdad de oportunidades. Los hallazgos son contundentes: 50 de cada 100 personas que nacen en hogares con bajos recursos económicos permanecen en esa misma condición durante la adultez.

El estudio, que analiza los cambios o estancamientos en la posición socioeconómica de las personas con respecto a su hogar de origen —específicamente al grupo de recursos económicos en que se encontraban a los 14 años de edad—, muestra que la mayoría de la población mexicana se queda atrapada en su nivel socioeconómico inicial. La posibilidad de escalar posiciones sigue siendo la excepción y no la regla.

Entre quienes logran algún ascenso desde el grupo más pobre, 28 de cada 100 apenas alcanzan el siguiente peldaño. Es decir, de 100 personas que nacen en el 20% con menos recursos económicos, 78 no logran superar el 40% con menores ingresos. Solo 2 de cada 100 personas que nacen en pobreza logran llegar al 20% más alto de la distribución.

Además, la desigualdad de género agrava el problema: el informe destaca que las mujeres tienen menores probabilidades que los hombres de mejorar su situación económica, incluso si nacieron en condiciones similares. También son más propensas a descender si provienen de hogares con altos ingresos.

Las mujeres enfrentan mayores obstáculos
Las mujeres enfrentan mayores obstáculos para mejorar su situación económica, incluso si provienen de hogares con más recursos. Foto: Propuestas Bicentenario

“Este problema se presenta tanto en la parte baja como en la parte alta de la distribución de recursos económicos. Lo anterior implica que la desigualdad de género opera independientemente del origen económico de las personas”, advierte el CEEY.

En el extremo opuesto de la escala, las oportunidades también se concentran. Entre quienes nacen en hogares del grupo 5 —es decir, el 20% con más recursos económicos—, 51 de cada 100 permanecen en esa posición toda su vida. Solo 1 de cada 100 desciende hasta el nivel más bajo.

Este fenómeno es conocido como persistencia intergeneracional, y significa que la condición económica se hereda, tanto en la pobreza como en la riqueza. El informe destaca que en ambos extremos, la probabilidad de que una persona permanezca en la misma posición socioeconómica que sus padres supera el 50%.

El estudio vuelve a poner sobre la mesa la urgente necesidad de políticas públicas enfocadas en reducir la desigualdad estructural y en ampliar el acceso a oportunidades reales de ascenso social, particularmente para las mujeres y los sectores más vulnerables.