¿Qué llevará en la maleta Olivia Collins para La Casa de los Famosos México 3?

La maleta de Olivia Collins no solo carga ropa y objetos personales. Lleva también su historia, su carácter, su experiencia en el medio y, sobre todo, una declaración de identidad ante el reality más esperado del momento.

Confirmada como la segunda celebridad en ingresar a La Casa de los Famosos México 3, la actriz no dudó en revelar qué empacará para esta travesía que comenzará el próximo 27 de julio por Las Estrellas.

Su lista de esenciales resulta reveladora. No hay improvisación ni frivolidad, sino una meticulosa selección que mezcla lo emocional con lo práctico.

“Voy a llevar vestidos de gala, mi ropa de ejercicio, pijamas, ropa interior, mis medicinas, mi acondicionador... y mi almohada”, enumeró sin titubeos. Pero tras cada elección, hay una necesidad vital: conservar algo de su mundo en medio de lo desconocido.

Señaló que su almohada no es solo para dormir, es un fragmento de su casa; los vestidos de gala no son solo atuendo, son una extensión de su oficio actoral; y sus medicinas, una afirmación de autocuidado y conciencia corporal.

“Voy a llevar lo necesario”, explicó. Y en esa frase cabe todo: lo físico, lo emocional y lo simbólico. La maleta funciona como una armadura discreta, una aliada para enfrentar una experiencia que pondrá a prueba su vulnerabilidad y temple a partes iguales.

Aunque se trate de un formato televisivo, Collins no entra a la casa a representar un papel. Su intención es dejar que el público la vea como nunca antes. “Me motivó el gran proyecto que es... acercarme al público, a mis fans, que me conozcan diferente, fuera de las cámaras”, dijo. La maleta, entonces, también es una herramienta para construir ese relato sin máscaras.

Además de lo tangible, Olivia carga una actitud férrea. No busca consejos ajenos ni estrategias de otros participantes. “Aunque me den consejos, no voy a llevarlos a cabo. Voy a actuar como soy yo. No me voy a intoxicar de otras cosas”, afirmó.

En cuanto a la convivencia, no promete diplomacia permanente. La actriz se describe como directa, sin filtro, pero con principios sólidos.

“Para mí la educación es muy importante. Puedo ser frontal, pero nunca grosera”. Lo único que no toleraría, y lo dice con claridad, es la falta de respeto.

Tampoco oculta su competitividad. En sus palabras: “Indiscutiblemente soy competitiva. Tengo una actitud mental de ganar. No me gusta perder, porque perder no me lleva a nada”. La maleta, entonces, también guarda ambición, fuerza interna y un deseo claro: ganar.

Antes de entrar al encierro, la despedida le duele. “Voy a extrañar todo. Mi baño, mi cama, mis hijas, mi nieto… eso tenlo en cuenta, no va a ser fácil olvidarme de mis espacios, que son mi templo”. Y por eso, empaca lo indispensable para no desdibujarse: lo que le da paz, lo que la representa, lo que le recuerda quién es.

¿Será líder? ¿Cocinera? ¿Figura central del juego? Olivia no lo define, pero advierte: “Sí voy a tener presencia, te lo aseguro”. Y con solo mencionar el contenido de su maleta, ya dejó claro que no entrará ligera. Ni de equipaje, ni de personalidad.