¿Cuáles son las propiedades curativas del tamarindo?

Diversas partes de la planta se emplean en la medicina popular, aunque su consumo debe ser supervisado

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(Imagen Ilustrativa Infobae)
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El tamarindo se ha consolidado como una fruta de gran presencia en la gastronomía y la medicina tradicional de diversas regiones, especialmente en México, donde su sabor agridulce y su característico color marrón lo han convertido en ingrediente esencial de dulces y bebidas.

Más allá de su uso culinario, el Tamarindus indica destaca por una serie de propiedades que han sido reconocidas tanto por la tradición popular como por organismos como la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio) del Gobierno de México.

La riqueza nutricional del tamarindo se refleja en su aporte de potasio, magnesio e hierro, minerales esenciales para la función muscular y la salud general. Además, la pulpa contiene compuestos antioxidantes como ácidos fenólicos, flavonoides y vitamina C, que contribuyen a combatir el daño celular.

La Conabio señala que la pulpa del tamarindo tiene propiedades antipiréticas, es decir, ayuda a disminuir la fiebre. Además, se le atribuye un efecto que puede combatir el escorbuto, una enfermedad causada por la deficiencia de vitamina C. También se ha observado que el tamarindo puede contribuir a reducir los niveles de ácido úrico y colesterol.

El tamarindo y su efecto laxante

Bebida de tamarindo, una refrescante
Bebida de tamarindo, una refrescante y tradicional bebida mexicana con un equilibrio perfecto de dulce y ácido. - (Imagen Ilustrativa Infobae)

Entre sus beneficios más destacados, la fruta se ha utilizado tradicionalmente como laxante suave gracias a su alto contenido de fibra, lo que la convierte en un recurso habitual para aliviar el estreñimiento.

El uso medicinal del tamarindo no se limita a la fruta. Diversas partes de la planta han sido empleadas para tratar diferentes afecciones. Las ramas jóvenes, por ejemplo, se utilizan contra la disentería, una inflamación intestinal que puede provocar diarrea con sangre, y también en el tratamiento de infecciones bucales en recién nacidos. La corteza del árbol se ha empleado como remedio para el asma y la amenorrea, es decir, la ausencia de menstruación regular.

Las hojas y semillas, preparadas en cocción, poseen propiedades vermífugas, lo que significa que ayudan a eliminar lombrices intestinales, y estomáquicas, favoreciendo la digestión gástrica. La raíz, también cocida, se ha usado como auxiliar en enfermedades del hígado, ictericia y hemorragias, mientras que la semilla sola se destina al tratamiento de infecciones urinarias. Las vainas del tamarindo, por su parte, actúan como astringentes, produciendo contracción de los tejidos abdominales y dificultando la evacuación, además de estimular el apetito.

En la medicina tradicional, el tamarindo se ha empleado para tratar infecciones leves debido a sus efectos antimicrobianos. Además, algunos estudios sugieren que puede favorecer la digestión al estimular la producción de bilis y mejorar la asimilación de alimentos grasos. Se le atribuyen también propiedades antiinflamatorias, diuréticas, antidiabéticas y antisépticas, lo que amplía su espectro de aplicaciones como auxiliar en distintos padecimientos.

A pesar de estos beneficios, el consumo de tamarindo debe realizarse con precaución. Existen contraindicaciones importantes: no se recomienda su ingesta si se están tomando medicamentos anticoagulantes, ya que puede potenciar la disminución de la presión arterial.

Tampoco resulta aconsejable para personas bajo tratamiento para la diabetes, pues podría provocar hipoglucemia. Ante cualquier uso del tamarindo como auxiliar en problemas de salud, la recomendación es consultar siempre a un profesional médico.