Facundo confiesa su mayor miedo antes de entrar a La Casa de los Famosos México

A tres semanas del estreno de la tercera temporada de La Casa de los Famosos México, Facundo rompe el silencio y se muestra como pocas veces: sin filtros, pero con más humanidad de la que aparenta.

El conductor, conocido por su irreverencia y olfato para el caos, fue el primer habitante confirmado del reality. Ahora, antes de que se cierre la puerta y comiencen los juegos mentales, revela qué lo asusta, qué lo mueve y qué lo podría quebrar dentro del encierro más mediático del país.

“Mi mayor miedo es que el programa no funcione, que me aviente tres meses ahí adentro y salga… y todo siga igual.”

Esa confesión, inesperadamente honesta, muestra un lado poco explorado del presentador. Más allá del sarcasmo y la actitud gamberra, Facundo expone la inquietud de invertir su tiempo en algo que podría no dejar huella.

Sin embargo, dice estar listo para jugar el rol que le toque, aunque con una advertencia:

“Estoy en personaje, así no soy yo. Nada más es un personaje para echar desmadre ahí adentro.”

Consciente del juego de percepciones que implica el reality, Facundo no pretende engañar. Asume que lo suyo será un espectáculo más, pero también una prueba de resistencia emocional y mental. A fin de cuentas, no se trata solo de convivir, sino de hacerlo bajo vigilancia continua, luces frías y cámaras que no descansan.

Y justo esa atmósfera es uno de los elementos que más le incomodan.

“Odio la luz blanca. Yo me voy de un restaurante si la luz es blanca, y creo que ahí voy a estar todo el tiempo con esa luz... puede que me vuelva loco.”

Ese detalle, aparentemente trivial, podría convertirse en su talón de Aquiles. Pero en medio de las fobias también hay rasgos luminosos: Facundo reconoce su capacidad para conectar con otros, incluso cuando no le corresponde.

“Soy muy empático con cosas que ni me incumben, a veces me meto a ayudar a personas que ni debería.”

Ese contraste entre la empatía y su afilado instinto para detectar puntos débiles lo define. Cuando le preguntan por sus red flags, no duda:

“Encuentro muy fácil los puntos débiles donde a las personas les duele que les peguen. Me divierte pegarles ahí.”

Esa dualidad podría convertirlo en un jugador temible, pero también en uno de los más entretenidos. Porque si algo promete, es autenticidad sin anestesia.

Sobre el juego interno, las nominaciones, los posicionamientos, las traiciones inevitables, se lo toma con filosofía:

“La única forma de ganar es divirtiéndose. No me tomo las cosas muy personales ni muy en serio.”

Sin embargo, sabe que la exposición constante podría revelar aspectos que incluso él prefiere mantener ocultos. Y en tono de broma, lanza una de las frases más memorables de la entrevista:

“Si me ven en el baño zurrando, sí. Es lo único que no han visto de mí.”

Entre el sarcasmo y la vulnerabilidad, Facundo se perfila como un concursante impredecible. No busca agradar, pero tampoco se escuda en el cinismo. Es una figura que polariza, incomoda y entretiene a partes iguales. Para sus seguidores, lanza un guiño:

“Yo soy Facundo y tengo las llaves por las que tú tienes tanto interés.”

Y para quienes aún no lo conocen también envió un mensaje:

“Güey, ya te quiero ver ahí encerrado, sometido a este experimento… a ver si no te vuelves loco tú también, bro.”

La cuenta regresiva ha comenzado. El próximo 21 de julio, Facundo cruzará la puerta de La Casa de los Famosos México. Dentro, la línea entre el personaje y la persona será cada vez más delgada. Y si algo ha dejado claro, es que lo suyo será una experiencia sin medias tintas.