Televisa Niños: por qué cerró pese a tener a Danna o Belinda, estrellas LGBT+ y a Emilio Azcárraga a su favor

En 1996, Televisa dio un paso audaz con la creación de su departamento infantil, conocido como Televisa Niños, que desde su lanzamiento marcó una era dorada dentro de la programación juvenil. Aunque la empresa había producido telenovelas infantiles anteriormente, fue con Luz Clarita que inició oficialmente esta franquicia, logrando conectar con un nuevo público con la recordada frase: “Lo mejor está por empezar”.

El concepto no era del todo nuevo. Décadas antes, en 1974, el melodrama Mundo de Juguete dirigido por Valentín Pimstein, y protagonizado por la niña Graciela Mauri, marcó un precedente al mantenerse al aire por tres años consecutivos. Sin embargo, la organización formal de un departamento especializado en contenido infantil en los años 90 cimentó una nueva etapa. Producciones como Amigos por Siempre, Vivan los Niños, Cómplices al Rescate y Carita de Ángel sumaron éxito tras éxito, estableciendo una conexión cultural única con la audiencia.

El impacto de las producciones de Televisa Niños alcanzó niveles nacionales e internacionales, con historias cargadas de canciones, valores y carismáticos actores infantiles que acompañaron a toda una generación. Figuras como Belinda o Danna -Danna Paola- iniciaron sus carreras durante este periodo, consolidándose como referentes dentro y fuera de la televisión. Los temas musicales de estas producciones también ocuparon lugares destacados en las listas de popularidad, elevando aún más la influencia de las telenovelas juveniles.

Sin embargo, en 2005, tras la emisión de Pablo y Andrea, protagonizada por Danna , Televisa tomó la decisión de cerrar su departamento de telenovelas infantiles. Las causas de este cierre no estuvieron relacionadas con la calidad de las tramas o la interpretación de los actores, sino con factores externos que marcaron un nuevo rumbo en la industria.

Según Eduardo Meza, productor asociado de éxitos como El Diario de Daniela y Aventuras en el Tiempo, el desgaste del formato y los cambios en las audiencias infantiles jugaron un papel crucial. Nuevas generaciones, influenciadas por los avances tecnológicos y el auge del streaming, comenzaron a buscar contenidos más inmediatos y personalizados, dejando atrás el modelo tradicional de consumo televisivo.

Además, los costos de producción crecieron exponencialmente. Este tipo de proyectos requerían grandes elencos, escenarios, efectos especiales y producciones musicales, lo que elevó sus presupuestos casi al nivel de las telenovelas de horario estelar. Esto hizo que los patrocinadores y anunciantes comenzaran a retirarse, afectando la rentabilidad de las series.

A pesar de los constantes pedidos de los fanáticos por un regreso de Televisa Niños, la dirección de la compañía parece cautelosa. Rosy Ocampo, directora histórica del departamento, ha expresado que sería necesario “repensar” el género para adaptarlo al contexto actual. No obstante, hasta la fecha no hay planes concretos para reanudar las telenovelas infantiles.

En el panorama actual, la temática juvenil ha encontrado nuevos espacios en programas como La Rosa de Guadalupe, aunque con menor impacto. Las plataformas streaming también han ganado terreno como el medio preferido del público joven.

Más allá del cierre, Televisa Niños dejó una huella imborrable en la historia de la televisión mexicana. Ejemplo de esto es la trayectoria de las figuras que alguna vez formaron parte de estas producciones. Uno de los casos más representativos es el de Santiago Mirabent, protagonista de De Pocas, Pocas Pulgas. Hoy, lejos de los reflectores, triunfa como arquitecto de interiores y ha hablado abiertamente sobre su orientación LGBTQ+, marcando una nueva etapa en su vida personal alejada de los escenarios.

Aunque el modelo de las telenovelas infantiles puede haber pasado su mejor momento, su impacto resuena aún en quienes crecieron acompañados por sus historias. Televisa Niños representa ahora la nostalgia por un formato que, si bien se adaptó a su tiempo, nunca pudo escaparse de los cambios que las necesidades y hábitos de audiencia imponen.