
A inicios de la década de los setenta, México concretó un avance sustancial en el reconocimiento de los derechos sociales de los trabajadores mediante la fundación de dos organismos clave: el Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores (Infonavit)y el Fondo de la Vivienda del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (Fovissste). Aunque ambos surgieron en 1972, sus objetivos y grupos beneficiarios responden a realidades laborales distintas.
La aparición del Infonavit, impulsada el 21 de abril de 1972 tras la promulgación de su ley, se concibió como respuesta a la necesidad de facilitar el acceso a la vivienda para quienes laboran en el sector privado. Esto de acuerdo con la historia de la propia institución en su sitio oficial y del Servicio Postal Mexicano.
El Infonavit no solo obedeció al cumplimiento del artículo 123 constitucional, sino que también propició una vía estructurada para administrar el ahorro de los empleados, destinado específicamente a la adquisición de bienes inmuebles a través de créditos.

La estructura tripartita del Infonavit—con representación de trabajadores, empleadores y gobierno— distingue a la institución al dar voz y voto a los sectores involucrados en la toma de decisiones. Desde su surgimiento bajo la dirección de Jesús Silva-Herzog, el instituto asumió la responsabilidad de otorgar créditos, coordinar la adquisición de terrenos y supervisar la edificación de viviendas.
En contraste, el Fovissste fue instituido tras un decreto aparecido en el Diario Oficial de la Federación el 28 de diciembre de 1972, bajo el paraguas del ISSSTE. Su función está claramente enfocada en los trabajadores del Estado: servidores públicos federales, estatales y municipales que prestan servicios en dependencia gubernamentales. De acuerdo con información de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores y del Servicio Postal Mexicano.
El Fovissste opera a partir de recursos proporcionados por las propias entidades públicas, con la intención de ofrecer préstamos hipotecarios sostenibles y garantizar una gestión eficiente de los ahorros acumulados. A diferencia del Infonavit, esta institución se diseñó como un instrumento de financiamiento exclusivamente para quienes forman parte del aparato público, sin participación directa en la construcción de viviendas.

El contraste central entre ambas instituciones radica en el universo de trabajadores a quienes atienden. El Infonavit está dirigido a empleados del sector privado, es decir, millones de obreros, empleados de oficina, personal administrativo y profesionales que generan sus ingresos en empresas y comercios particulares.
Por su parte, el Fovissste beneficia a burócratas y personal al servicio del Estado, desde maestros y personal médico hasta trabajadores administrativos en instituciones federales y estatales.
Adicionalmente, la estructura organizacional de cada fondo refleja su origen y mandato. El Infonavit responde a un modelo de gestión colaborativa mediante el órgano tripartita, mientras que el Fovissste funciona como un órgano desconcentrado inscrito en el marco institucional del ISSSTE, en estricto apego a la normativa pública.
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