La presidenta Claudia Sheinbaum Pardo asistió esta semana a la 51 Cumbre del G7, en Alberta, Canadá, a pesar de que México no forma parte del grupo de las siete potencias económicas mundiales, por lo que su participación tiene un gran significado para la política exterior mexicana, que va más allá de las reuniones que sostuvo con otros mandatarios.
La presidenta acudió a la cumbre como país invitado, al igual que sus homólogos de Brasil, Inácio Lula da Silva; de la India, Narendra Modi; de Ucrania, Volodimir Zelenski; y de Corea del Sur, Lee Jae-myung.
La presidenta tuvo diversas reuniones bilaterales con los mandatarios de diversos países, aunque la más esperada era su encuentro con su homólogo de Estados Unidos, Donald Trump, ya que sería la primera vez que hablarían frente a frente.
No obstante, el republicano canceló la reunión debido a que concluyó su participación en la cumbre un día antes de lo previsto para volver a Estados Unidos y atender el conflicto en el Medio Oriente.
Sin embargo, esto no le quitó el protagonismo a México, pues la asistencia de Sheinbaum a la cumbre fue relevante debido a diversos factores.
¿Qué significa que Sheinbaum asistiera al G7?
De acuerdo con David García Contreras, catedrático de Relaciones Internacionales en la FES Aragón de la UNAM, uno de los principales puntos a destacar es que ayer Sheinbaum se convirtió en la primera titular del gobierno de México en ser invitada a la cumbre.
Agregó que aunque no se concretó el encuentro con Donald Trump, la mandataria tuvo reuniones bilaterales con otros líderes mundiales, como los primeros ministros de Canadá, Mark Carney; y de la India, Narendra Modi; así como con el canciller de Alemania, Friedrich Merz.
La presidenta también se reunió con el Consejo Europeo y la Comisión Europea, y dio un mensaje ante el pleno, en el que propuso la celebración de una Cumbre por el Bienestar Económico en el que participen los países miembros del G7, las naciones invitadas a la cumbre de este año, la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), así como otros países interesados.
No obstante, su participación en la cumbre adquiere un mayor significado ya que, según el especialista, esto marca un cambio en la política exterior mexicana, pues a diferencia de su antecesor, Andrés Manuel López Obrador, el gobierno de Sheinbaum le apuesta a la diplomacia activa.
“Esta participación marca un cambio en la política exterior mexicana. A diferencia de López Obrador, Sheinbaum ha entendido la importancia de la diplomacia activa. Este era un foro ideal para hablar de migración y comercio, aunque no estuviera al centro del escenario”, consideró el académico.
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