Abuso de adultos mayores: alerta OMS aumento de maltrato físico, psicológico, financiero y más

Cada 15 de junio se conmemora el Día Mundial de Toma de Conciencia del Abuso y Maltrato en la Vejez, impulsado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) con el objetivo de visibilizar un problema creciente a escala global: el maltrato a personas mayores, tanto en entornos comunitarios como institucionales.

Según datos publicados por la OMS en 2024, aproximadamente una de cada seis personas de 60 años o más sufrió algún tipo de maltrato en su comunidad en el último año. En espacios institucionales, como residencias y centros de atención prolongada, la cifra es mayor: casi dos de cada tres empleados reconocieron haber ejercido algún tipo de abuso.

El maltrato hacia personas mayores se define como "cualquier acto o falta de acción que cause daño o sufrimiento en contextos de confianza". Puede ser físico, psicológico, sexual, financiero o derivado de negligencia. Las consecuencias incluyen lesiones, deterioro cognitivo, depresión, empobrecimiento, institucionalización forzada e incluso muerte prematura. La recuperación, cuando ocurre, es generalmente más difícil en comparación con otros grupos de edad.

Un informe de la OMS indica que durante 2024 el 64% del personal de cuidado admitió haber maltratado a personas mayores. La pandemia de COVID-19 agravó la situación, elevando las tasas de abuso en entornos comunitarios. La tendencia se ve reforzada por el envejecimiento de la población: se estima que en 2050 habrá cerca de 2 mil millones de personas mayores de 60 años, frente a los 900 millones registrados en 2015. Incluso si las proporciones se mantienen, el número de personas afectadas podría superar los 300 millones.

Entre los factores de riesgo para las víctimas se encuentran la dependencia funcional, los ingresos bajos, el deterioro cognitivo y la mala salud física o mental. En cuanto a los agresores, suelen presentar enfermedades mentales, adicciones o dependencia económica respecto a la persona mayor. También influyen la discriminación por edad, el aislamiento social y la naturaleza de la relación, como ocurre en los casos donde los abusadores son hijos o parejas. Tener redes de apoyo o vivir en solitario puede reducir el riesgo.

La OMS señala que aún existe poca evidencia sobre la efectividad de las estrategias de prevención. Algunas iniciativas consideradas prometedoras incluyen programas dirigidos a cuidadores, manejo financiero, líneas de ayuda, refugios de emergencia y equipos interdisciplinarios que articulan justicia, salud y asistencia social.

Como parte del Decenio del Envejecimiento Saludable 2021–2030, la OMS y sus aliados establecieron cinco prioridades: combatir el edadismo, mejorar los sistemas de datos, ampliar soluciones con base en evidencia, desarrollar argumentos económicos que respalden la inversión y aumentar el financiamiento.

La jornada del 15 de junio busca fortalecer la respuesta institucional y comunitaria frente al maltrato en la vejez, así como promover entornos que garanticen la protección y los derechos de las personas mayores.