El día que El Santo perdió el control y Blue Demon subió al ring a poner orden, pero se ganó una guerra

Un acto impulsivo en el ring cambió el rumbo de dos leyendas y encendió una rivalidad que marcaría época

Guardar
(Zurisaddai González/Infobae)
(Zurisaddai González/Infobae)

En un tiempo donde los buenos eran verdaderamente buenos y los rudos eran temidos como demonios, Alejandro Muñoz Moreno, mejor conocido como Blue Demon, iniciaba su camino para convertirse en leyenda.

Su historia, tejida entre la pobreza del campo, el sudor de los trenes y el rigor de los gimnasios, lo llevó de tocar el trombón en la banda de su pueblo a levantar la gloria en los cuadriláteros más importantes del país.

Pero hubo un día que marcó un antes y un después: el momento en que subió al ring no para luchar, sino para impedir que se rompieran las reglas. Ese instante, que pudo parecer solo un acto de justicia, desató una de las rivalidades más legendarias de la lucha libre mexicana: Blue Demon contra El Santo.

Blue Demon y El Santo
Blue Demon y El Santo protagonizaron cientos de películas en los 50 y 60.

Cuando la justicia subió al ring: el día que todo cambió

Corría el año de 1952. En la Arena Coliseo de la Ciudad de México, se respiraba tensión.

Black Shadow, compañero inseparable de Blue Demon, se enfrentaba a El Santo en una lucha de máscara contra máscara, según lo que relata Alejandro Muñoz Lomelí, hijo de El Demonio Azul, en la biografía de su padre.

Fue una batalla de alto calibre. El Santo se llevó la victoria y, como dictan las reglas, la máscara del perdedor debía ser retirada... pero no por el ganador.

luchador el santo (Foto: Twitter@MatySwag23)
luchador el santo (Foto: Twitter@MatySwag23)

En un acto que rompió el código de honor del ring, El Santo intentó arrebatar personalmente la máscara a Black Shadow.

Fue entonces cuando Blue Demon, que se encontraba como segundo de su compañero, no lo permitió. Subió al cuadrilátero y, con un solo golpe, arrojó a El Santo fuera del ring. La Arena estalló.

“Con esta acción Demon se ganó al público presente y ahí empieza la rivalidad contra El Santo, que no termina aún”, escribiría años después Lomelí.

(bluedemon.mx)
(bluedemon.mx)

Fue el nacimiento de una enemistad marcada por el honor, el respeto al reglamento y la lucha por el trono simbólico de la lucha libre nacional.

Blue Demon contra El Santo: una guerra que no terminó en el ring

La primera gran confrontación se dio el 7 de agosto de 1953. En esa fecha, Blue Demon y El Santo se midieron mano a mano en la misma Arena Coliseo.

Demon ganó en dos caídas consecutivas, un hecho insólito que demostró su superioridad en el ring. Fue entonces que la Comisión de Lucha del Distrito Federal permitió que Blue Demon lanzara un reto formal por el Campeonato Mundial Welter, que en ese momento ostentaba El Santo.

luchador el santo (Foto: Twitter@cronicabanqueta)
luchador el santo (Foto: Twitter@cronicabanqueta)

La lucha se llevó a cabo el 25 de septiembre de ese mismo año. Frente a más de 9 mil personas, Blue Demon venció al Enmascarado de Plata con su llave más temida: la Estaca India.

“El Santo se rindió. Ganando Blue Demon esta memorable lucha, se consagra ante el público que lo reconocía a partir de ese momento como uno de los luchadores más grandes de la historia”, narró su hijo.

Desde entonces, la rivalidad se extendió por años, y aunque ambos luchadores llegaron a compartir cámaras en el cine, sus encuentros en el ring se volvieron episodios de culto.

(bluedemon.mx)
(bluedemon.mx)

Blue Demon, que había iniciado como rudo, pasó al bando de los técnicos y consolidó una imagen de integridad que lo acompañó hasta el final de sus días.

El Santo se mantuvo como el héroe popular, pero para muchos, Blue Demon era el luchador del pueblo: el que se rebeló contra la injusticia, el que respetaba las reglas, el que luchó no solo por la victoria, sino por el honor.

Un legado que sigue vivo

Blue Demon no sólo ganó títulos y respeto, también llevó la lucha libre a otro nivel con su presencia en el extranjero, su carrera cinematográfica y su ejemplo fuera del ring.

Hasta su último día, el 16 de diciembre del 2000, se mantuvo fiel a su identidad, ejercitándose en la Arena México como si el siguiente combate estuviera por llegar.

Mil Máscaras junto a Blue
Mil Máscaras junto a Blue Demon y el Santo.

La rivalidad con El Santo nació de un acto de justicia, creció como leyenda y se convirtió en parte del corazón mismo de la lucha libre mexicana.

Aquel día de 1952, cuando Blue Demon subió al ring no como gladiador, sino como defensor del código, quedó marcado en la historia. Porque no todas las batallas se ganan con fuerza; algunas se ganan con principios.