MasterChef Celebrity: Isaías Espinoza “Chef en proceso” aspira a ser juez junto a Zahie Téllez

A pesar de haber sido eliminado semanas atrás, Isaías Espinoza, el popular “Chef en proceso”, sigue cocinando conversación en redes sociales y en la mesa del debate público. Su salida de MasterChef Celebrity Generaciones 2025 no apagó el fuego que encendió en la audiencia, que aún lo menciona como uno de los grandes favoritos.

Hoy, lejos de los fogones del reality, Isaías lanza una declaración que enciende nuevas expectativas: le gustaría ocupar un lugar en la silla de jueces, junto a figuras como Zahie Téllez.

Isaías no se esconde tras falsas modestias ni inflama su ego. Al preguntarle sobre la posibilidad de convertirse en juez de un programa culinario, responde con franqueza.

“Sí me gustaría en un punto ser juez de algún concurso de cocina”. Pero, con la misma honestidad que lo caracterizó durante la competencia, reconoce que aún necesita madurar profesionalmente.

“Tendrían que pasar más años para que yo agarrara más experiencia”, admite, consciente de que ese rol requiere mucho más que una buena sazón.

El exconcursante, cuyo carisma lo convirtió en uno de los más queridos de la edición, también dejó claro que no busca emular a figuras implacables como Benito Molina. Su ideal de juez estaría más alineado con su personalidad: alguien empático, divertido, incluso “de rebane”, como él mismo lo describe.

“No podría ser ese que destruye el plato, no me saldría, sería falso”, expresó, marcando distancia de los jueces severos que buscan impacto más que empatía.

Pese a que se alejó de la cocina de Azteca, su salida no ha terminado de digerirse en redes. Las reacciones del público, que se autodenomina “mandilones”, fueron intensas: desde memes hasta videos de seguidores llorando. Muchos aseguraron que Isaías no merecía ser eliminado y pidieron explicaciones.

Sin embargo, él no comparte ese sentir. Aceptó su eliminación como parte de un proceso justo y se responsabilizó por su tropiezo. El error en la masa de sus garnachas fue decisivo, y lo reconoce sin rodeos: “Cociné mal. Tenía que pasar”.

Esta autocrítica también revela el rigor con el que Isaías entiende la cocina, no solo como un espectáculo sino como una disciplina que exige respeto. Durante el reto, siguió un consejo de los chefs sobre el uso de manteca, ingrediente que no había probado antes y que terminó por arruinar su platillo. Venía presionado tras un desafío anterior —el del mole— donde su preparación recibió duras críticas. Esa acumulación de errores y tensiones selló su destino.

Aun así, lo que perdió en la competencia, lo ganó en conexión emocional con la audiencia. “Recibí un cariño bien, bien cañón”, declaró en entrevista con Antonio Betancourt. El conductor incluso sugirió que su salida lo volvió aún más icónico, más querido, más defendido. No solo lo ven como cocinero, sino como figura aspiracional, símbolo de autenticidad.

El público incluso llegó a cuestionar por qué Anabel no fue la eliminada, a lo que Isaías respondió con elegancia, sin caer en comparaciones hirientes. Defendió su compañerismo y aseguró que quien recibe ayuda es porque se deja ayudar, no por favoritismo.