Este es el nuevo rol de las buchonas en los cárteles, según un especialista en seguridad

Las parejas de narcotraficantes, también llamadas "buchonas", han comenzado a adquirir nuevos roles dentro de las organizaciones criminales a las que pertenecen los capos de la droga mexicanos con los que se relacionan.

El término “buchona” se ha utilizado de manera coloquial para referirse a las novias de narcotraficantes, quienes se caracterizan por tener una estética definida que usualmente está marcada por intervenciones quirúrgicas y el uso de ropa de lujo.

De acuerdo con la tesis La Feminidad Buchona: performatividad, corporalidad y relaciones de poder en la narcocultura mexicana de Alejandra León para El Colegio de la Frontera Norte, las buchonas someterían sus cuerpos a tratamientos de belleza con la “finalidad de que cumplan con el estereotipo de mujer deseada dentro de la cultura del tráfico de drogas”.

El origen de este concepto surgió en Sinaloa y se ha extendido a lo largo del país para referirse a aquellas mujeres que hasta hace poco se creía eran las acompañantes de los narcotraficantes y no estaban involucradas en sus operaciones.

El especialista en seguridad, Ghaleb Krame, relató que los principales cambios en las mujeres que mantienen una relación con narcotraficantes no se basan en su forma de vestir ni en su cuerpo, sino en la operatividad dentro de las organizaciones criminales.

En su artículo, titulado La Ruta de Silicón Sinaloense: Buchonas, Poder y el Desayuno en Dubái para Pie de Nota, Krame compartió su experiencia al coincidir en un restaurante con un par de mujeres mexicanas con acento del norte que destacaban por sus curvas exageradas, cirugías estéticas y labios voluminosos.

De acuerdo con el especialista, ambas mujeres tenían una actitud controlada y enfocada mientras trataban temas con un hombre con el que se encontraron en el sitio. Este sería un ejemplo de la operatividad de las buchonas, quienes se caracterizan por viajar con pasaportes limpios, sin antecedentes penales, que hablan inglés y pueden pasar desapercibidas.

“Para muchos la palabra buchona evoca un estereotipo: la novia del narco, intervenida quirúrgicamente, vestida de Gucci, protagonizando reels de Instagram o bailes de TikTok. Pero eso es solo la superficie”, detalló.

Algunas de estas mujeres serían mensajeras financieras, exploradoras o intermediarias en los acuerdos dentro de la organización.

“Los cárteles están evolucionando. Ya no dependen únicamente de la fuerza bruta o de refugios rurales. Ahora se apoyan en el poder blando (…) Una mujer con visa limpia, apariencia elegante y disciplina firme vale más que un convoy de hombres armados", afirmó.

Krame también señaló que las novias de los narcotraficantes están cruzando hacia la política, ya que varias de ellas han invertido en campañas locales o incluso han sido candidatas a cargos públicos.

“La buchona de hoy no es solo una amante. Es un nodo. Una mensajera. Un proxy (…) Ella está ocupada haciendo que las cosas sucedan”, señaló.

Respecto a su incursión en la política, el especialista destacó que ha podido observar a estas mujeres no solo en Dubái, sino en pueblos como Elota, Sinaloa, o en Santiago Papasquiaro, Durango, este último con vínculos históricos al tráfico de drogas “en el que han surgido perfiles similares en cargos públicos”.

La incursión de las buchonas en la política sería la arquitectura de un nexo narco-estado, en el que sus campañas se construyen sobre “respaldos silenciosos, dinero sin rastro y comunidades demasiado intimidadas o económicamente entrelazadas”.

“La estética permanece: el cuerpo esculpido, la imagen curada, el vestuario de diseñador. Pero ahora hay una banda. Un cargo público. Un presupuesto”, detalló Krame.