
Una manera sencilla y natural de mejorar la salud de las plantas y optimizar su desarrollo es emplear arroz crudo como base para preparar fertilizante líquido casero, una opción económica y efectiva, especialmente para especies como la cuna de Moisés, reconocida por su follaje verde brillante y sus flores blancas.
Según Ma. Belén Acosta, especialista en gestión y organización de recursos naturales y paisajísticos, el arroz aporta almidón, un tipo de azúcar que las plantas utilizan como fuente de energía y le facilita el acceso a los nutrientes, sobre todo en momentos en que la planta los necesita con mayor urgencia.
En la plataforma especializada Ecología Verde, Acosta explica que el almidón contenido en el arroz también actúa como alimento para las bacterias beneficiosas del suelo, las cuales descomponen la materia orgánica y liberan nutrientes de manera que las raíces pueden absorberlos fácilmente. Así, el agua de arroz no solo fortalece directamente a la planta, sino que también enriquece el ecosistema microbiano del sustrato, creando un entorno más fértil y saludable.
Además de su contenido en almidón, se trata de un fertilizante líquido rico en proteínas, fibra, aminoácidos, calcio, fósforo, hierro, zinc y potasio, nutrientes clave para un crecimiento vigoroso. Incluso, Acosta señala que contiene pequeñas cantidades de fertilizantes NPK (nitrógeno, fósforo y potasio), considerados los macronutrientes esenciales para cualquier cultivo, por lo que gracias a esta combinación, el fertilizante de arroz mejora tanto el desarrollo radicular como la floración, favoreciendo plantas más resistentes y visualmente saludables.
Por si fuera poco, al fortalecer la planta y mantener una microbiota activa en el suelo, también se reduce la probabilidad de sufrir plagas o enfermedades, pues un entorno bien equilibrado naturalmente limita la aparición de agentes patógenos.
Cómo hacer fertilizante de arroz crudo paso a paso

Esta receta, sencilla y económica, fue compartida por el canal brasileño de YouTube Loucos das Plantas, especializado en consejos prácticos de jardinería. Puedes aplicar este fertilizante casero cada 15 días para que tu cuna de Moisés se mantenga vigorosa, con hojas verdes intensas y flores blancas saludables, no obstante, es importante no sobrepasar su frecuencia para evitar una saturación de nutrientes en el sustrato.
Ingredientes:
- 100 gramos de arroz crudo
- 1 litro de agua sin cloro
- 1 cuchara para mezclar
- 1 recipiente grande
- 1 colador fino
Preparación:
- Añade los 100 gramos de arroz crudo a un recipiente grande. No es necesario lavarlo antes de usarlo.
- Vierte 1 litro de agua a temperatura ambiente. Si usas agua del grifo, déjala reposar al menos una hora para que el cloro se evapore.
- Remueve bien el arroz con una cuchara durante unos dos minutos. El agua se enturbiará, lo cual indica que los nutrientes del arroz están comenzando a disolverse.
- Usa un colador fino para separar los granos de arroz del líquido. Solo se utilizará el agua enriquecida.
- Riega directamente la base de tus plantas con esta agua de arroz. Evita mojar las hojas o las flores.
Según la revista CuerpoMente, especializada en salud y bienestar, no importa si utilizas arroz basmati, arroz arborio, arroz salvaje u otras variedades naturales, aunque el más económico y fácil de encontrar es el arroz blanco de grano redondo.
Cuidados adicionales para la cuna de Moisés

Pese a que esta planta es muy noble, existen otras recomendaciones que te permitirán cuidar mejor de ella y apreciar la belleza de su evolución natural. De acuerdo con la revista de diseño e interiorismo Architectural Digest, esta especie prospera mejor en ambientes con temperaturas que oscilan entre los 15 y 25 grados centígrados, y aunque no necesita exposición directa al sol, sí requiere una buena fuente de luz, por lo que es ideal colocarla cerca de una ventana o un balcón.
Seguido de ello, la tierra en que esté plantada debe mantenerse húmeda, pero no encharcada, ya que el exceso de agua resulta perjudicial. Según la publicación, el sistema de riego varía tomando en cuenta la estación del año, pues en primavera necesita mayor cantidad de agua, mientras que en invierno solo debe regarse cuando el sustrato esté completamente seco. Por otro lado, si la planta da vida a una flor, es fundamental mantener la tierra húmeda y la temperatura en torno a los 20 grados, independientemente de la temporada.
Finalmente, otro aspecto clave en el cuidado de la cuna de Moisés es la limpieza de sus hojas, ya que el polvo acumulado puede interferir con el proceso de fotosíntesis y por eso es necesario limpiarlas regularmente. Para hacerlo, se recomienda utilizar una toallita de algodón húmeda, pasando suavemente sobre las hojas sin frotarlas en exceso.
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