
El 28 de mayo de 1864, Benito Juárez, entonces presidente de México, respondió con firmeza y contundencia a una propuesta del archiduque Maximiliano de Habsburgo, quien había asumido el trono del llamado Segundo Imperio Mexicano.
En una carta que ha trascendido como un documento histórico de gran relevancia, el presidente Juárez rechazó la invitación de Maximiliano de Habsburgo para reunirse y ocupar un “puesto distinguido” en su gobierno, argumentando su compromiso con la defensa de la soberanía nacional y su rechazo al intervencionismo extranjero.
La carta de Benito Juárez, además de considerar a Maximiliano de Habsburgo como un “agente de Napoleón”, termina diciendo: "Es dado al hombre, algunas veces, atacar los derechos de los otros, apoderarse de sus bienes, amenazar la vida de los que defienden su nacionalidad, hacer que las más altas virtudes parezcan crímenes y a sus propios vicios darles el lustre de la verdadera virtud. Pero existe una cosa que no puede alcanzar ni la falsedad ni la perfidia y que es la tremenda sentencia de la historia. Ella nos juzgará."

La carta está fechada el 28 de mayo de 1864 en Monterrey, sin embargo, muchos investigadores han puesto en duda la autenticidad de la misiva, pues no se ha encontrado ni original ni copia de la misma.
En primer lugar, no se conoce declaración ni de Benito Juárez ni de Maximiliano de Habsburgo que haga referencia a dicha carta, tampoco familiares ni amigos ni colaboradores del presidente de México la mencionan.
Ralph Roeder, autor de la biografía “Juárez y su México”, dijo sobre la carta lo siguiente: “Carta apócrifa en el concepto de algunos, la Historia la autenticó. Psicológicamente era auténtica. Avaro de palabras, el Presidente no las malgastaba y la declaración sirvió, por lo menos, para delimitar los distintos niveles de vida que mediaban entre él y su adversario. Era ese el único servicio que podía prestar a Maximiliano”.
De igual modo, hay varias versiones de la carta, aunque ninguna hace una gran diferencia del contenido principal de la misma, varios periódicos publicaron la misiva e incluso con fechas distintas. Algunos indicaron que fue redactada el 28 de marzo (imposible porque aún no aceptaba el trono Maximiliano de Habsburgo y no se encontraba de viaje hacia México, como alude el texto), otros que el 21 de abril.

En 1972, con motivo del centenario luctuoso de Benito Juárez, Jorge L. Tamayo hizo una voluminosa recopilación (15 tomos en total) de todos los textos escritos por el presidente zapoteca.
Tamayo fue quien se encargó de estudiar toda la controversia de la carta y llegó a la conclusión de que sí existió correspondencia entre Benito Juárez y Maximiliano de Habsburgo pero que, por un acuerdo probablemente propuesto por el archiduque, se intentó mantener en secreto la respuesta que le hizo el político oaxaqueño.
Sin embargo, la razón por la que se conoce la misiva del Benemérito de las Américas fue porque el equipo que rodeaba a Maximiliano de Habsburgo permitió que se filtrara y llegara a ser de conocimiento público.
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