Paris Hilton en México: sus cinco claves para convertirse en un ícono mundial

Entre chispas, gritos y un mar de teléfonos en alto, Paris Hilton reapareció en México como lo hace solo quien sabe dominar la escena sin esfuerzo: convertida en un destello viviente, abrazando la fama con la misma naturalidad con la que otros respiran.

La socialité y empresaria vino a presentar su nueva fragancia, la número 30 de su colección, pero también dejó claro por qué, décadas después de irrumpir en el radar mundial, su estatus de ícono sigue intacto.

En el corazón de un centro comercial capitalino, el murmullo se convirtió en clamor: “¡Es ella, es ella, es ella!” se escuchó antes de que las puertas de vidrio cedieran. Hilton apareció escoltada, vestida en un plateado que jugaba con las luces del recinto.

Caminaba con una elegancia que parecía ensayada por años, pero que en ella resulta natural. Sonrisas, saludos, flashes, y un estallido de fuegos artificiales que selló su entrada como si el tiempo no pasara por su corona de celebridad.

La noche continuó con una escala en el set de Pinky Promise, el espacio conducido por Karla Díaz y convertido en un fenómeno digital.

Ahí, entre cámaras y personalidades del espectáculo vestidas en la paleta rosa del evento, Ferka, Kunno, Natalia Jiménez, Kristal Silva y otros, Hilton compartió no solo su nuevo perfume, también los principios con los que ha esculpido su legado mediático.

En este encuentro con la prensa, Hilton dedicó unos minutos para responder preguntas de los medios de comunicación, una interrogante fue respecto a “¿cómo poder ser un ícono? A lo que ella respondió al instante.

“Para ser un ícono hay que difundir el amor y la bondad, los destellos y ser una inspiración para los demás y hacer feliz a la gente, ser amable”, declaró con calma, como si entregara un manifiesto de vida más que una respuesta.

Evocó figuras que han marcado su visión del mundo: “Mis íconos son Marilyn Monroe, me inspiran muchas cosas, muchas mujeres increíbles en mi vida, especialmente mi mamá y mi abuela”.

Detrás del maquillaje perfecto y los diamantes, hay una narrativa menos conocida. Hilton habló con emoción de Viviana, una joven en Texas a quien le regaló un auto tras perder su casa.

“Fue muy especial sorprenderla… ella fue tan amable, tan encantadora”, confesó con los ojos brillantes, revelando que su vínculo con los fans es más profundo que el aplauso.

Otro instante que ha dado la vuelta en redes fue cuando, sin vacilar, besó la barriga de una mujer embarazada. ¿La razón? Una petición de suerte. “Me dijo, ‘Paris, voy a tener un bebé, ¿podrías besar mi barriga para darme buena suerte?’ Así que lo hice”, relató. Y de inmediato conectó con su propio presente: “Me encanta ser mamá… mis hijos son dulces, inteligentes, divertidos. Tengo a un marido increíble. Me siento tan afortunada”.

Hilton, quien ha transitado de reality a empresaria, de meme viviente a madre comprometida, ha sabido reconstruirse sin perder su esencia. La chica del escándalo es hoy una figura que combina estrategia, empatía y estilo como pocas en el firmamento del entretenimiento.

“Amo México, la gente es tan encantadora, tan genuina, tan amable y cada vez que vengo me siento como en casa, todo el mundo es tan acogedor, gente realmente increíble por dentro y por fuera”.

En esta charla aprovechó para hablar de Britney Spears de quien comentó que la adora y la describió como muy dulce, así como encantadora.

“Es un ángel, estuvimos hablando hace un par de semanas y está en Cabo, le encanta México demasiado, dijo que es donde se siente más feliz, es bueno saber de ella. Es un ícono, es la estrella del pop definitivo, nunca habrá otra Britney Spears, la amo, el mundo tiene suerte de tenerla”.