El día que ‘llovió’ dinero en la narcoboda de Miguel Caro Quintero, hermano de Rafael

En el mundo del narcotráfico mexicano, pocas familias tienen una historia tan arraigada y extensa como los Caro Quintero. Dentro de esa genealogía marcada por el poder, el crimen y la notoriedad, hubo un evento que destacó no solo por su opulencia, sino por la forma en que se celebró: la boda de Miguel Ángel Caro Quintero, hermano de Rafael, el fundador del Cártel de Guadalajara.

El relato aparece en el libro Miss Narco: belleza, poder y violencia, del periodista sinaloense Javier Valdez, quien reconstruyó uno de los pasajes más estridentes de las celebraciones del narcotáfico.

A través del testimonio de una persona que habría asistido a este festejo nupcial, Valdez -quien fue asesinado hace casi una década- detalló que la boda aparentemente aconteció en los 80.

“En las mesas cubiertas de blancos manteles, con encajes, había refrescos, depósitos de aluminio para conservar cubos de hielo, cervezas, botellas de whisky y tequila y porciones generosas de cocaína”, escribió Valdez.

Según lo detallado por el periodista, la droga estaba dispuesta sobre las mesas sin ningún intento de ocultarla.

Los asistentes improvisaban sobres con papel o cartón, se servían y se retiraban con calma para consumir. Nadie lo escondía; nadie lo consideraba inusual. La boda se celebró en un salón amplio dentro de un hotel.

Pero la fiesta no terminó ahí. Al día siguiente, como si el derroche de la noche anterior no hubiera sido suficiente, se celebró una posboda combinada con un bautizo en un rancho cercano, también propiedad del clan.

Ahí, los padrinos, involucrados en el negocio del tráfico, lanzaron pacas de dólares al aire durante el tradicional “bolo padrino”.

“Los billetes caían danzando al ritmo del viento... los asistentes se tiraron al suelo, empujaron, rompieron medias, se rasparon para alcanzar billetes de 10 y 20 dólares”, relata el libro.

Miguel Ángel Caro Quintero nació en Caborca, Sonora, en 1963. Fue acusado por Estados Unidos de traficar más de 100 toneladas de marihuana entre 1985 y 1988, así como de participar en la manufactura de metanfetaminas y trasiego de sustancias como heroína y cocaína.

Fue detenido en 2001 en Los Mochis y extraditado a EE.UU. en 2009. Allí se declaró culpable y fue sentenciado a 17 años de prisión. No obstante, salió en libertad en 2019 tras cumplir solo nueve, gracias a su buena conducta y colaboración judicial.

Durante su tiempo en prisión habría tomado más de 20 cursos, entre ellos de astronomía, finanzas personales y periodismo.

El periodista Isaías Alvarado compartió imágenes de los certificados obtenidos por Caro Quintero mientras estuvo preso.

Su salida de la cárcel se vio acelerada por una solicitud humanitaria para cuidar a su madre, entonces de 87 años. Fue deportado a México el 19 de julio de 2019.