
En medio de una transformación sin precedentes en el ámbito profesional, los títulos universitarios tradicionales están perdiendo protagonismo frente a las competencias prácticas y personales.
De acuerdo con un estudio global realizado por la firma McKinsey & Company en conjunto con LinkedIn y World Economic Forum, el 68% de los empleadores afirma que las habilidades demostrables son más relevantes que el grado académico al momento de seleccionar talento.
El cambio
Esta preferencia creciente por las habilidades responde a un entorno laboral cada vez más cambiante, donde el avance tecnológico, la automatización y las nuevas dinámicas de trabajo han generado demandas distintas en los perfiles profesionales. Según el informe, las habilidades más valoradas incluyen la adaptabilidad, la resolución de problemas complejos, la comunicación efectiva y el pensamiento crítico.
“La economía ya no gira en torno a lo que sabes, sino a lo que puedes hacer con lo que sabes”, indica el reporte. Este giro ha impulsado a muchas empresas a rediseñar sus procesos de reclutamiento, enfocándose en pruebas de habilidades, entrevistas por competencias y portafolios de proyectos, más que en certificados académicos o promedios escolares.
Esta tendencia se observa también en América Latina, un estudio del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) reveló que más del 60% de las empresas en México priorizan habilidades transversales como la proactividad y la colaboración por encima de la formación académica formal. “El mercado está en busca de profesionales que aprendan rápido y se adapten a lo inesperado”, destaca el informe del BID.
Frente a este panorama, muchas universidades han comenzado a replantear sus modelos educativos desarrollado sistemas más flexibles que permiten a los estudiantes construir trayectorias basadas en certificaciones por competencias específicas, en lugar de programas rígidos. Modelos como MAPS (Modular, Apilable y Personalizable) permiten acreditar conocimientos tangibles en áreas de alta demanda.
Empresas como Google, IBM o Meta han comenzado a contratar perfiles que hayan completado programas técnicos o bootcamps, sin requerir títulos universitarios tradicionales.
Es así que universidades como Tecmilenio están transformando la educación superior mexicana con el sistema MAPS que permite a cada estudiante trazar su ruta educativa según sus intereses, ritmos y metas, “No se forman estudiantes para un título, sino personas preparadas para reinventarse constantemente“, afirma el Dr. Luis Gutiérrez Aladro, vicerrector académico de la institución.
En un mundo donde el 65% de los trabajos del futuro aún no existen, la capacidad de aprensssder, desaprender y volver a aprender se ha convertido en el activo más valioso. El reto para los jóvenes y los sistemas educativos es claro: adaptarse o quedar rezagados.

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