“Mi vida por dos pasteles”: Lalo Carrillo, conductor De Primera Mano, sufre grave accidente en moto

El conductor y periodista de espectáculos Lalo Carrillo, conocido por su participación en el programa De Primera Mano, vivió momentos de angustia tras sufrir un fuerte accidente en motocicleta.

A través del propio programa, el comunicador dio detalles del incidente, las consecuencias físicas y, sobre todo, del lamentable trato que aparentemente recibió por parte del personal médico en una institución pública.

Durante la transmisión del 1 de mayo, Lalo Carrillo compartió con sus compañeros y la audiencia cómo ocurrieron los hechos mientras se trasladaba en su motocicleta, la cual adquirió recientemente para reducir gastos de transporte.

“Yo venía saliendo el miércoles alegremente de trabajar de Pisa y Corre con Paola, todas las mañanas salgo y me voy a mi casa. Me compré una moto para ahorrar en gasolina porque es muy caro estar yendo y viniendo, iba manejando, tomé mis cursos, saqué mi licencia como se debe, voy con mi equipo, iba manejando", dijo.

Según su relato, el accidente ocurrió sobre Avenida Revolución, a la altura de Plaza Loreto, cuando otro conductor se cruzó de forma imprudente.

“Se atraviesa el alto y entonces me empieza a pitar sobre el carril izquierdo. Lo veo muy loco, trato de abrirme, el señor se pone loco, acelera y al momento de acelerar en curva, me pega con la parte trasera del coche en la trompa de la moto”, destacó.

Tras la caída, fueron mujeres que venían detrás quienes lo ayudaron e impidieron que el responsable huyera.

“Una se le pone enfrente, lo detienen, no dejan que se vaya, el señor se queda ahí”.

La justificación del responsable resultó indignante para Carrillo:

“El señor se sube al coche, su urgencia era porque tenía que entregarle dos pasteles a una compañera del trabajo que era su cumpleaños. Arriesgando la vida de una persona por dos pasteles.”

Lalo también denunció públicamente las malas condiciones y el maltrato que sufrió en un hospital público, lo que lo obligó a buscar atención privada.

“Se rompió mi casco, se rayó mi moto, el guante se voló y el que tenía en esta mano lo tenía puesto. Me quito el guante, veo el dedo hinchadísimo, nunca se me había roto algo”.

“De la producción me vieron al lugar, como el seguro no me llevó ambulancia o grúa, de aquí se trajeron la moto, me fui a mi casa en taxi, voy a que me chequen y resulta que tengo una fractura en el hueso del dedo meñique. Me dicen que me tienen que operar”.

Carrillo intentó operarse, pero no fue atendido con prontitud.

“No me pude operar, hablo con una prima, me recomienda que vaya al Instituto Nacional de Rehabilitación. Me reciben, ven las radiografías, me quitan eso y me vuelven a poner la férula, me lastima el médico, después de eso, me suben para tomarme radiografías.”

“Estuve tres días sin que nadie me revisara la mano y diciéndome las enfermeras que podría estar dos o tres semanas, el tercer día me revisaron.”

La situación lo orilló a atenderse por su cuenta.

“Lo que tuve que hacer fue salirme, gastar, lo digo porque en mi caso se pudo resolver, pero hay muchas personas que no y no se vale el trato inhumano que se le da a las personas. No es posible que nadie pudo revisarme la mano.”

Finalmente, acudió a una clínica particular donde fue operado con éxito:

“Cuando llegué al particular estuve a punto de que no me operaran porque tenía muy inflamada la mano. En una hora quedé, el sábado salí y todo bien.”

A pesar del susto, Lalo se encuentra en recuperación y continúa denunciando las negligencias que muchas personas enfrentan día a día en el sistema de salud pública.