Neem, de la India a México: el árbol que purifica el aire, da sombra y posee propiedades medicinales

Este árbol milenario concentra beneficios antivirales, antiinflamatorios y antimicrobianos que lo han posicionado como solución natural en la medicina tradicional

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Este árbol puede alcanzar de
Este árbol puede alcanzar de 15 a 20 metros de altura (Dhanabalbs/ Wikimedia)

El Neem (Azadirachta indica), un árbol originario de la India y Birmania, ha encontrado en México un terreno fértil para su cultivo y aprovechamiento. Este árbol tropical, que puede alcanzar alturas de entre 15 y 20 metros, no sólo destaca por su resistencia a condiciones climáticas extremas, sino también por sus múltiples beneficios ambientales, agrícolas y medicinales.

Según información de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, el Neem es capaz de sobrevivir en temperaturas de hasta 50 °C y en zonas con precipitaciones pluviales tan bajas como 400 mm al año, lo que lo convierte en una especie ideal para regiones áridas y semiáridas.

Además de su resistencia, el Neem es valorado por su capacidad para purificar el aire, enriquecer los suelos y restaurar áreas degradadas por la erosión o el uso excesivo de pesticidas químicos.

Propiedades medicinales y usos tradicionales

Este árbol no solo combate
Este árbol no solo combate plagas agrícolas, sino que también mejora suelos y reduce la contaminación en cultivos (J.M.Garg/ Wikimedia)

Este árbol pertenece a la misma familia que la caoba y es conocido por mantenerse verde durante todo el año, a excepción de cuando enfrenta condiciones muy extremas.

En México, se cultiva en lugares como Baja California Sur y Oaxaca, donde se están realizando esfuerzos para adaptarlo a los ecosistemas locales, según la Secretaría del Medio Ambiente e Historia Natural (SEMAHN).

El Neem ha sido usado en la medicina tradicional india durante siglos. Su nombre en sánscrito, “nimba”, significa “otorga salud”. Las hojas, corteza, semillas, frutos y aceite de este árbol contienen compuestos con propiedades terapéuticas.

Entre sus beneficios se incluyen su acción antiviral, antimicrobiana, antiinflamatoria, antifúngica y estimulante del sistema inmunológico. También se le atribuyen propiedades analgésicas y su capacidad para tratar enfermedades como la lepra, fiebre, lombrices intestinales y problemas de la piel, según la SEMAHN.

El aceite extraído de las semillas de Neem es uno de los productos más valiosos de este árbol. Se utiliza para hacer jabones, cosméticos, ungüentos y lubricantes. Además, es conocido por sus propiedades como fungicida y repelente de insectos, lo que lo convierte en una alternativa natural a los pesticidas químicos.

Cultivo y manejo del Neem

Este árbol, adaptado a climas
Este árbol, adaptado a climas extremos, purifica el aire, combate enfermedades y mejora cultivos al reducir los químicos agrícolas (J.M.Garg/ Wikimedia)

Este árbol no sólo es beneficioso para la salud humana, sino que también tiene un impacto importante en la agricultura y el medio ambiente. Según la Comisión Nacional Forestal (Conafor), el Neem contiene un compuesto llamado azadirachtina, que actúa como un insecticida natural.

Este compuesto altera el metabolismo de los insectos, esterilizándolos, afectando sus órganos vitales y reduciendo su apetito. Esto hace que el Neem sea muy útil para controlar plagas agrícolas. Además, los cultivos tratados con productos derivados del Neem son menos susceptibles a plagas, lo que mejora la calidad de las cosechas y disminuye la necesidad de pesticidas químicos.

El Neem también ayuda a mejorar los suelos, ya que sus raíces profundas extraen nutrientes y agua de capas más profundas del terreno, incluso en suelos áridos o poco fértiles. Según la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, el Neem crece mejor en suelos bien drenados con un pH entre 6 y 8, pero también puede adaptarse a condiciones más difíciles.

El cultivo de Neem requiere cuidados especiales para asegurar su éxito. Según la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, este árbol puede multiplicarse por semillas o esquejes. Las semillas deben limpiarse y sembrarse en un sustrato adecuado que asegure buen drenaje y retención de humedad.

Las semillas germinan en 10 a 12 días, y las plántulas alcanzan 50 cm de altura en unos cuatro o cinco meses, momento en el cual pueden ser trasplantadas a su lugar definitivo.

Es importante planificar bien la distancia entre los árboles para aprovechar al máximo el aire y la luz solar. En condiciones ideales, el Neem comienza a dar frutos entre los tres y cinco años de edad. Sus flores blancas, que florecen entre abril y mayo, tienen un aroma dulce similar al jazmín, y sus frutos, de forma ovalada y de 1,7 cm de largo, maduran entre mayo y agosto.

El Neem se está viendo cada vez más como una solución sostenible frente a los problemas ambientales y agrícolas actuales, pues el uso de productos derivados del Neem no sólo reduce la contaminación, sino que también es una alternativa económica y accesible para los agricultores.

Además, su capacidad para combatir más de 300 plagas y 50 enfermedades agrícolas lo convierte en un recurso valioso para la seguridad alimentaria. Según la Conafor, el Neem también tiene aplicaciones en la construcción, ya que su madera se utiliza como leña y para hacer muebles.