Queso americano e imitación, cómo distinguirlos según la Profeco

La Profeco reveló características esenciales que permiten distinguir quesos auténticos de productos imitadores, incluyendo composición nutricional y sus ingredientes

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La Profeco analizó 40 productos
La Profeco analizó 40 productos para diferenciar quesos auténticos de imitaciones, revisando etiquetado y calidad sanitaria. (Imagen Ilustrativa Infobae)

El queso es un ingrediente muy utilizado en ensaladas, pastas e incluso postres y con el fin de que los consumidores adquirieran productos de acuerdo con sus necesidades, la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) realizó un estudio de calidad.

Este análisis publicado en enero 2025, consistió en revisar las características de 40 productos, de los cuales 16 correspondieron a quesos americanos y 24 fueron imitaciones de queso americano. El objetivo central era informar al consumidor para que pudiera diferenciar entre un producto que es queso y otro que es una imitación, así como evaluar la calidad sanitaria, la composición nutrimental y el cumplimiento de normativas, basándose en diferentes pruebas.

Los estudios realizados por el Laboratorio Profeco analizaron la información comercial, es decir, verificaron que la etiqueta presentara lo requerido por la normatividad en idioma español, como marca comercial, denominación, ingredientes, porcentaje de grasa de leche y proteína así como país de origen, condiciones de conservación, fecha de caducidad, lote, domicilio del fabricante o comercializador, entre otras.

También revisaron que contara con el sistema de etiquetado frontal (excesos de nutrientes) e información sobre su aportación nutrimental. Además, se midieron los contenidos de proteína, grasa, carbohidratos, aporte calórico por cada 100 g y estos fueron los resultados.

Resultados obtenidos y comparación entre quesos e imitaciones

Algunos productos de queso reducido
Algunos productos de queso reducido en grasa no cumplieron con la reducción mínima requerida según normativa. (Imagen Ilustrativa Infobae)

Los quesos americanos analizados mostraron una aportación nutricional en grasa que osciló entre 10.7% y 31.7%, mientras que su contenido proteico varió de 13.5% y 18.8%. Las calorías estuvieron entre 200 y 378 kcal por cada 100 g.

En los quesos reducidos en grasa, aunque ofrecen menos grasa, es decir de 9.4% a 12.4%, algunos incumplieron con la reducción requerida, pues su proteína varió entre 15.9% y 18.2%, y las calorías oscilaron entre 194 y 250 kcal.

En cuanto a las imitaciones se observaron bajos niveles de proteína, es decir, que estaban entre 0.4% y 15.4%. Además, las porciones contenían grasa hasta en un 27.4%, mayoritariamente grasa vegetal. Las calorías oscilaron entre 173 y 342 kcal/100 g pero se descubrió que algunos como el queso Aurrera contenían almidón e incluso contaba con grasas mezcladas.

Por esa razón, la Profeco sugirió leer las etiquetas, ya que esto puede hacer la diferencia para distinguir cuáles son quesos y cuáles imitaciones. También invitó a revisar los sellos de advertencia sobre el exceso de calorías, sodio o grasas saturadas para tomar decisiones informadas así como comparar precios y composiciones, especialmente entre imitaciones que suelen ser más económicas pero menos ricas en nutrientes, además de recomendar conservar los productos refrigerados después de adquirirlos.

Cómo fue el estudio de Laboratorio Profeco

En las imitaciones de queso
En las imitaciones de queso se detectaron altos niveles de grasa vegetal y presencia de almidones. (Imagen Ilustrativa Infobae)

Igualmente se verificó el contenido de agua para detectar casos en los que la cantidad añadida sea el ingrediente principal, lo cual es común en algunas imitaciones.

De la misma manera se revisó la presencia de almidón, es decir que se identificó si el producto contiene este ingrediente, utilizado con frecuencia en imitaciones para abaratar costos, dar estabilidad y aumentar el rendimiento del producto.

También se revisó el contenido de sodio, ya que es un nutriente crítico asociado a riesgos de enfermedades no transmisibles como hipertensión arterial; se evaluó su concentración en cada producto y se comprobó que la cantidad del producto declarado en la etiqueta correspondiera con la realidad.

En los productos denominados “queso”, se verificó que la grasa fuera de origen lácteo; en los que se clasifican como “imitación”, se confirmó mayoritariamente la presencia de grasas vegetales.

Además se efectuaron pruebas para asegurar que no contuvieran microorganismos que perjudicaran la salud o deterioraran el producto y con base en la regulación federal que establece las especificaciones de etiquetado para alimentos y bebidas no alcohólicas preenvasadas (NOM-051-SCFI/SSA1-2010) y las especificaciones fisicoquímicas que deben cumplir los quesos según la NOM-223-SCFI/SAGARPA-2018, se encontraron inconsistencias nutricionales en ciertos productos.

Las declaraciones de grasa y proteína en algunas etiquetas como las de Dutch Farms o Nutri no coincidieron con el contenido real, por lo que la Profeco señaló que esto puede confundir al consumidor, ya que un producto señaló tener 14.2% de proteína y 23.8% de grasa pero contenía 24% de proteína y 29% de grasa mínimos.

Otro producto (marca Lima) declaraba 6% de proteína presentó solo 0.5% y productos “reducidos en grasa” no cumplieron con la reducción mínima establecida por normativas, que establecen que debe contar con un 25% menos grasa en comparación con su versión estándar.

Además se descubrió que las imitaciones contenían almidón como componente clave, lo cual no debe estar presente en los quesos. Las grasas utilizadas por los quesos contenían grasa de leche mientras que las imitaciones contaban con grasas vegetales, aunque algunas combinaban ambas y esto generó confusión respecto a su etiquetado.