Anna Ferro demandará a Ingrid Coronado por daño moral; viuda de Fernando del Solar la acusa de maltratos

Anna Ferro e Ingrid Coronado continúan dando de qué hablar, pues aunque ya pasaron 22 meses del lamentable fallecimiento de Fernando del Solar y su testamento fue leído por su abogado, siguen peleando por un departamento ubicado en Cuernavaca. Mientras la presentadora asegura que el inmueble forma parte de un fideicomiso para los hijos que tuvo con su exesposo, la maestra de yoga insiste que el conductor se lo heredó.

Entre dimes y diretes, la abogada Mariana Gutiérrez concedió una entrevista para el programa radiofónico de Shanik Berman, donde dio a conocer que su representada demandará a Ingrid Coronado por daño moral:

Según la legista, la profesora de yoga ha sufrido varios desaires desde que murió Fernando del Solar por las declaraciones que Ingrid Coronado ha lanzado en su contra. Incluso, aseguró que la exconductora de ‘Venga la Alegría’ se puso en contacto con el equipo de seguridad del fraccionamiento en donde se encuentra el departamento para pedir que no le permitieran el paso.

“En el fraccionamiento en donde actualmente habita Anna Ferro en Cuernavaca, Morelos, que es un fraccionamiento con seguridad y cerrada. Por notificaciones unilaterales de la señora Ingrid, le quitaron el acceso a la pluma, no podía entrar”, comentó.

Finalmente, Mariana Gutiérrez reiteró que Anna Ferro tiene derecho sobre el inmueble porque así lo quiso Fernando del Solar: " Hay un documento certero ante la autoridad, ya veremos qué dice el juez”.

Sin embargo, Shanik Berman puso en duda la última voluntad del conductor argentino y de cierta manera se posicionó de lado de Ingrid Cornado, pues considera que Anna Ferro está: “Usurpando una propiedad que no es de ella”.

De acuerdo con la información que compartieron Ingrid Cornado y Anna Ferro en diversas entrevista, el inmueble pertenece a los exconductores de ‘Venga la Alegría’ porque lo compraron juntos cuando estaban casados. Sin embargo, tras su escandalosa separación, decidieron incluirlo en un fideicomiso para los dos hijos que tuvieron en común: Luciano y Paolo.

Es decir, la propiedad pertenece a los niños y podrán hacer uso de ella cuando ambos cumplan la mayoría de edad, mientras tanto, está protegido por su madre.