De esta forma, ‘La Barbie’ podía tener lujos en el Altiplano y controlar a su organización desde prisión

Édgar Valdez Villarreal, mejor conocido como ‘La Barbie’, quien fue capturado el 30 de agosto de 2010, en el Estado de México, de inmediato buscó la manera de seguir teniendo el control de su organización criminal, así como gozar de lujos al interior del penal federal.

Ante esa necesidad, de inmediato estrechó una relación con uno de los custodios, a quien le solicitaba que llevara recados a los empleados de su naciente grupo criminal, así como proveerlo de dinero, con el que podía pagar sobornos y gozar de lujos.

A ‘El Güero’ le gustaba tener televisión, hojas de papel y pluma para escribir, por lo que eran los objetos que constantemente pedía, pues con ellos mandaba mensajes y coordinaba algunas operaciones, con la que buscaba mantenerse vigente en la zona que intentaba controlar.

“Valdez Villarreal tenía a sueldo a un custodio en el Altiplano, con el que estrechó una suerte de amistad, el guardia se encargaba de llevar dinero a sus mandos para que el capo pudiera tener televisión, hojas de papel y pluma para escribir, además de alcohol y mujeres, a través de ese individuo, ‘La Barbie’ hizo llegar el mensaje de sus pretensiones a Cortés Jiménez, y este a su vez se comunicó con células criminales de Acapulco, Estado de México, Morelos y la Ciudad de México”, se lee en el libro ‘Narcos de México’.

Cabe mencionar que para esas fechas Valdez Villarreal tenía el control de Acapulco, Estado de México, Morelos, así como la Ciudad de México, pero con el paso de tiempo fue perdiendo fuerza, siendo el puerto, el primero en caer.

Durante la tarde del pasado 18 de mayo del 2010, Édgar Valdez paralizó el barrio bravo de Tepito, luego de sostener una reunión con diferentes narcomenudistas del centro de la capital, por lo que durante todo ese tiempo estuvieron más de 100 hombres cuidando la zona, causando una incertidumbre en las autoridades, quienes desconocían lo que estaba sucediendo.

“La tarde del 18 de mayo de 2010, Andrés Velasco, comandante de la Policía Judicial del Distrito Federal, recibió una alerta en su radio Nextel, uno de sus elementos en el operativo Tepito, le avisó que algo inusual estaba sucediendo, unos 100 hombres con gorras negras bajaban de varios autobuses carreteros y se distribuían por las calles del barrio, es aproximadamente las 15:00 horas”, relata el autor del libro ‘Narcos de México’.