
En las cenas de Navidad y año nuevo, comer en exceso puede ser una conducta habitual. Las repercusiones suelen dejar un dolor estomacal agudo, diarrea e indigestión. Para prevenir estos problemas es necesario mantener una alimentación saludable, sin alimentos ultraprocesados y consumir postres de la época con moderación.
El sobrealimentación representa un desequilibrio energético que desencadena la obesidad, producto de consumir calorías en exceso en comparación con el gasto energético de una persona. Este fenómeno es impulsado por factores ambientales y culturales que han fomentado tanto el consumo activo como pasivo de sustancias calóricas. Se destacan entre estos factores la fácil accesibilidad y promoción de alimentos baratos y densos en energía, normalmente con altos contenidos de grasa, así como la adopción de estilos de vida sedentarios, según los Institutos Nacionales de Salud (NIH) en Estados Unidos.
El consumo excesivo de ácidos grasos saturados y trans ha sido señalado como perjudicial para la salud, por lo que es recomendable evitarlos y sustituirlos con verduras y legumbres. Además, se suma la preocupación por los alimentos de alto índice glucémico y los ácidos grasos n-6, cuyo exceso podría ser un factor de riesgo independiente para enfermedades y obesidad, aunque estos planteamientos permanecen en el terreno de la controversia y requieren de más investigación.
¿Qué hacer luego de un atracón en la cena de Navidad?
Tras episodios de excesos alimenticios, muchas personas experimentan malestares digestivos, que pueden incluir sensaciones de pesadez y aumento de gases. Existen medidas sencillas para aliviar estos síntomas y favorecer el proceso digestivo. Entre ellas, se sugiere realizar un paseo para estimular el tránsito intestinal y mantener una adecuada hidratación, según Cleveland Clinic.

El consumo de tés de hierbas como la menta, manzanilla y jengibre ha demostrado ser beneficioso para la digestión. Estas infusiones pueden ayudar a disminuir los gases y aliviar la sensación de plenitud. Sin embargo, es importante recordar que estos consejos no sustituyen la atención médica profesional en caso de malestares graves o persistentes.
Además, un ejercicio moderado, como caminar, está especialmente indicado para reducir la presión abdominal y regular el nivel de azúcar en la sangre. Además, la ingesta de líquidos es esencial, ya que el sistema digestivo requiere de un mayor volumen de agua para procesar el excedente de alimentos consumidos.
Otras recomendaciones tener el desayuno regular se asocia con una menor tendencia a ingerir alimentos altos en calorías durante el resto del día, especialmente en personas que sufren de trastorno por atracones. Se sugieren que omitir esta comida puede propiciar un aumento en la probabilidad de realizar atracones alimenticios más adelante, según Mayo Clinic.

El orden en el entorno alimenticio constituye otro aspecto crucial para quienes luchan contra los atracones. La accesibilidad a alimentos tentadores puede gatillar episodios de consumo excesivo. Se aconseja evitar tener este tipo de productos en el hogar o, por lo menos, minimizar su presencia para reducir al mínimo la tentación.
Un factor que suele pasarse por alto es la calidad nutricional de la alimentación. Los profesionales de la salud enfatizan que incluso con el consumo excesivo de comida durante atracones, es frecuente que la dieta carezca de nutrientes esenciales. Incluir cantidades adecuadas de vitaminas y minerales en la dieta diaria es esencial, y se recomienda consultar a un profesional médico para ajustar el consumo alimenticio a las necesidades individuales.
Nunca es recomendable automedicarse, incluso consumir bicarbonato de sodio
Los trastornos alimentarios, especialmente aquellos episodios compulsivos de ingesta excesiva conocidos como atracones, pueden llevar a serias complicaciones médicas, incluyendo casos extremos donde se produce dilatación gástrica aguda, con potencial para causar necrosis isquémica y rotura del estómago, de acuerdo con un estudio publicado en la revista Innovations in pharmacy.
Se ha identificado que las personas que padecen estos momentos de consumo excesivo de alimentos tienden a experimentar síntomas como dispepsia e hinchazón. Ante estas molestias, muchos optan por la automedicación con productos de venta libre, como el bicarbonato de sodio, una sustancia comúnmente utilizada para encontrar alivio. No obstante, se han documentado incidencias muy poco frecuentes en las que el bicarbonato de sodio ha desencadenado una dilatación gástrica aguda y hasta la ruptura gástrica espontánea.

Los especialistas recomiendan precaución al utilizar cualquier remedio casero o medicamento sin prescripción para el alivio de los síntomas post-atracones. A pesar de que el uso del bicarbonato de sodio es generalizado por su capacidad de neutralizar la acidez estomacal, es importante tener en cuenta el riesgo, aunque sea mínimo, de sufrir efectos adversos graves. Este caso pone de manifiesto la importancia de consultas médicas antes de recurrir a tratamientos por iniciativa propia, especialmente en el contexto de trastornos alimentarios.
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