El amante de Frida Kahlo que casi murió asesinado por Diego Rivera

La escandalosa vida de Frida Kahlo, quien falleció un 13 de julio de 1954, ha sido ampliamente comentada por los fanáticos del arte. Sus pinturas, tristezas y anécdotas son bien conocidas por los mexicanos, pues se ha convertido en una importante figura histórica.

Diego Rivera, quien fue el gran amor de Frida, fue bendición y maldición al mismo tiempo para ella; y las amantes no fueron escasas. Incluso, se cuenta que el muralista engañó a la pintora con su propia hermana y que las decepciones que Frida sintió fueron constantes durante su matrimonio.

Pero no sólo Diego Rivera compartió intimidad con otras personas mientras estaba casado con Frida, pues ella también se aventuró a experimentar su sexualidad con otros y otras. En cualquier caso, hay más de una versión que asegura que la pareja vivía en un matrimonio no monogámico, es decir, que tenían acuerdos para intimar con terceros sin tener problemas de celos.

Sin embargo, esta dinámica no siempre funcionó. Hubo un tiempo en la relación de los artistas que Frida Kahlo puso tan celoso a Diego Rivera con un hombre que el muralista estuvo a punto de cometer un asesinato.

Se dice que Frida Kahlo tuvo muchas parejas sentimentales. De las más conocidas son Chavela Vargas, Jaqueline Lamba, Nickolas Muray y hasta León Trosky, pero fue Isamu Noguchi quien desestabilizó tanto a Diego Rivera que lo llevó a intentar cometer una locura.

Fue un artista nacido en Los Ángeles, Estados Unidos, en el año 1904, quien estudió escultura y arte en varias partes del mundo como Japón y China. En su búsqueda por conocer nuevas tendencias artísticas alrededor del mundo, viajó a la Ciudad de México luego de sorprenderse por el arte de José Clemente Orozco.

Por aquel entonces, Diego Rivera se encontraba a cargo de la dirección artística de un mercado llamado Abelardo L. Rodríguez, donde se estaba pintando una serie de murales. El artista mexicano requirió de algunos colaboradores para que se unieran a su equipo.

Así fue como Isamu Noguchi tuvo contacto con Frida Kahlo. Durante ocho meses, el artista se dio la oportunidad de convivir con ella, a tal punto que terminó enamorándose con gran intensidad. Kahlo, por su parte, correspondía los sentimientos del estadounidense.

Como parte de la colaboración de Isamu y Diego Rivera surgió un mural elaborado por el estadounidense, titulado: La historia de México.

La relación sentimental y sexual que tenían Isamu Noguchi y Frida Kahlo era, por supuesto, clandestina y a espaldas de Diego Rivera. Lo que sentía la mexicana y el estadounidense era profundamente intenso. Por esta razón y ensimismados en no abandonar sus encuentros, la pareja tuvo una idea.

Fue así que consiguieron un departamento para amarse sin miedo a que el muralista mexicano los descubriera. Frida sabía perfectamente de lo que Diego era capaz si se enteraba de una traición de ese tamaño y por eso estuvo de acuerdo en tomar las precauciones necesarias.

Por supuesto, necesitaban muebles para el departamento, pero la compra de éstos significó en el fracaso del plan y en que se desatara la furia de Diego Rivera.

Frida y Isamu compraron muebles en una tienda departamental; sin embargo, los encargados del envío cometieron un terrible error y en lugar de mandar los productos al departamento secreto, llegaron la casa de San Ángel. De inmediato, Diego Rivera lo entendió todo.

Salió corriendo hacia la Casa Azul, donde se encontraban los amantes en plena intimidad y a punta de pistola, el muralista persiguió a Isamu por toda la casa. El estadounidense logró escapar trepando a un árbol y después alejándose por el tejado de la casa.

Tiempo después, Noguchi buscó a Frida Kahlo cuando terminó internada por el empeoramiento de su pierna. En el cuarto de hospital, Diego se encontró con Isamu y, nuevamente con la pistola desenfundada le dijo: “La próxima vez que te vea te voy a meter un balazo”.