Caballo de Merens: el inconfundible ‘Príncipe Negro’ de los Pirineos franceses

Conocido por su pelaje oscuro y su temple inquebrantable, este ejemplar acompañó a guerreros y sobrevivió a expediciones históricas legendarias

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El Merens fue uno de
El Merens fue uno de los caballos más populares de Francia. (Imagen Ilustrativa Infobae)

Con un rol fundamental en la historia ecuestre de Francia, enraizado en los paisajes montañosos de los Pirineos, el Caballo de Merens es cariñosamente apodado ‘El Príncipe Negro’ (Le Prince noir) gracias a su distintivo pelaje oscuro, su elegancia y su fortaleza.

Su trayectoria se extiende por siglos, desde acompañar a los guerreros de Julio César hasta soportar las campañas más arduas del periodo napoleónico. De hecho, según la revista especializada Ehorses, durante la retirada de las tropas desde Rusia, únicamente la artillería equipada con ejemplares de esta raza consiguió regresar, siendo un ejemplo de su resistencia excepcional.

Su nombre proviene de un pequeño pueblo cercano a Andorra, en pleno corazón de la cordillera pirenaica, donde estos equinos se desarrollaron en aislamiento. Este encierro geográfico también explicaría, como detalla la fuente citada, por qué la raza muestra hoy una uniformidad tan evidente entre sus ejemplares.

Incluso se sospecha que sus orígenes son todavía más antiguos, pues existen similitudes en pinturas rupestres de más de tres mil años, lo que plantea la posibilidad de un linaje profundamente arraigado en la historia de la región.

De caballo de guerra a superviviente

El aislamiento geográfico en la
El aislamiento geográfico en la cordillera pirenaica explica su uniformidad genética y morfológica. (Imagen Ilustrativa Infobae)

Durante siglos, el Merens fue un caballo versátil utilizado para la silla, el tiro y la carga; su complexión robusta lo convirtió en uno de los equinos más populares de Francia en tiempos preindustriales. Sin embargo, su destino cambió drásticamente tras la Segunda Guerra Mundial, ya que la mecanización agrícola redujo su utilidad en el campo, y la población comenzó a disminuir a niveles preocupantes.

Para evitar su desaparición, se implementaron programas de cría que incluyeron cruces con razas como el Percherón, el Bretón o incluso el Árabe, buscando refinar y conservar sus características más distintivas. Aun así, su reconocimiento formal llegó tarde dado que el libro genealógico oficial del Caballo de Merens no se estableció sino hasta 1947, un dato señalado también por Ehorses.

A nivel físico, esta raza destaca por su armonía estructural, con una cabeza corta y elegante, frente amplia, orejas diminutas y un perfil nasal recto o ligeramente cóncavo. Su cuello, de longitud media, enlaza con un dorso fuerte y una grupa musculosa, mientras que su pecho amplio y hombros inclinados lo convierten en un equino equilibrado para actividades de trabajo y ocio. Su crin suele ser ligeramente ondulada, reforzando su apariencia distintiva de “Príncipe Negro”.

Temperamento, habilidades y estado actual de la raza

Considerado un símbolo de resistencia
Considerado un símbolo de resistencia y elegancia, este equino destaca por su historia milenaria.

En movimiento, el Merens se caracteriza por una gran seguridad en el paso, atributo clave para transitar caminos irregulares. Aunque sus zancadas son energéticas y amplias, sus aires tienden a ser planos, relacionados con su carácter firme y sólido. Según Ehorses, su temperamento es otro de sus mayores atractivos, pues son caballos inteligentes, dóciles, resistentes y leales, cualidades moldeadas por su origen en los exigentes paisajes de los Pirineos.

El vínculo con su cuidador puede tardar en consolidarse, pero una vez formado, genera un lazo de confianza duradero. Para actividades al aire libre, rutas de montaña o trekking, esta raza es considerada insustituible. Por otro lado, si bien puede desempeñarse bien en deportes ecuestres competitivos, no es el ejemplar ideal si el objetivo principal es obtener altos puntajes o velocidad en competencias profesionales.

La situación demográfica, sin embargo, es motivo de alerta. Ehorses subraya que en 2015 solo nacieron 485 potros en Francia, una caída notable respecto a los 710 registrados en el año 2000. En Bélgica, la cifra es todavía más baja, con apenas siete nacimientos en 2016. Su población reducida lo coloca entre las razas equinas europeas que requieren atención y programas de conservación continuos.

Una condición de salud a considerar es la miopatía por almacenamiento de polisacáridos (PSSM), una enfermedad metabólica presente en la raza. Afortunadamente, su manejo es posible mediante una dieta adecuada y ejercicio regular, sumado a ello, un test de ADN permite detectar la mutación que provoca esta afección.

Adquisición, cuidados y longevidad del “Príncipe Negro”

Existen por lo menos 10 tipos que por sus precios son animales exclusivos. (Créditos: Infobae México)

El precio de un Caballo de Merens varía según el entrenamiento y la línea genética, pero generalmente parte de los cinco mil euros. Para quienes buscan importarlo desde Francia u otros países europeos, deben añadirse los costos de transporte, exámenes previos a la compra que suelen realizar veterinarios locales, y la documentación sanitaria para su exportación e importación. Según Ehorses, todos estos factores influyen en el valor final.

En cuanto a su longevidad, viven entre 25 y 30 años, aunque muchos superan esa edad bajo cuidados adecuados. Su origen en zonas montañosas explica su capacidad para prosperar con una dieta básica de heno y hierbas, lo que facilita su mantenimiento diario.

Así, a pesar de su población reducida, su carácter noble, su fuerza equilibrada y su capacidad para enfrentar terrenos desafiantes consolidan al “Príncipe Negro” como un caballo resistente y elegante, cuya historia merece mantenerse viva.