Atrapado durante 24 horas entre basura y aguas contaminadas un perro lucha por sobrevivir y su final fue inesperado

El animal fue encontrado milagrosamente por una azafata que pasaba por el lugar

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El inspector de bienestar animal
El inspector de bienestar animal ingresó al canal con lodo y desechos peligrosos para rescatar a un can en estado crítico. (FB: Animal Welfare Helderberg)

El domingo 26 de octubre, una azafata de vuelo residente de Ciudad del Cabo, Sudáfrica, vivió una terrible experiencia que jamás olvidará mientras regresaba a casa caminando desde su trabajo.

De acuerdo con The Dodo For Animal People, una plataforma con enfoque emocional hacia el cuidado y la defensa de los animales, la mujer atravesaba Nomzamo, una zona caracterizada por sus asentamientos informales y la escasa infraestructura urbana. Ahí, al pasar junto a un canal convertido en vertedero, repleto de envases de comida vacíos, bolsas de plástico y aguas residuales flotando en el agua sucia, llamó su atención un movimiento entre la basura.

Al acercarse, se encontró con un perro de pelaje marrón varado en medio del agua contaminada que llevaba al menos veinticuatro horas atrapado, ya que el animal había estado allí desde la mañana, antes de la partida de la mujer hacia el trabajo. Ante la angustiante escena, la testigo actuó de inmediato para intentar salvarlo.

Con el día casi llegando a su fin, ella comenzó a llamar a todos los refugios que pudo encontrar, pero fue Kyle Girodo, inspector de Bienestar Animal de Helderberg, quien respondió a la urgente alerta.

El heroico rescate entre aguas negras

El refugio Helderberg brindó atención
El refugio Helderberg brindó atención veterinaria y cuidados especiales a Moose tras su rescate en condiciones insalubres. (FB: Animal Welfare Helderberg)

Girodo se dirigió a Nomzamo conduciendo durante unos 20 minutos hasta llegar al canal, donde la mujer lo llevó hasta Moose, como más tarde se llamaría el perro. “En esa zona en concreto, hay heces humanas, orina, basura”, dijo Girodo a The Dodo For Animal People. “Hay de todo, de todo, tirado allí”.

A pesar de las condiciones, que incluían lodo hasta las rodillas y botas completamente empapadas, el hombre se adentró sin vacilar. “Al entrar ahí, no tienes ni idea de cómo va a reaccionar el perro. Está asustado, ha estado en el agua, está helado, está en estado de shock”, explicó. Añadió que en zonas como Nomzamo, los cánidos suelen utilizarse para seguridad más que como compañía, por lo que es probable que el ejemplar nunca hubiera recibido una caricia humana.

Cuando el can le mostró los dientes, no fue una sorpresa. Con cuidado, Girodo lo cubrió con una toalla, y en cuanto lo levantó y lo abrazó, Moose se relajó. Tras sacarlo del canal, lo llevó a su vehículo, lo secó y, siguiendo el consejo de la enfermera veterinaria del refugio Helderberg, lo envolvió en mantas para mantenerlo caliente y prevenir un shock. De esa forma, el mamífero pasó la noche seguro en el hospital veterinario del refugio, donde recibió alimento y atención médica.

“El olor era insoportable”, comentó Girodo. “Apestaba todo el hospital. Al día siguiente, cuando más o menos entendió lo que pasaba, lo sacamos y los voluntarios le dieron un baño, y después se sintió mucho mejor”.

De acuerdo con la información consultada en The Dodo, legalmente, Moose debe permanecer en el refugio durante 10 días antes de poder ser dado en adopción. Durante ese tiempo, recibirá medicación para posibles infecciones derivadas del contacto con agua contaminada.

Riesgos sanitarios y esperanza para Moose

Moose deberá permanecer diez días
Moose deberá permanecer diez días en el refugio antes de ser dado en adopción. (FB: Animal Welfare Helderberg)

El contacto con cuerpos de agua contaminados implica riesgos importantes para la salud. Entre las enfermedades comunes se encuentra la leptospirosis, causada por la bacteria Leptospira spp., presente en todo el mundo y capaz de infectar a cualquier mamífero, incluidos los humanos.

Según el Departamento de Salud del estado de Washington, los perros pueden infectarse al entrar en contacto con agua contaminada, especialmente estancada o de corriente lenta, así como por contacto con orina o tierra infectada. Los síntomas clínicos incluyen fiebre, vómitos, dolor abdominal, diarrea, inapetencia, debilidad, depresión severa y rigidez muscular intensa.

A pesar de los peligros y de la traumática experiencia vivida, Kyle Girodo se muestra optimista respecto al futuro de Moose. “Muchos de los perros que recibimos muestran agresividad de inmediato. Su primer instinto es morder… mientras que el suyo no”, afirmó. Una vez que el personal del refugio determine con qué perros se lleva bien Moose, podrá salir a jugar con otros canes para socializar.

El inspector confía en que pronto el ejemplar podrá disfrutar de la vida como animal de compañía en lugar de perro guardián. “Por lo que he visto, lo está haciendo de maravilla”, concluyó.