
Originario del estado de Minas Gerais, el Mangalarga Marchador es una de las razas más emblemáticas de Brasil. Descendiente de caballos ibéricos y portugueses, destaca por su marcha natural y su estructura equilibrada.
Con más de 387,000 ejemplares registrados, es la tercera raza equina más numerosa del mundo, aunque su reconocimiento internacional aún se encuentra en expansión.
Este caballo de tamaño mediano, cuya alzada varía entre 140 y 157 centímetros y alcanza un peso de hasta 450 kilos, se distingue por su cuerpo compacto, cuello musculoso y pelaje sedoso. Su aspecto armónico y temperamento dócil lo han convertido en un animal versátil, capaz de adaptarse tanto al trabajo rural como a la equitación deportiva y recreativa.
La raza es especialmente valorada por su marcha característica, un movimiento de cuatro tiempos que ofrece suavidad y comodidad al jinete. Este andar, conocido como “Marcha”, es una de las cualidades imprescindibles para que un ejemplar sea reconocido oficialmente como parte del linaje Mangalarga Marchador.
Orígenes y evolución de la raza

De acuerdo con la revista especializada E Horse, “la historia del Mangalarga Marchador comienza a principios del siglo XIX con la llegada a Brasil de caballos Alter Réal que acompañaron al escape de la familia real portuguesa de Napoleón”.
Estos ejemplares fueron cruzados con caballos berberiscos y razas ibéricas de trabajo, dando origen a los primeros equinos “Sublime”, reconocidos por su elegancia y su andar suave denominado “Marcha”, similar al tölt del caballo islandés.
Con el paso de los años, criadores brasileños buscaron perfeccionar la raza manteniendo su distintiva marcha. Los equinos comenzaron a ser conocidos como “de Mangalarga”, en referencia a la hacienda donde se criaron los primeros ejemplares.
A inicios del siglo XX, el zoólogo Paulo de Lima Corrêa realizó estudios para establecer el estándar morfológico y funcional del Mangalarga, lo que llevó a la creación del libro genealógico y de los primeros criterios de selección.
Características y temperamento del Mangalarga Marchador
El Mangalarga Marchador posee una estructura fuerte y proporcionada. Su cabeza triangular, con frente ancha, ojos expresivos y orejas arqueadas, se complementa con un cuello piramidal y un cuerpo compacto que refleja potencia y equilibrio.
Su piel es fina y su pelaje liso, con crines y cola sedosas. Aunque se aceptan todas las tonalidades, predominan los ejemplares de capa torda, mientras que los alazanes y negros son menos comunes.
Según E Horse, “el Marchades conocido por su temperamento dócil y su afinidad hacia las personas”. Es un caballo activo, dispuesto y versátil, capaz de desempeñarse en diversas disciplinas como doma, salto, equitación de campo y recreación familiar. Estas cualidades lo convierten en un compañero confiable tanto para jinetes experimentados como para quienes buscan un animal equilibrado y sensible.
La característica más distintiva de esta raza sigue siendo su “Marcha”, un andar natural que combina elegancia, estabilidad y comodidad. “Lo que diferencia al Mangalarga Marchador de la mayoría de las razas es su marcha adicional”, señala E Horse, subrayando que esta habilidad ha sido el principal criterio de selección a lo largo de generaciones.
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