Héroes anónimos: los animales que fueron reclutados y dieron su vida en la Primera Guerra Mundial

Su sacrificio permanece registrado en memoriales y conmemoraciones alrededor del mundo

Guardar
Más de 16 millones de
Más de 16 millones de animales participaron en tareas vitales durante la Gran Guerra. (The University of Kansas )

Durante la Primera Guerra Mundial, millones de animales fueron utilizados en tareas fundamentales para el esfuerzo bélico. Aunque este conflicto bélico se caracterizó por el uso de ametralladoras, tanques y aviones; los caballos, burros, mulas, perros, palomas y otros animales jugaron un papel esencial en la logística, transporte y comunicación.

Su participación no solo facilitó operaciones militares, sino que también brindó consuelo a los soldados en medio de las difíciles condiciones del conflicto.

Entre 1914 y 1918, más de 16 millones de animales sirvieron en el frente, según un artículo de National Geographic. Caballos, burros y mulas transportaban víveres, agua, municiones y heridos, mientras que perros y palomas se encargaban de trasladar mensajes entre unidades.

Otros animales, incluyendo cabras, monos, gatos y hasta un cerdo y un oso, fueron utilizados como mascotas para elevar la moral de las tropas.

A pesar de su contribución, las especies enfrentaron condiciones extremas: agotamiento, heridas, metralla y enfermedades fueron constantes.

La pérdida de vida fue significativa, especialmente entre los caballos, que sufrieron bajas masivas durante el conflicto. Su sacrificio ha sido recordado con monumentos y homenajes en distintas partes del mundo, reconociendo su papel en la historia militar.

Caballos y animales de carga: soldados al frente

Equinos de gran fuerza y
Equinos de gran fuerza y resistencia fueron los soldados animales más numerosos y valiosos. (The University of Kansas )

Los caballos, burros y mulas fueron los animales más numerosos y valiosos en la guerra. El mismo reporte de Nat Geo estima que entre 5 y 6 millones de equinos estuvieron en servicio, desempeñando tareas de tiro y transporte de artillería, víveres y soldados heridos. El percherón, por su fuerza y musculatura, se convirtió en el ejemplar ideal para las labores más exigentes.

Mientras tanto, las mulas y burros eran esenciales en terrenos difíciles: su tamaño y resistencia les permitían atravesar acantilados, montañas y trincheras con cargas pesadas.

Sin embargo, estas especies sufrían lesiones, agotamiento y enfermedades, y muchas murieron a causa del conflicto. Se estima que 484.143 caballos británicos fallecieron entre 1914 y 1918, según la Real Sociedad para la Prevención de la Crueldad contra los Animales.

Mensajeros y aliados

Cher Ami, la paloma mensajera
Cher Ami, la paloma mensajera que salvó a todo un Ejército en la Gran Guerra. (Foto: Archivo Nacional de EE.UU)

Las palomas se destacaron como mensajeras insustituibles, gracias a su velocidad y potente instinto de retorno. Los soldados las utilizaban para enviar mensajes cruciales entre unidades, instalando palomares tanto en cuarteles como en campaña.

Otros animales de menor tamaño, como los hurones, ayudaban en tareas específicas, por ejemplo, localizando conejos para alimentar a las tropas; algunos contaban incluso con pasaportes y uniformes adaptados.

Además de su labor en el frente, los animales contribuyeron a la moral de los soldados. Ejemplos famosos incluyen a Stubby, un perro que se convirtió en mascota de la 102.ª Infantería estadounidense, y Togo, gato a bordo del acorazado HMS Dreadnought.

Como reconocimiento, existen homenajes como la Tumba del Caballo de Guerra Blackie en Liverpool, el Dispensario Conmemorativo de Animales de Guerra y el Monumento a los Animales de Guerra en Londres, dedicado “a todos los animales que sirvieron y murieron junto a las fuerzas británicas y aliadas en guerras y campañas a lo largo del tiempo”.