
El Zoológico del Condado de Sedgwick, ubicado en Kansas, Estados Unidos, ha dado a conocer una noticia alentadora para la conservación de la biodiversidad, se trata del nacimiento de un pecarí del Chaco, una especie considerada “en peligro crítico de extinción”.
El hecho se anunció hace unas horas mediante una publicación en la página oficial de Facebook del zoológico. “Cada nacimiento es un paso importante para proteger el futuro de esta especie, y este es el tercer bebé de Pickle”, compartió la institución, recordando que el pasado 3 de marzo, la hembra dio a luz a Louise, procreada con Karl, otro ejemplar de esta rara especie sudamericana.
Aunque el nuevo integrante de la familia aún es pequeño, según lo detallado por el zoológico, se espera que alcance un peso de hasta 35 kilogramos en su etapa adulta, como es común entre los pecaríes del Chaco.
Este nacimiento forma parte del Programa de Supervivencia de la Especie Chacoana (Chacoan Species Survival Plan), una iniciativa de conservación liderada por la Asociación de Zoológicos y Acuarios (AZA, por sus siglas en inglés), a través de un enfoque de cría cooperativa entre zoológicos. El objetivo es preservar la diversidad genética de esta especie y, eventualmente, lograr reintroducciones exitosas en su hábitat natural.
Los zoológicos que participan trabajan de forma estrecha con organizaciones de conservación en Paraguay, uno de los países que forma parte del hábitat histórico del pecarí del Chaco, con la intención de asegurar una población viable que pueda reforzar a las poblaciones silvestres.
Un animal poco conocido

El pecarí del Chaco, de nombre científico Catagonus wagneri, es una especie históricamente poco conocida, no obstante, según el Elmwood Park Zoo, ubicado en Pensilvania, se trata de la más grande de las tres especies de pecaríes conocidas.
Hasta 1971, de hecho, se creía que este animal estaba extinto, pero su sorprendente redescubrimiento en la región del Gran Chaco marcó un hito en la historia de la zoología y la conservación de especies.
Actualmente, se estima que solo quedan alrededor de tres mil ejemplares en el mundo, lo que hace del pecarí chaqueño una de las especies más amenazadas del continente americano. Su situación crítica se debe, principalmente, a la pérdida acelerada de su hábitat, impulsada por la expansión de la ganadería, la deforestación y la caza.
Esta especie es endémica de la región del Gran Chaco, una vasta llanura que se extiende por partes de Paraguay, Bolivia y Argentina. El área abarca aproximadamente 87 mil millas cuadradas y se caracteriza por su clima cálido y bajas precipitaciones, condiciones a las que el pecarí del Chaco ha logrado adaptarse a lo largo del tiempo.
Según la información consultada en el Elmwood Park Zool la reproducción de la especie coincide con los periodos de mayor abundancia alimentaria y de lluvias, con crías que nacen, generalmente, entre los meses de septiembre y diciembre, después de un periodo de gestación de cinco meses. En promedio, los pecaríes del Chaco viven unos nueve años.
A qué se le considera una “especie Lázaro”

El pecarí del Chaco es considerado una “especie Lázaro”, un término utilizado para describir a aquellas especies animales que se creían extintas pero que, tras décadas o incluso siglos sin avistamientos, son redescubiertas.
De acuerdo con el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), la extinción de especies es un proceso natural que ha ocurrido incluso mucho antes de la aparición del ser humano. No obstante, el ritmo actual de pérdida de biodiversidad es alarmantemente alto, debido, en gran parte, a las actividades humanas.
Expertos citados por la WWF consideran que nos encontramos inmersos en una “Sexta Extinción Masiva”, donde factores como la sobreexplotación de recursos naturales, la destrucción de hábitats, la caza furtiva y el cambio climático están acabando con miles de especies a un ritmo acelerado.
La revista Ethic detalla que el “efecto Lázaro” representa el asombro y el valor científico del redescubrimiento de especies que, por largos períodos, no se habían registrado, llevando a la creencia errónea de que habían desaparecido por completo. En el caso del pecarí del Chaco, este fenómeno se hizo evidente cuando fue encontrado vivo a pesar de ser descrito inicialmente a partir de fósiles.
Lejos de haber desaparecido, estos animales habían logrado mantenerse ocultos, llevando una existencia discreta en zonas remotas del Gran Chaco, ajenos del contacto humano. Este redescubrimiento impulsó nuevas iniciativas de conservación como el PSC, que hoy da frutos con cada nuevo nacimiento, como el celebrado en el Zoológico del Condado de Sedgwick.
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