Hannoveriano, la raza de caballos que conquistó los Juegos Olímpicos

Ya sea por su rendimiento deportivo o su exclusividad genética, estos equinos son considerados verdaderas “joyas vivientes”

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Un caballo Hannoveriano compite en
Un caballo Hannoveriano compite en los Juegos Olímpicos mostrando fuerza, elegancia y disciplina en la prueba ecuestre con su jinete. - (Imagen Ilustrativa Infobae)

La historia de los caballos de Hannover es, en gran parte, la historia del deporte ecuestre moderno. Desde su origen en el norte de Alemania, esta raza ha pasado de ser un apoyo en el campo y en el ejército, a convertirse en una de las grandes favoritas de los Juegos Olímpicos y campeonatos mundiales.

El prestigio de este equino no es casualidad. Se trata de un linaje construido con siglos de cría selectiva y que hoy se reconoce por su elegancia, fuerza y carácter dócil. Estas cualidades han hecho que sea una de las razas más solicitadas para disciplinas como la doma clásica, el salto y el concurso completo.

Según Strathorn Farm, especializada en caballos de alto rendimiento, “sus altos estándares de crianza y rendimiento hacen que los precios se ubiquen entre 14 mil y 40 mil dólares (12.900 y 36.800 euros), aunque pueden superar ampliamente esa cifra”.

Una raza con siglos de historia

un caballo atlético, resistente y
un caballo atlético, resistente y con cualidades heredadas que lo han llevado a brillar en el deporte de alto nivel. - (Imagen Ilustrativa Infobae)

El nombre de esta estirpe proviene de la región alemana de Hannover, donde en 1735 el rey Jorge II de Gran Bretaña e Irlanda fundó la Yeguada Estatal de Celle. Allí comenzó un proceso de cría que cruzó caballos prusianos, Holstein, españoles y de Mecklemburgo con purasangres, dando como resultado un animal de porte distinguido y movimientos armónicos.

De acuerdo con el sitio especializado Equishop, “los caballos Hannoverianos son una de las razas más codiciadas para los deportes de competición. Son gráciles, elegantes, con ganas de aprender y un temperamento afable. Son perfectos tanto para la doma clásica como para el salto”. No es casualidad que la Asociación Hannoveriana de Verden, fundada en 1888, mantenga hasta hoy uno de los libros genealógicos más influyentes en el mundo ecuestre.

Tras la Segunda Guerra Mundial, la demanda de caballos deportivos impulsó nuevos cruces con purasangres, Trakehner y angloárabes. Ese proceso moldeó al Hannoveriano moderno: un caballo atlético, resistente y con cualidades heredadas que lo han llevado a brillar en el deporte de alto nivel.

Características y físico

El cuerpo de estos equinos
El cuerpo de estos equinos presenta un tórax profundo y una grupa amplia. - (Imagen Ilustrativa Infobae)

La apariencia de este caballo es tan imponente como funcional. “Los Hannoverianos son caballos elegantes, de sangre caliente, con un físico armonioso y una altura media”, describe el portal Equishop. Sus rasgos más distintivos incluyen una cabeza bien proporcionada, frente amplia, ojos expresivos y un cuello largo. A esto se suman una cruz marcada, hombros sólidos y un lomo fuerte, lo que aporta equilibrio y potencia en cada movimiento.

El cuerpo de estos equinos presenta un tórax profundo y una grupa amplia, a veces ligeramente plana, que les confiere similitud con los caballos de tiro. Esta estructura, combinada con patas traseras musculosas y cascos resistentes, les permite destacar en el salto y mantener un andar fluido y energético. En cuanto a tamaño, la mayoría de los ejemplares alcanzan entre 160 y 185 centímetros de altura a la cruz, mientras que su peso promedio ronda los 650 kilos.

Otro aspecto que suma a su atractivo es la variedad de pelajes. Se pueden encontrar Hannoverianos castaños, negros, grises o alazanes, siempre con la misma impronta atlética que caracteriza a la raza. Su capacidad para combinar fuerza con movimientos flexibles (un trote amplio, un galope rítmico y un paso suave) explica por qué se han convertido en protagonistas tanto en competencias internacionales como en la equitación recreativa.

Hannoverianos que dejaron huella en el deporte

(Imagen Ilustrativa Infobae)
(Imagen Ilustrativa Infobae)

Varios ejemplares de esta raza han marcado la historia de la equitación. Gigoló, un caballo castrado alemán nacido en 1983, trabajó junto a la amazona Isabell Werth y juntos ganaron cuatro medallas de oro en los Juegos Olímpicos entre 1992 y 2000. Además, obtuvieron dos medallas de oro en los Campeonatos Mundiales de la FEI: 1994 en La Haya y 1998 en Roma.

Otro ejemplo es Goldfever I, perteneciente a Ludger Beerbaum, con quien ganó una medalla de oro por equipos en los Juegos Olímpicos de Sídney 2000, otra por equipos y una de plata individual en el Campeonato Europeo de 2007. El semental fue inmortalizado en el Paseo de la Fama de Aquisgrán en 2015 y acumuló más de 2,3 millones de euros en premios antes de retirarse en 2009.

Shutterfly, por su parte, colaboró con la amazona Meredith Michaels-Beerbaum, acumulando más de 3,5 millones de euros en premios, incluidas tres medallas de oro en las finales de la Copa del Mundo y el Gran Premio Rolex de Aquisgrán en 2005. Otros como For Pleasure demostraron su valía en medallas olímpicas y campeonatos europeos, consolidando la fama internacional de esta raza.