Un cangrejo con gorro de chef sorprende a buceadora en el fondo del océano

Este peculiar hallazgo se relaciona con una alianza natural entre anémonas y crustáceos

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El crustáceo decorado con un peculiar accesorio se volvió viral en las redes sociales de la mujer. (IG: @cassie.under.water)

Una buceadora identificada como Cassie Brown vivió un insólito momento durante una de sus inmersiones al encontrarse con un cangrejo de musgo que parecía llevar un gorro de chef. El curioso efecto se debía a una anémona blanca adherida a su caparazón, específicamente sobre la cabeza, generando una imagen que rápidamente llamó la atención tanto de la observadora como de sus seguidores en redes sociales.

“Entre las cosas más anómalas y divertidas que he visto bajo el agua: ¡un cangrejo enmascarador gigante que lleva un metridio como un gorro de chef!”, publicó Brown en su cuenta de Instagram, @cassie.under.water. Aunque se trata de una especie conocida por su comportamiento decorativo, el tamaño y la posición del organismo adherido hacían que pareciera estar disfrazado intencionalmente, lo cual resultó llamativo, desatando en la red social comentarios humorísticos como “Crabatouille”.

A pesar de que Brown ya estaba familiarizada con los hábitos decorativos del cangrejo de musgo, reconoció sentirse sorprendida y encantada al ver en acción este peculiar ejemplo de camuflaje natural, “Qué extraño y bienvenido recordatorio de que el océano no me debe nada pero me da todo”, agregó en su publicación. Dicho encuentro fue compartido posteriormente por The Dodo For Animal People, una plataforma enfocada en la defensa y el bienestar animal.

Decoración natural en los cangrejos de musgo

La Metridium senile Tiene forma
La Metridium senile Tiene forma cilíndrica con un disco basal que le permite adherirse a rocas y estructuras sumergidas. (WikiCommons/Tim Sheerman-Chase)

El cangrejo observado pertenece a la especie comúnmente conocida como cangrejo de musgo o cangrejo enmascarador. Estos crustáceos utilizan su entorno para adherir materiales como algas, esponjas, briozoos y anémonas a su caparazón, estrategia que les permite camuflarse y evitar ser detectados por depredadores. En este caso, el accesorio que utilizaba era un ejemplar de Metridium senile, o anémona plumosa, una especie que se distingue por sus tentáculos ramificados y su apariencia ligera en la punta.

Además de responder a mecanismos de defensa y supervivencia, la Red de Monitoreo Integrado de Santuarios (SIMoN, por sus siglas en inglés), una red colaborativa que estudia los ecosistemas marinos nacionales en Estados Unidos, la interacción entre ambas especies en realidad es simbiótica.

Las anémonas, por ejemplo, se benefician del movimiento del cangrejo al obtener una mejor exposición a las corrientes de agua y a partículas alimenticias, como restos de comida. A su vez, la decoración le ofrece al cangrejo ventajas de camuflaje y, en algunos casos, protección química cuando utiliza briozoos que secretan sustancias disuasorias.

Pese a ello, la relación también implica costos, pues una carga decorativa excesiva puede limitar la movilidad del animal, afectar su capacidad de alimentación e incluso reducir su eficacia al escapar de amenazas. No obstante, también se ha documentado que ciertos elementos adheridos, como las algas, pueden convertirse en una fuente complementaria de alimento.

Mecanismos de fijación y muda

El Loxorhynchus crispatus, conocido como
El Loxorhynchus crispatus, conocido como cangrejo de musgo, tiene un cuerpo de color marrón o verdoso, que se mezcla bien con su entorno. (WikiCommons/Jerry Kirkhart)

Una de las características más distintivas del cangrejo de musgo es su capacidad para fijar materiales decorativos a su caparazón sin necesidad de sustancias adhesivas.

De acuerdo con la Red de Diversidad Animal de la Universidad de Michigan, estos crustáceos cuentan con estructuras microscópicas denominadas setas ganchudas, que les permiten sujetar firmemente organismos como algas, esponjas y anémonas. En algunos casos, los cangrejos mastican previamente los organismos que desean adherir, posiblemente para ablandarlos y asegurar una mejor sujeción.

Este comportamiento se relaciona con el proceso de muda, o ecdisis, durante el cual el cangrejo reemplaza su exoesqueleto para permitir su crecimiento. Tras la muda, el nuevo caparazón es inicialmente blando y vulnerable, por lo que el cangrejo se oculta de los depredadores mientras su cutícula se endurece mediante un proceso de calcificación progresiva. Durante esta fase, el animal también absorbe agua, lo que le permite expandirse y alcanzar un mayor tamaño antes de que el caparazón se solidifique.

En la etapa de premuda, la epidermis comienza a separarse de la cutícula anterior, lo que da paso a una intensa actividad celular para formar nuevas estructuras. Las nuevas setas se organizan tomando como guía la cutícula previa, y posteriormente se depositan capas preexuviales sobre el cuerpo.

Este proceso es fundamental no solo en la regeneración estructural del animal, sino también en la reconfiguración de sus mecanismos de defensa y camuflaje, como la renovación de las setas que le permiten continuar con su comportamiento decorativo.