Estudiantes convierten su escuela en un refugio para perros y gatos en situación de calle

El colegio ha brindado atención a más de 500 animales y, al mismo tiempo, opera como un espacio educativo donde los estudiantes desarrollan conocimientos y habilidades relacionadas con el cuidado y bienestar animal

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El programa inició en 2013,
El programa inició en 2013, cuando un grupo de alumnos rescató a un perro enfermo y lo llevó al colegio para brindarle atención médica. (Créditos de foto: Captura de pantalla / AP)

En la Escuela Delia Zapata Olivella, ubicada al noreste de Bogotá, Colombia, se desarrolla desde hace más de una década el programa “Amigos de Cuatro Patas”, enfocado en el refugio, recuperación y adopción de perros y gatos. El proyecto forma parte de las actividades escolares y cuenta con la participación activa de estudiantes y docentes.

El programa inició en 2013, cuando un grupo de alumnos rescató a un perro enfermo y lo llevó al colegio para brindarle atención médica. A partir de ese momento, comenzaron a organizarse y a gestionar espacios y recursos para atender a más animales.

Con el tiempo, lograron establecer un sitio especialmente acondicionado, conocido como el aula animalista, que hoy es parte integral de la institución.

Este refugio escolar ha permitido la atención de más de 500 animales; además de ofrecerles alimento y cuidados médicos, el espacio funciona como entorno de formación.

Los estudiantes aprenden adiestramiento, manejo emocional y principios de protección animal.

“Los niños rescatan, pero también cuidan y protegen; eso es una responsabilidad”, señaló Andrea Murcia, docente líder del proyecto, en entrevista con Revista Occidente XXI.

¿Cómo funciona el proyecto “Amigos de Cuatro Patas”?

Cada mañana, los estudiantes llegan
Cada mañana, los estudiantes llegan al colegio y se dirigen al refugio. Allí, los perros esperan en sus cestos a que les coloquen las correas y comiencen las actividades. (Créditos de foto: Captura de pantalla / AP)

Gracias al premio El colegio como escenario del barrio, recibido en 2019, la institución construyó el aula animalista. El espacio cuenta con diez áreas acondicionadas para perros, un cuarto para gatos, zonas de alimentación, espacios de baño y áreas para atención básica.

Todo esto es financiado con aportaciones voluntarias, donaciones y apoyo institucional, con un costo mensual estimado de 500 dólares.

Cada mañana, los estudiantes llegan al colegio y se dirigen al refugio. Allí, los perros esperan en sus cestos a que les coloquen las correas y comiencen las actividades. “El acercamiento de los niños hacia los perros (...) es algo que me encantó, porque vi una educación en doble vida”, expresó el docente Francisco Paz, uno de los líderes del proyecto, en entrevista con AP.

Las sesiones incluyen ejercicios de adiestramiento canino con premios como salchichas, y también actividades de relajación. En una carpa habilitada, los alumnos practican yoga, escuchan música, encienden incienso y usan una campana tibetana para crear un ambiente tranquilo junto a los animales. Estos momentos permiten reforzar el vínculo entre los jóvenes y los perros, y desarrollar habilidades de empatía y autocontrol.

El profesor Paz destacó que el aula tiene un impacto directo en la vida emocional de los estudiantes: “Hemos tenido un número de situaciones inmenso: casos de (ideas de) suicidio, de no hacer nada por sus vidas, de a futuro querer ser delincuentes... Pero el acercamiento hacia los perros los hace sentirse que sí son importantes para algo bueno”.

Una de las alumnas, María Alejandra Molano, de 14 años, se unió al colegio motivada por el proyecto: “Yo era una de las personas que ni siquiera me gustaba acercarme a la gente. Prefería callar muchas cosas y el proyecto me ha enseñado cómo los animales nos protegen a nosotros”, comentó. Ahora sueña con estudiar veterinaria y crear su propia fundación.

¿Cómo apoyar esta iniciativa?

El refugio es financiado con
El refugio es financiado con aportaciones voluntarias, donaciones y apoyo institucional, con un costo mensual estimado de 500 dólares. (Créditos de foto: Captura de pantalla / AP)

El equipo de “Amigos de Cuatro Patas” recibe apoyo en distintas formas. Las personas interesadas pueden donar alimentos, medicamentos, cobijas, correas u otros insumos.

También es posible sumarse como voluntario en jornadas de limpieza, actividades de socialización o procesos de adopción. Todas las ayudas se reciben directamente en la sede del colegio.

Además, los responsables del proyecto trabajan para replicar este modelo en otras instituciones educativas de Bogotá. Su objetivo es crear una red de colegios que promuevan la protección, el rescate y la adopción responsable de animales en abandono.