Vivir con un gato: 10 costumbres que sólo los amantes de los felinos entenderán

Pam Johnson-Bennett, referente mundial en comportamiento gatuno, revela las curiosas y entrañables situaciones que todo amante de los gatos aprende a asumir con el tiempo

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En uno de sus artículos
En uno de sus artículos recientes, Johnson-Bennett retrata con humor y precisión las situaciones cotidianas que quienes comparten su hogar con un minino conocen de sobra. (Imagen Ilustrativa Infobae)

Convivir con un gato no es solo tener un compañero en casa; es entrar en su mundo, adaptarse a su lógica y descubrir que las pequeñas rutinas diarias ya nunca serán las mismas.

Pam Johnson-Bennett, una de las expertas más respetadas en el estudio del comportamiento felino, lo sabe bien. Autora de best sellers, asesora de programas especializados y fundadora del sitio Cat Behavior Associates (Asociación de Comportamiento Felino), lleva décadas dedicándose a ayudar a personas y gatos a entenderse mejor.

En uno de sus artículos recientes, Johnson-Bennett retrata con humor y precisión las situaciones cotidianas que quienes comparten su hogar con un minino conocen de sobra.

Gatos y humanos: así es la convivencia diaria

La convivencia con un peludo
La convivencia con un peludo de 4 patas no es sólo compartir espacio, sino dejarse conquistar por sus costumbres, sus caprichos y, sobre todo, por su manera única de demostrar afecto. (Imagen Ilustrativa Infobae)

Lejos de ser simples anécdotas, estas experiencias hablan de la adaptación, la paciencia y la complicidad que implica convivir con un minino. Aquí, un repaso a esos pequeños grandes detalles:

1. El pelo se vuelve un accesorio más: al principio, se compran rodillos quitapelusas como si no hubiera un mañana. Luego, simplemente se acepta: el pelo en la ropa deja de ser una molestia y se transforma en una especie de “firma” que recuerda al compañero que espera en casa.

2. Reflejos de ninja nocturno: no existe despertador más efectivo que el inconfundible sonido de un gato a punto de vomitar en plena madrugada. Saltar de la cama, localizarlo y evitar el desastre se convierte en un acto reflejo casi automático.

3. El escritorio, territorio compartido: pensar que se puede trabajar sin la intervención del minino es, en el mejor de los casos, ingenuo. Caminar sobre el teclado, colarse en videollamadas o morder cables son parte del paquete. Y sí, cerrar la puerta solo empeora las cosas.

4. El lenguaje silencioso de los parpadeos: entre los gestos más tiernos está el parpadeo lento: ese cerrar y abrir de ojos pausado que, en el mundo felino, significa confianza y cariño. Un “te quiero” sin palabras.

5. El mapa secreto de las caricias: aprender dónde acariciar (y dónde no) a un gato es casi un arte. Cada uno tiene su propio “manual”, y solo quienes conviven con ellos lo memorizan al detalle.

6. Los objetos en los bordes no están a salvo: llaves, gafas, vasos… todo lo que esté cerca del borde de una mesa está en peligro. Para el felino, empujarlos al vacío no es travesura, es pura curiosidad científica.

7. La caja siempre es mejor que el regalo: no importa cuánto costó la cama nueva o el rascador último modelo; al final, la caja en la que venía será el objeto de deseo. Y lejos de frustrarse, los humanos terminan guardándola.

8. Los alias superan al nombre oficial: aunque el gato tenga un nombre formal, en casa acaba acumulando diminutivos, apodos absurdos y sobrenombres cariñosos que solo entienden quienes lo conocen.

9. Inspección felina obligatoria: nada, absolutamente nada, entra en casa sin que el gato lo revise: bolsas, maletas, paquetes o chaquetas pasan por su riguroso control de calidad.

10. El celular, galería exclusiva de fotos gatunas: la mayoría de las personas que tienen un minino tienen también un teléfono repleto de fotos, casi idénticas, de su minino. Y ninguna sobra.

Así como lo explica la autora, la convivencia con un peludo de 4 patas no es sólo compartir espacio, sino dejarse conquistar por sus costumbres, sus caprichos y, sobre todo, por su manera única de demostrar afecto.

Pam Johnson-Bennett: la mujer que cambió la forma de comprender a los gatos

Pam Johnson-Bennett (Instagram/thinklikeacat)
Pam Johnson-Bennett (Instagram/thinklikeacat)

Desde 1982, Pam ha dedicado su carrera al estudio y análisis del comportamiento gatuno, ofreciendo consultas, escribiendo artículos y participando en programas de radio y televisión. Su trabajo con la serie “Psycho Kitty” (Gatito Loco) y como portavoz de campañas como “Feline Generous” (“Felino Generoso”) ha ayudado a visibilizar a los gatos de refugio y promover su adopción.

Autora de ocho libros superventas, su obra “Piensa como un gato” es considerada la referencia principal para comprender y educar a los gatos, utilizada por veterinarios, refugios y especialistas. Además, su libro “CatWise” (Consejos Gatunos) responde a las dudas más comunes sobre gatos y “Cat vs Cat” (Gato contra Gato) fue pionero en abordar la convivencia entre varios felinos.

Ha destacado con numerosos premios por su labor educativa y ha trabajado en campañas nacionales, como la de Ultimate Cat Habitat (“El Hábitat Ideal para Gatos”), que promueve el enriquecimiento ambiental para los mininos. También ha sido reconocida por haber colaborado con Friskies en iniciativas para mejorar la vida de los gatos en refugios.