El valiente acto de un perro de 17 años para ahuyentar a un oso negro que irrumpió en su casa

El oso portaba un collar de rastreo, lo que indica que no es su primera vez cerca del vecindario; las imágenes muestran cómo un perro mayor de raza labrador lo enfrentó sin dudar

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Una mujer reportó que durante la madrugada un oso negro se metió en su casa, y quien salvó el día y lo ahuyentó fue su perro labrador de 17 años llamado Doodle. Crédito: —(Instagram, @zoecadman_)

Una mujer pasaba una noche tranquila en su casa durmiendo plácidamente cuando el sistema de alerta del hogar le alertó por un visitante intruso. Al revisar las cámaras, halló un gran oso negro paseando por todos lados en busca de comida, sin embargo, ante el miedo por el imponente anima, la joven entró en pánico.

De acuerdo con su propio relato, la mujer “huyó” del lugar y fue su perro de 17 años llamado Doodle quien salvó la noche y el desayuno del día siguiente al lograr hacer que el oso se alejara. El insólito incidente ocurrió la madrugada del sábado 14 de junio en esta localidad cercana a las montañas de San Gabriel, una zona donde la presencia de osos no es rara, pero pocas veces se vive una experiencia tan cercana.

La mujer relató que los primeros en notar al animal fueron sus vecinos, quienes lo habían visto deambular por los alrededores horas antes. Según narró la dueña, el oso ingresó por una puerta mosquitera rota y recorrió la vivienda durante varios minutos y las cámaras de seguridad registraron todo.

El diminuto héroe que enfrentó al intruso

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El oso llevaba etiquetas en el cuello, lo que indica que en más de una ocasión lo han capturado cerca de la zona residencial—(Instagram, @zoecadman_)

Zoe Cadman es la mujer de Los Ángeles que presenció al úrzido, quien al principio intentó asustarlo haciendo ruidos fuertes, sin embargo no tuvo éxito alguno. En cambio, Doodle, su perro mayor, fue quien realmente se encargó de resolver la situación.

En las imágenes captadas se observa cómo el oso explora la cocina con calma hasta que aparece el can, que, pese a su avanzada edad, no dudó en enfrentarlo.

Doodle se acercó con determinación, ladrando sin cesar y marcando su territorio. El oso, que portaba un collar de rastreo colocado por autoridades de vida silvestre, se mostró curioso pero no agresivo. En un momento, ambos animales se miraron fijamente, casi tocándose las narices. Según Cadman, el oso llegó a extender una de sus patas hacia el perro, sin embargo, Doodle esquivó el contacto y continuó ladrando hasta que, finalmente, el visitante decidió retirarse de la vivienda.

“No puedo creer lo que pasó”, escribió Cadman en redes sociales al compartir el video del incidente. “¡Imaginen despertar en mitad de la noche y encontrar un oso enorme hurgando en su nevera! ¡Grité y salí corriendo, pero fue Doodle quien me salvó!”, se lee en su publicación de Instagram.

Los vecinos de Cadman también tuvieron encuentros con el mismo animal en días recientes. “Hemos visto a este oso varias veces”, declaró Lilly Martínez a la cadena NBC 4. “Entró en otras casas, se metió a las cocinas, comió helado y pizza, y hasta se metió a la alberca. Es parte de vivir aquí”.

Así como la valentía de Doodle, existen otros casos de caninos que enfrentan a algunos animales salvajes que ingresan a sus hogares. En 2022, por ejemplo, una perra llamada Eva se volvió noticia tras enfrentarse a un puma en el norte de California para defender a su dueña. Aunque Eva resultó gravemente herida y posteriormente falleció, su valentía fue reconocida por miles de personas.

Más recientemente, un perro llamado Duke protagonizó otro acto de coraje al enfrentarse a una jauría de coyotes en un vecindario de Los Ángeles. Gracias a su intervención, logró evitar un posible ataque, y tras ser rescatado, fue adoptado por una familia que conoció su historia a través de las redes sociales.

Una convivencia inevitable en zonas cercanas a la montaña

Perro defiende su casa de
Perro defiende su casa de un oso negro —(Captura de video)

Monrovia, en California, al igual que otras comunidades situadas junto a las montañas de San Gabriel, experimenta desde hace años una creciente interacción entre la vida silvestre y los habitantes. La expansión urbana, combinada con la cercanía a áreas boscosas, provoca que este tipo de encuentros se vuelvan más frecuentes.

“El problema no es nuevo. Ellos estaban aquí primero”, expresó Austin Hart, otro residente, al ser entrevistado por medios locales. “Los osos bajan a buscar comida, sobre todo cuando hay escasez de alimento en su hábitat. Por suerte, la mayoría son bastante tranquilos. Pero claro, siempre es un riesgo”.

El oso protagonista de este caso llevaba un collar de rastreo, lo que indica que ya había sido identificado por las autoridades. Sin embargo, esto no impidió que deambulara libremente por el vecindario en busca de alimento. Las autoridades recuerdan que en estos casos lo más recomendable es no dejar basura ni comida al alcance y mantener puertas y ventanas cerradas, especialmente durante las noches.