Taylor Swift y Travis Kelce, los guepardos rescatados con un lazo inseparable y una tierna historia de amor

Aunque no cantan ni juegan futbol, los guepardos Taylor y Travis han conquistado corazones con su historia de supervivencia al tráfico ilegal y su fuerte conexión desde que se vieron por primera vez

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Según el centro, el guepardo Travis Kelce es "juguetón, confiado y tiene una racha ganadora", como su tocayo. Crédito: —(TikTok, @ccfcheetah)

En medio de los desafíos del tráfico ilegal de fauna silvestre, una historia de recuperación y compañía se desarrolla en el Centro de Rescate y Conservación de Guepardos en Somalilandia. Dos cachorros de guepardo huérfanos, bautizados en honor a la cantante Taylor Swift y al jugador de futbol americano Travis Kelce, han formado un lazo inseparable que captura la atención del público y de los conservacionistas.

Ambos felinos fueron rescatados por el Fondo para la Conservación del Guepardo (Cheetah Conservation Fund, CCF) tras ser víctimas del comercio ilegal de vida silvestre, una amenaza que continúa afectando severamente a las poblaciones de guepardos en el Cuerno de África. En un entorno seguro y supervisado, estas crías de grandes mininos no solo recuperan físicamente, sino que también han desarrollado una conexión que resalta el valor de la conservación animal.

Más allá del simbolismo de sus nombres, Taylor y Travis representan una historia de supervivencia y cuidado. Su vínculo, descrito como cercano e inseparable por el personal del centro y da lugar a una narrativa que permite visibilizar la urgencia de proteger a los guepardos y a otras especies vulnerables ante la presión del tráfico ilegal.

Taylor Swift y Travis Kelce, los guepardos con un vínculo singular

El Fondo para la conservación
El Fondo para la conservación de los guepardos comentó que los felinos Taylor y Kelce pasan juntos mucho tiempo, ya sea para jugar o descansar. —(TikTok, @jane.evghenia)

En abril de 2025, el Fondo para la Conservación del Guepardo rescató a una cría huérfana de guepardo, víctima del comercio ilegal de fauna silvestre. Con apenas kilo y medio de peso y escasas posibilidades de supervivencia, la cachorra fue trasladada al centro especializado que la organización mantiene en Somalilandia, una región clave para la conservación de esta especie.

La cría fue nombrada “Taylor Swift”, en homenaje a la conocida afición de la cantante por los gatos. A su llegada, recibió atención médica inmediata, una dieta especializada y un programa de entrenamiento táctil diseñado para facilitar futuras intervenciones veterinarias, incluyendo el proceso de vacunación. La doctora Laurie Marker, fundadora y directora ejecutiva del CCF, explicó que este entrenamiento es clave para desensibilizar a los cachorros al contacto físico y facilitar los cuidados a largo plazo.

“Taylor respondió rápidamente al tratamiento y al nuevo entorno. Su progreso es un testimonio del compromiso del equipo y de la resiliencia de estos animales”, señaló Marker en un comunicado. Otro portavoz del centro agregó que la cachorra “lo estaba haciendo muy bien”, dijo y confirmó que la recuperación de Taylor es constante desde su llegada.

El Centro de Rescate y
El Centro de Rescate y Conservación del Guepardo en Somalilandia alberga a decenas de felinos víctimas del tráfico ilegal. —(TikTok, @jane.evghenia)

Semanas después del rescate de Taylor, el centro recibió a una camada de cuatro cachorros huérfanos más, todos hermanos de aproximadamente cinco meses de edad. También víctimas del tráfico ilegal, estos felinos fueron introducidos cuidadosamente al ambiente del centro y, eventualmente, a la presencia de Taylor, con quien comenzaron a socializar.

De inmediato, uno de los nuevos integrantes destacó por establecer una conexión especial con Taylor. Según el personal del CCF, este cachorro mostró una personalidad definida al ser juguetón, seguro de sí mismo y con una notable confianza. En alusión a estas características, que evocan al ala cerrada de los Kansas City Chiefs, el centro decidió llamarlo “Travis Kelce”.

A partir de entonces, los dos cachorros comparten gran parte de su tiempo juntos. “Se acicalan mutuamente, duermen la siesta uno al lado del otro y participan en juegos bruscos pero amistosos”, detalló el centro en una declaración pública. Esta convivencia cercana es interpretada por el personal como una suerte de “historia de amor” animal.

El rescate y adaptación de los guepardos Taylor y Travis es solo un éxito individual, sino también un recordatorio de los desafíos que enfrenta la especie. Esta especie felinos de nombre científico Acinonyx jubatus es considerado el mamífero terrestre más rápido del mundo, se encuentra catalogado como vulnerable por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), y su población continúa disminuyendo.

Una conexión que impulsa la conservación

La guepardo Taylor Swift tiene
La guepardo Taylor Swift tiene entre tres y cuatro meses, mientras que Kelce fue descrito con cinco meses de edad.—(Instagram, @ccfcheetah)

El Fondo para la Conservación del Guepardo opera en Somalilandia como una respuesta directa al creciente tráfico de guepardos, especialmente cachorros, que son capturados para ser vendidos como mascotas exóticas en mercados ilegales de Medio Oriente y Asia. Se estima que tan solo uno de cada seis cachorros sobrevive al proceso de contrabando.

El uso de nombres populares como Taylor Swift y Travis Kelce genera un alto nivel de atención en medios y redes sociales, lo cual no es casual. El CCF opta por esta estrategia para llamar la atención sobre la conservación del guepardo, una causa que a menudo queda relegada frente a otros temas de mayor cobertura global.

“Estos nombres ayudan a que las personas conecten emocionalmente con la historia de los animales, y esa conexión puede transformarse en acción”, explicó un portavoz del centro en un comunicado. No se trata únicamente de una anécdota viral, sino de una forma efectiva de dar visibilidad a un problema urgente que amenaza a una especie icónica del continente africano.

Actualmente, tanto Taylor como Travis continúan bajo supervisión veterinaria y muestran un desarrollo positivo en su entorno. Se espera que en el futuro, una vez que estén completamente adaptados, puedan formar parte de programas de reproducción en cautiverio o de reintegración controlada en áreas protegidas.