¿La Luna de Fresa afecta a tus mascotas? Así impacta la luna llena en perros y gatos

La luna llena de junio, conocida como Luna de Fresa, podría influir en el comportamiento de nuestros canes y felinos; esto es lo que produce, cómo cuidar a las mascotas y qué dice la ciencia al respecto

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Si bien no todas las
Si bien no todas las mascotas se ven afectadas, durante la luna de fresa, perros y gatos presentan comportamientos inusuales como inquietud, ansiedad o hiperactividad. - (Imagen Ilustrativa Infobae)

Cada vez que la luna llena se asoma con nombre poético—como la llamada Luna de Fresa, que este año alcanzó su punto máximo el 11 de junio—no faltan las preguntas sobre sus posibles efectos en la conducta humana y animal. Y aunque el término puede sonar romántico, algunos cuidadores aseguran notar que sus mascotas están más inquietas, agitadas o alteradas durante este tipo de plenilunios. ¿Mito, percepción subjetiva o fenómeno real?

Sobre la luna de fresa, la ciencia aún no ofrece respuestas concluyentes. Pero lo cierto es que la luna llena altera la luminosidad nocturna de forma significativa, y esta simple variable puede tener efectos en especies tanto salvajes como domésticas. Estudios y reportes veterinarios indican un aumento en visitas por lesiones o conductas fuera de lo habitual en perros y gatos durante las noches de luna llena, aunque no siempre se puede atribuir a una relación causal directa.

Lo que sí es claro es que los animales—sobre todo aquellos que todavía conservan ritmos biológicos más conectados con la naturaleza—pueden responder a estímulos ambientales como la luz, el ruido o la actividad humana nocturna. En ese sentido, más que una “luna mágica”, la Luna de Fresa representa una noche más iluminada, activa y, por tanto, potencialmente más estimulante para nuestras mascotas.

¿Cómo puede influir la luna llena en perros y gatos?

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Aunque su nombre evoca imágenes dulces y veraniegas, la luna llena de junio podría estar detrás de ciertas conductas inusuales en perros y gatos.- (Imagen Ilustrativa Infobae)

La “Luna de Fresa” debe su nombre a las tribus nativas americanas que asociaban esta fase lunar con la temporada de cosecha de fresas silvestres en el hemisferio norte. Aunque este avistamiento lunar no tiene algún “poder especial” sobre las mascotas, al ser una luna llena —la más baja del año en este caso— puede tener repercusiones prácticas. La mayor luminosidad nocturna es el factor con más probabilidad de alterar el comportamiento animal.

De acuerdo con Zooplus, en perros se registran aumentos de hasta un 28% en visitas veterinarias durante lunas llenas, muchas de ellas asociadas con accidentes o comportamientos impulsivos como ladridos excesivos, ansiedad o dificultades para dormir.

En gatos, ocurre algo similar, ya que las clínicas veterinarias reportan un aumento del 23% en heridas durante este periodo lunar, lo que sugiere que salen más, exploran con mayor libertad o se enfrentan a otros animales, según datos recogidos por el Journal of the American Veterinary Medical Association. La luz extra puede desinhibir sus patrones naturales de descanso y fomentar la actividad nocturna, lo que en gatos callejeros o con acceso al exterior implica más riesgos.

“La luz intensa cambia la percepción del entorno para muchos animales, incentivando el juego, la caza o la exploración”, señala el veterinario etólogo Daniel Mills. Esto puede ser especialmente relevante en gatos, cuyas conductas nocturnas tienden a intensificarse, volviéndolos más propensos a accidentes o peleas.

A esto se suman testimonios de cuidadores que aseguran ver en sus mascotas comportamientos inusuales. En redes sociales como Reddit o Tik Tok abundan las declaraciones de dueños de mascotas que comentan que hay desde más vocalizaciones en perros hasta juegos bruscos o movimientos erráticos en gatos. Si bien esta evidencia es mayoritariamente anecdótica, está respaldada por una observación reiterada que la ciencia aún no logra explicar del todo.

¿Cómo cuidar a las mascotas durante una luna llena?

La Luna de Fresa no
La Luna de Fresa no tiene propiedades esotéricas ni mágicas que afecten a las mascotas, pero sí ofrece un entorno diferente: más brillante, más activo y, por tanto, potencialmente más disruptivo para quienes dependen del entorno para regular su comportamiento. – (Imagen Ilustrativa Infobae)

Más allá de los perros y gatos domésticos, se sabe que muchas especies sincronizan ciertos comportamientos vitales con los ciclos lunares. Anfibios, reptiles, peces e insectos utilizan la luna para orientar sus migraciones, apareamientos o patrones de alimentación. Algunos estudios incluso sugieren que los ciclos lunares pueden afectar hormonas relacionadas con la melatonina y el sueño.

Esto no significa que todas las mascotas reaccionen a la luna llena. Al contrario: muchas no muestran ningún cambio. Pero si un perro o gato ya es propenso a la ansiedad, al nerviosismo o a la hiperactividad, una noche inusualmente brillante y cargada de estímulos puede ser suficiente para desestabilizar su rutina.

Aunque no todos los animales reaccionan igual ante la luna llena, existen algunas recomendaciones generales que pueden ayudar a reducir el impacto del fenómeno astronómico en su bienestar emocional y físico. Las sugerencias de cuidado son las siguientes:

1. Crear un ambiente seguro: Durante las noches de luna llena, se recomienda mantener a los perros y gatos dentro de casa o en espacios controlados, evitando que salgan sin supervisión. La mayor actividad nocturna, tanto propia como de otros animales, puede aumentar el riesgo de accidentes, heridas o pérdidas.

2. Minimizar la estimulación lumínica: Si la mascota muestra señales de inquietud, reduce al máximo la exposición a fuentes de luz intensa. Cerrar cortinas, apagar luces externas o colocar mantas sobre las jaulas o camas puede ayudar a crear un entorno más tranquilo.

3. Brindar contención emocional: Las caricias, la rutina y la cercanía pueden ser factores clave para que un perro o gato se sienta más seguro. Si tu animal presenta ansiedad durante estas noches, asegúrate de dedicarle tiempo y ofrecerle actividades que calmen su mente, como juegos suaves o juguetes interactivos.

4. Consultar con el veterinario: En caso de observar signos persistentes de ansiedad, insomnio o agresividad, es aconsejable consultar con un profesional. En algunos casos, podrían ser necesarios suplementos calmantes o cambios en el ambiente diario.

Observar y conocer a cada mascota en particular es la mejor manera para identificar cuándo algo está fuera de lo habitual.