La historia de Sally, la gata que dejó de caminar y luchó contra una enfermedad mortal

Esta minina de 10 meses fue diagnosticada con peritonitis infecciosa felina, padecimiento que se considera incurable; luego de recibir tratamientos experimentales, se encuentra en recuperación y en busca una nueva familia

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Sally Skellington es una gata que se está recuperando de una presunta peritonitis infecciosa felina Crédito:—(Facebook, Austin Pets Alive!)

Cuando una gata llamada Sally Skellington dejó de caminar de forma repentina, su familia no imaginó que ese sería el inicio de una carrera contra el tiempo. La joven gata de apenas 10 meses fue llevada de urgencia a una clínica veterinaria en Texas, donde los especialistas descartaron múltiples causas antes de llegar a la sospecha de peritonitis infecciosa felina (PIF), una enfermedad que se considera mortal.

El diagnóstico cambió radicalmente la vida de Sally. Su familia, superada por la gravedad del caso, optó por entregarla al cuidado del refugio que la rescató cuando recién nació. A pesar de las complicaciones neurológicas y una etapa de incontinencia, la pequeña felina Skellington ha mostrado signos esperanzadores de recuperación a la vez que mantiene un temperamento dulce que conquista a todos quienes la conocen.

Luego de semanas de hospitalización, medicamentos intensivos y cuidados continuos, Sally está lista para comenzar una nueva etapa en un futuro hogar para siempre que le brinde amor, paciencia y apoyo mientras continúa recuperándose.

La resiliencia y dulzura de Sally Skellington

Cuando Sally dejó de caminar
Cuando Sally dejó de caminar solo tenía 10 meses de edad. —(Facebook, Austin Pets Alive!)

Luis Sánchez, representante de Austin Pets Alive! (APA), compartió que Sally fue entregada al refugio en medio de la crisis de salud que la dejó paralizada. Durante una semana permaneció internada, bajo estricta observación médica, mientras se intentaba estabilizar sus síntomas neurológicos y gestionar sus dificultades para ir al baño. Desde el 26 de marzo estuvo en el criadero, y se esperaba completar su tratamiento a mediados de abril.

“A pesar de sus limitaciones actuales, Sally está mejorando”, afirmó Sánchez en declaraciones para la revista People. “Tiene incontinencia, pero está progresando. Estaba tomando varios medicamentos tanto para los síntomas neurológicos como para el control intestinal. El pronóstico parece favorable”.

Según el mismo portavoz, la gatita posee “un temperamento muy dulce” y solo necesita un hogar comprensivo donde pueda continuar su proceso de recuperación. Aunque podría requerir ayuda ocasional para ir al baño o experimentar algún accidente, Sally ha demostrado un espíritu luchador que la convierte en una excelente candidata para adopción especial.

La APA, fundada en 1997, es clave en posicionar a Austin como una de las mayores ciudades estadounidenses donde no se sacrifica a animales rescatados, y su trabajo en casos como el de Sally refleja ese compromiso.

Después de un susto de
Después de un susto de salud, durante el cual Sally dejó de caminar repentinamente y fue llevada de urgencia a una clínica para determinar la causa de la parálisis—(Facebook, Austin Pets Alive!)

Durante décadas, la PIF fue considerada una de las enfermedades más devastadoras en gatos, debido tanto a su agresividad como a la falta de tratamientos efectivos. Su evolución rápida y su resistencia a los medicamentos tradicionales hacían que, tras el diagnóstico, los veterinarios solo pudieran ofrecer cuidados paliativos.

Para la fortuna de la gatita de casi un año, la APA “es pionera en tratamientos contra este padecimiento, dándole a gatos como Sally una oportunidad de luchar”. En una publicación de Facebook del 2 de abril el refugio publicó una serie de fotografías y un video en el que mostraron el progreso de recuperación de la minina, quien logró volver a dar sus primeros pasos después del tratamiento.

“Gracias a la atención innovadora y al tiempo para sanar, Sally ya está mejorando y recuperando sus fuerzas. ¡Ella incluso está empezando a caminar de nuevo!“, celebró la organización y pidieron donaciones para continuar con la ayuda para Sally y otros animales desfavorecidos.

Peritonitis infecciosa felina, causas y síntomas

La PIF en gatos es
La PIF en gatos es considerada mortal, sin embargo, tratamientos experimentales están dando esperanza a aquellos felinos que contraen el virus y reciben pronta atención médica.-(Facebook, )

La peritonitis infecciosa felina (PIF) es una enfermedad viral grave que afecta tanto a gatos domésticos como salvajes. De acuerdo con Purina, este padecimiento es causado por una mutación del coronavirus felino (FCoV), un patógeno común entre los felinos, especialmente en ambientes de alta densidad como refugios, criaderos o colonias. Mientras que el FCoV típico suele provocar síntomas leves o incluso pasar desapercibido, su mutación puede desencadenar una forma letal, es decir, el virus de la PIF (VPIF).

Esta variante mutada invade el sistema inmunitario del gato, particularmente los macrófagos —glóbulos blancos encargados de combatir infecciones—, lo que desata una respuesta inflamatoria intensa y perjudicial en los órganos vitales. De ahí su carácter sistémico y su alta letalidad.

Según la página de Royal Canin, existen dos formas clínicas principales de PIF que son la efusiva (o húmeda), que genera acumulación de líquidos en cavidades como el abdomen o el tórax; y la no efusiva (seca), caracterizada por lesiones granulomatosas en órganos internos, incluyendo el sistema nervioso, los riñones o los ojos.

Los síntomas iniciales pueden ser inespecíficos como fiebre persistente, letargo, pérdida de apetito, y en la forma húmeda, distensión abdominal. En casos más avanzados, pueden presentarse ictericia, dificultades respiratorias o síntomas neurológicos, como ocurrió con Sally. La enfermedad suele desarrollarse en gatos jóvenes, inmunodeprimidos o sometidos a altos niveles de estrés.

A pesar de que en el pasado se consideraba la PIF como una enfermedad mortal, tatamientos experimentales como el antiviral GS-441524 —que aún no cuenta con aprobación oficial en muchos países—demuestran mejorar significativamente el pronóstico en algunos pacientes. Aun así, su acceso está limitado, y el tratamiento debe iniciarse en fases tempranas para tener éxito. Por ello, la educación sobre la enfermedad y la detección oportuna siguen siendo pilares fundamentales para reducir su impacto.

La prevención, por su parte, pasa por el control riguroso del entorno, por lo que es indispensable evitar la sobrepoblación felina, mantener una buena higiene en las cajas de arena, desinfectar superficies compartidas y reducir el estrés en grupos de gatos. Aunque la enfermedad no es contagiosa para los humanos, el virus puede transmitirse fácilmente entre gatos, principalmente por la vía fecal-oral, lo que convierte a los entornos comunitarios en focos de alto riesgo.