
La edición 2025 del Festival de Cannes celebró a sus estrellas más peludas con el tradicional Palm Dog, un galardón que premia a los mejores actores caninos del cine contemporáneo. Panda, una perra pastor islandés, fue la gran ganadora de este año.
Durante una jornada atípica en el calendario del glamuroso Festival de Cine de Cannes, los reflectores se desviaron momentáneamente de las figuras humanas para enfocarse en los asistentes de cuatro patas. La ceremonia del Palm Dog, celebrada en la carpa Plage du Festival a lo largo del bullicioso bulevar Croisette, cumplió su 25.º aniversario rindiendo homenaje a los perros actores que han dejado huella en la gran pantalla.
En un ambiente festivo que contrastó con el habitual protocolo de la alfombra roja, decenas de personas —con copa de vino en mano— ovacionaron a los caninos galardonados, quienes, entre ladridos y brincos, parecían disfrutar el evento tanto como sus compañeros humanos. La edición de este año no solo reafirmó la popularidad del Palm Dog, sino que también destacó el creciente reconocimiento del papel emocional y narrativo que los animales desempeñan en el cine contemporáneo.
Panda, la estrella con patas que emocionó al jurado

La ganadora absoluta fue Panda, una perra pastor islandés que protagoniza The Love That Remains, dirigida por el cineasta islandés Hlynur Pálmason. Su actuación, íntimamente ligada al desarrollo familiar de la trama, fue reconocida por el jurado como esencial para el alma de la película, que fue presentada fuera de competencia.
Panda no es una actriz común. En la vida real es la mascota del propio director Hlynur Pálmason, y en la película comparte escena con sus hijos, también actores del elenco. Esta cercanía familiar no solo aportó autenticidad a la narrativa, sino que convirtió a Panda en una presencia constante y entrañable en la historia. Desde las excursiones por paisajes nevados hasta las sesiones en el estudio de arte de la madre, Panda acompaña a sus dueños en cada paso, en un retrato fílmico de intimidad y afecto.
“Este año hubo muchos competidores excelentes, pero este perro está en el corazón de la película”, explicó Wendy Mitchell, integrante del jurado, en entrevista con Reuters. Aunque Panda no pudo asistir a la ceremonia, envió un video desde Islandia, luciendo el icónico pañuelo rojo bordado con las palabras “Palm Dog 2025”. El productor Anton Mani Svansson recogió el galardón en su nombre y destacó el carácter sencillo de la protagonista: “Es una verdadera estrella con los pies en la tierra”.
El Palm Dog es históricamente testigo de momentos memorables. En 2019, Quentin Tarantino se presentó en persona para recoger el premio ganado por Brandy, la pitbull de Once Upon a Time... in Hollywood. Dos años después, Tilda Swinton asistió con sus tres perros, ganadores por The Souvenir II. Este año, Panda se suma a la lista de celebridades caninas que han dejado huella en Cannes.
Premios con viajes por el desierto y escenas que roban cámara

Además del premio principal, el jurado entregó otros reconocimientos que celebran la diversidad de talentos caninos. El Gran Premio del Jurado fue para Pipa, una Jack Russell, y Lupita, una mestiza de podenco, por sus papeles en Sirât, una odisea emocional dirigida por el franco-español Oliver Laxe. En la película, ambas acompañan a un padre y su hijo en una búsqueda por el desierto marroquí. La actriz Jade Oukid, quien también participó en la cinta, estuvo presente para recoger el premio y compartió un emotivo recuerdo: Lupita, su perra en la vida real, falleció poco después del rodaje. “Estábamos tan felices de poder celebrar una vida tan corta”, añadió el fundador del Palm Dog, Toby Rose.
El premio “Mutt Moment”, destinado a reconocer la escena más memorable protagonizada por un perro, fue otorgado a Hippo, una dachshund de pelo largo, y un rottweiler por su participación en Pillion, una atrevida historia BDSM de motociclistas protagonizada por Alexander Skarsgård. En una escena destacada, ambos perros acompañan a sus dueños en una cita romántica nocturna. “Hippo lleva la película sobre sus pequeñas patas”, declaró el director Harry Lighton. “Ella es la verdadera dom de Pillion”, añadió, en alusión a su papel dominante en pantalla.
De acuerdo con AP, Toby Rose, fundador del Palm Dog, reflexionó sobre el valor de premiar a los perros en el cine. “A menudo me preguntan por qué deberían recibir premios”, comentó. “Para mí es bastante evidente —¿por qué Jack Nicholson recibiría un premio por Mejor... imposible? Es porque, cuando la cámara está sobre ellos y cumplen su papel, destacan”.
En sus 25 años de historia, el Palm Dog se ha consolidado como una cita infaltable para los amantes del cine y los animales. Lejos de ser una curiosidad anecdótica, este galardón visibiliza la contribución artística de los perros en la narrativa cinematográfica y les otorga, al menos por un día, el estatus de auténticas estrellas.
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