Félix, el oso que pasó 34 años de sufrimiento en un restaurante de Eslovenia, es trasladado a un santuario

En el país europeo, los osos tienen una población extensa; sin embargo, muchas personas cazan a los osos para colocarlos como atracciones o para ocupar sus pieles y su carne para productos exóticos

Guardar
El caso de Félix no
El caso de Félix no solo representa un triunfo para la protección animal, sino también un recordatorio de la urgencia de poner fin a la custodia privada de osos en condiciones inadecuadas.—(Four Paws)

Durante décadas, en algunos países europeos, fue común encontrar osos cautivos en recintos minúsculos al lado de restaurantes, donde eran utilizados como atracción turística para atraer a comensales. A estos animales se les conoce como “osos de restaurante”, una denominación que esconde una realidad de privación, encierro y sufrimiento prolongado.

Los osos son encerrados en jaulas sin espacio para moverse libremente ni acceso a un ambiente natural; por años (o todas sus vidas) viven privados de estímulos, sometidos a rutinas monótonas y frecuentemente en condiciones inadecuadas para su especie.

A pesar de las críticas que organizaciones internacionales de bienestar animal hicieron a estas costumbres, aún hay varios úsidos que sufren las consecuencias físicas y psicológicas de la falta de atención veterinaria, el aislamiento social y la exposición constante al público.

Uno de estos casos es el de Félix, un oso de edad avanzada que ha pasado la mayor parte de su vida encerrado en una jaula para atraer clientes a un restaurante en Eslovenia. Por fortuna, este animal podrá vivir el resto de sus días en un ambiente tranquilo gracias a un rescate que lo cambió todo.

El rescate y una deuda pendiente

Félix tiene 34 años y
Félix tiene 34 años y vivió la mayor parte de su vida en una jaula para atraer clientes a un restaurante. Su hermana Mascha murió antes de que pudieran ser rescatados.

Félix y su hermana Mascha compartieron toda su vida en un pequeño recinto anexo a un restaurante en Kočevje, Eslovenia. Ambos vivieron más de tres décadas en condiciones precarias, alejados de cualquier entorno natural. Lamentablemente, Mascha falleció a inicios de 2024, justo antes de que la organización de rescate Four Paws lograra intervenir para rescatarlos.

Debido a lo ocurrido con la hembra, se reforzó la urgencia de actuar con rapidez en el caso de Félix. Afortunadamente, tras una intensa campaña pública que reunió casi 100 mil firmas de apoyo, el propietario del animal accedió finalmente a entregarlo. El 8 de mayo de 2025, el equipo de la asociación de bienestar animal logró concretar el rescate. Félix, con 34 años de edad, se convirtió en uno de los últimos osos de restaurante en ser liberado en Eslovenia.

Según el comunicado de prensa del equipo de rescate, la avanzada edad de Félix no impidió que el traslado a su nuevo hogar fuera exitoso, gracias a un equipo profesional que incluyó la supervisión de un veterinario especializado de la Universidad de Medicina Veterinaria de Viena. La intervención reveló problemas de salud típicos de su edad como enfermedades articulares degenerativas, rigidez en las patas traseras, problemas visuales y afecciones dentales severas que requerirán tratamiento inmediato.

Aun cuando el rescate de Félix fue un momento de esperanza, la lucha no ha terminado pues otros osos eslovenos siguen viviendo en condiciones similares.

De acuerdo con el sitio de Four Paws, una osa de nombre Mici lleva más de 20 años en un pequeño recinto junto a un restaurante en Žirovnica, donde permanece sola desde la muerte de su hermano. Por su parte, Tim continúa en un recinto privado sin los cuidados veterinarios adecuados. Ambos requieren urgentemente ser trasladados a un entorno más apropiado, donde puedan recibir atención especializada.

Además de estos ejemplares, y el oso Mitko estuvo sufriendo en una jaula de hormigón desolada y sucia junto a un restaurante en el monte Nanos, Eslovenia. Lamentablemente, falleció en 2024 en el recinto donde pasó 30 años y solo días antes de que una inspección pudiera haberle cambiado la vida para siempre.

Tener a estos animales en cautiverio provocaban en muchos de ellos comportamientos estereotipados, signos de estrés crónico y enfermedades graves. Ante esta realidad, y tras años de presión por parte de grupos defensores de los animales, varios países, incluida Eslovenia, decidieron prohibir esta forma de mantenimiento, declarándola incompatible con el bienestar animal y la normativa moderna, pero aun hay esfuerzos ejecutar y salvar al resto de “osos de restaurante”.

Una nueva vida para Félix

Mientras Félix comienza una nueva
Mientras Félix comienza una nueva etapa en libertad, la esperanza sigue puesta en que los osos Mici y Tim también puedan conocer un futuro más amable.

Félix tuvo un viaje de ocho horas desde Eslovenia hasta el Santuario de Osos Arbesbach, en la Baja Austria, donde pasará sus años finales. Con una superficie total de 14 mil metros cuadrados y un recinto exterior de mil 600 metros cuadrados diseñado especialmente para osos mayores, el santuario ofrece a Félix un ambiente similar a su hábitat natural, con árboles, arbustos, rocas y un estanque de acceso fácil, incluso para un animal con movilidad reducida.

Su adaptación comenzó en un área de cuarentena más pequeña, donde puede aclimatarse poco a poco al nuevo entorno y ganarse la confianza de sus cuidadores. La caja interior está equipada con paja, heno y materiales confortables, y puede ser climatizada para garantizar su bienestar.

En sus primeros días, Félix exploró su nuevo espacio con cautela, cavó un hoyo y construyó su primera cama de paja, conductas naturales que pudo experimentar por primera vez en su vida.

El equipo del santuario, liderado por la veterinaria de fauna silvestre doctora Szilvia Kalogeropoulu, monitorea constantemente su evolución y diseñará un plan de tratamiento especializado conforme a los resultados de sus exámenes médicos. Además de las afecciones articulares y dentales, Félix necesitará apoyo nutricional y atención continua para mejorar su calidad de vida.

Según Eva Rosenberg, directora de Four Paws Austria, el objetivo es brindarle a Félix no sólo atención médica, sino también la tranquilidad emocional que nunca tuvo.

Su historia es una lección sobre el impacto del activismo colectivo y la importancia de garantizar a cada animal una vida digna, sin importar su edad o pasado.