Más de un 120 de buitres mueren al comer un elefante envenenado por cazadores furtivos en Sudáfrica

Si bien las autoridades lograron salvar a algunas aves, esta táctica es cada vez más frecuente y amenaza a la especie, que está en peligro de extinción

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Ochenta y cuatro buitres han
Ochenta y cuatro buitres han sido rescatados después de un envenenamiento masivo en el Parque Nacional Kruger, uno de los mayores incidentes de este tipo registrados en el sur de África. (EWT)

El Parque Nacional Kruger, uno de los santuarios de vida silvestre más emblemáticos de Sudáfrica, fue escenario de una de las tragedias ecológicas más devastadoras registradas en los últimos años.

El pasado 8 de mayo, más de 120 buitres, aves fundamentales para el equilibrio de los ecosistemas, murieron envenenados luego de que se alimentaran con el cadáver de un elefante, aparentemente contaminado deliberadamente por cazadores furtivos. Este episodio ha sido calificado por las autoridades y organizaciones conservacionistas como uno de los eventos de envenenamiento de fauna silvestre más graves ocurridos en África austral.

El caso produjo gran preocupación entre expertos en conservación y autoridades ambientales debido a la magnitud del daño. Estos animales se encuentran en peligro crítico de extinción y desempeñan un papel crucial para los ecosistemas africanos.

Una táctica letal

La tragedia ocurrida en Kruger
La tragedia ocurrida en Kruger no debe ser ignorada: es un recordatorio alarmante de la fragilidad de nuestros ecosistemas y de la necesidad imperiosa de proteger a las especies que los mantienen en equilibrio. —(AP)

Un total de 123 buitres —pertenecientes a especies clasificadas como en peligro o en peligro crítico de extinción— fueron encontrados sin vida en el parque de conservación de la fauna. Además, otros 84 ejemplares fueron rescatados con vida y trasladados con urgencia para recibir atención veterinaria intensiva.

El elefante fue envenenado por cazadores furtivos en una parte remota del enorme parque para recolectar partes de su cuerpo para el comercio ilegal de vida silvestre, según dijeron SANParks y Endangered Wildlife Trust, agencias responsables del parque.

De hecho, recalcaron que muchas especies de buitres están en peligro de extinción en África debido al envenenamiento y otras amenazas. Entre las aves afectadas en Kruger se encontraban los buitres del Cabo (20), los buitres orejudos (1) (en peligro de extinción) y los buitres dorsiblancos y encapuchados (102) (en peligro crítico de extinción).

Los cazadores furtivos aparentemente envenenaron al elefante para evitar que la presencia de buitres alertara a los guardabosques mediante su vuelo en círculos sobre el cadáver, una señal habitual que delata los restos animales y posibles actividades ilegales.

A pesar de la crueldad y magnitud del caso, el suceso no es un caso aislado, sino la manifestación más reciente de una práctica que se ha intensificado en los últimos años. De acuerdo con los reportes de las organizaciones de fauna silvestre, cada vez es más común el uso de pesticidas agrícolas altamente tóxicos para envenenar animales salvajes, particularmente elefantes y buitres.

En 2022, ya se había registrado un caso similar en el mismo parque, con 100 buitres y una hiena sin vida tras consumir los restos de un animal envenenado. Las autoridades advierten que, además de los buitres, otras especies como leones y hienas también están siendo blanco de estas toxinas, debido al creciente mercado ilegal de sus partes corporales, particularmente en la medicina tradicional africana y asiática.

El envenenamiento de buitres constituye un doble crimen: no sólo elimina a un depredador natural clave para el ecosistema, sino que también facilita otras actividades ilegales, como el tráfico de marfil y otros productos de la fauna silvestre. Gareth Tate, director del Programa de Aves Rapaces de EWT, dijo a la agencia de noticias AP que la situación es un “genocidio intencional de buitres”, y explicó que los órganos de estas aves, en particular sus cerebros, cabezas y patas, están siendo recolectados con fines comerciales y rituales, incluso con indicios de que partes envenenadas han llegado a mercados internacionales.

Una respuesta rápida salva 84 vidas

El piloto de SANParks, Bradford
El piloto de SANParks, Bradford Grafton, con uno de los buitres rescatados. —(SANParks)

La detección temprana del incidente fue posible gracias al sistema de vigilancia desarrollado por la EWT, que emitió una alerta tras identificar una actividad inusual en una zona remota de la sección Mahlangeni del Parque Kruger. Al recibir la señal, un equipo conjunto de SANParks y EWT se desplazó al lugar, encontrando la escena desgarradora: más de un centenar de buitres muertos rodeando el cadáver del elefante.

A pesar de la magnitud del desastre, se logró encontrar con vida a 84 buitres que presentaban signos severos de intoxicación. Las agencias rescatistas mencionaron en sus redes sociales que la operación desplegó helicópteros, ambulancias especializadas, 12 vehículos terrestres y más de 20 profesionales, entre guardabosques, veterinarios y personal técnico.

El tratamiento aplicado en el sitio incluyó la administración de atropina, que ayuda a contrarrestar los efectos de los pesticidas sobre el sistema nervioso, así como carbón activado para absorber las toxinas y una intervención especializada para vaciar los buches de las aves, donde todavía permanecía parte del veneno ingerido. Los animales fueron estabilizados en el campo antes de ser trasladados a centros de rehabilitación en ambulancias y helicópteros.

A pesar de los esfuerzos, cinco de los buitres rescatados fallecieron posteriormente. No obstante, 83 ejemplares sobrevivieron las primeras 24 horas críticas y se encuentran en recuperación, lo que representa una tasa de supervivencia cercana al 96 por ciento, una cifra alentadora considerando las condiciones extremas del rescate.

La amenaza al equilibrio ecológico

Un equipo conjunto de guardabosques
Un equipo conjunto de guardabosques de SANParks y Endangered Wildlife Trust (EWT) rescató a ochenta y cuatro buitres tras un devastador envenenamiento en el Parque Nacional Kruger. (EWT)

Más allá del impacto inmediato, este evento refleja una crisis ambiental de mayor alcance. La desaparición sistemática de buitres en el sur del continente africano tiene implicaciones ecológicas severas. Estas aves son esenciales en la limpieza de los ecosistemas, evitando la acumulación de cadáveres que podrían convertirse en focos de infección y propagación de enfermedades tanto para la fauna salvaje como para las comunidades humanas cercanas.

De acuerdo con Daily Maverick, en otras regiones del mundo, como la India, la disminución drástica de poblaciones de buitres provocó aumentos significativos en la presencia de perros salvajes y, como consecuencia, un alza preocupante en los casos de rabia. La experiencia demuestra que la desaparición de estas aves puede desencadenar efectos colaterales graves en términos de salud pública.

Ante esta crisis, las autoridades y organizaciones conservacionistas han hecho un llamado urgente a reforzar las medidas de vigilancia, sancionar el uso ilegal de pesticidas agrícolas y fortalecer la cooperación internacional para combatir el comercio ilegal de vida silvestre.