Riley, el perro que superó el abandono y se convirtió en héroe durante los incendios de California

Este pastor belga malinois, rescatado de un desierto, trabaja con un guía experto en zonas arrasadas por incendios extremos

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Riley, el pastor belga K9
Riley, el pastor belga K9 que ayuda en los incendios de Los Ángeles. -(ACK)

En medio de los devastadores incendios forestales que arrasaron con más de 16 mil hectáreas en California, Estados Unidos, un pastor belga malinois llamado Riley se convirtió en una pieza clave para localizar restos humanos entre los escombros. Este can de 8 años, junto a su guía Peter Sellas, trabaja con el Grupo de Trabajo 6 de Búsqueda y Rescate Urbano de California, una unidad patrocinada por el Departamento de Bomberos de Riverside y desplegada por la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA).

La labor de Riley y Sellas es crucial en escenarios de desastre, como el incendio en Altadena, una comunidad ubicada a 24 kilómetros del centro de Los Ángeles. Este siniestro, avivado por los vientos de Santa Ana que alcanzaron velocidades de hasta 160 kilómetros por hora, dejó un saldo de al menos 27 personas fallecidas y más de 12 mil 300 estructuras destruidas.

El pastor belga malinois, una raza originaria del noroeste de Bélgica, pertenece al Grupo de Pastoreo del American Kennel Club (AKC). Históricamente utilizado para el manejo de ganado, este perro se caracteriza por su inteligencia, confianza y capacidad para resolver problemas. Estas cualidades lo convierten en una opción frecuente para trabajos exigentes, como la búsqueda y rescate.

Un olfato excepcional para una tarea desafiante

La experiencia de más de
La experiencia de más de dos décadas del guía se combina con las habilidades extraordinarias del pastor belga malinois en complejas misiones.

Riley es un perro detector de restos humanos (HRD, por sus siglas en inglés), entrenado para identificar olores específicos, incluso en condiciones extremas. Según explicó Sellas, localizar a una persona fallecida en un incendio es una de las tareas más complejas para estos perros, ya que deben distinguir entre los olores de materiales quemados y los diferentes estados de procesamiento de un cuerpo humano.

De acuerdo con el portal de American Kennel Club, los perros como Riley poseen entre 200 y 300 millones de receptores olfativos, en comparación con los seis millones que tienen los humanos. Esta capacidad les permite diferenciar entre el olor de un animal muerto y el de una persona fallecida. Además, Riley fue entrenado para ignorar los rastros de animales, concentrándose únicamente en los de personas.

Para realizar su trabajo, Sellas divide el área de búsqueda en cuadrículas y guía a Riley por cada una de ellas. Cuando el perro detecta un cuerpo, se detiene y fija su mirada en su guía, esperando una recompensa. Según explicó Sellas, el premio puede ser un juguete de arrastre, que Riley recibe como reconocimiento por su esfuerzo.

El terreno calcinado y las altas temperaturas representan un desafío adicional para Riley. En ocasiones, el perro utiliza botines especiales para proteger las almohadillas de sus patas. Sellas señaló que Riley acepta usar este equipo sin problemas, lo que facilita su trabajo en condiciones adversas. Durante una misión reciente en Maui, donde también se registraron incendios devastadores, el suelo caliente hizo imprescindible el uso de esta protección.

El equipo trabaja jornadas de hasta ocho horas, con descansos regulares para hidratarse y recuperar energías. En algunos casos, las misiones pueden extenderse hasta 21 días, lo que requiere un perro con gran resistencia física y mental. Según Sellas, estas características, junto con la capacidad de Riley para manejar el estrés y adaptarse a situaciones desconocidas, lo convierten en un candidato ideal para este tipo de trabajo.

De abandono a héroe

La historia de Riley no
La historia de Riley no solo resalta la importancia de los perros en trabajos de rescate, sino también el impacto positivo que pueden tener en las vidas humanas.

La historia de Riley es tan extraordinaria como su labor. Según su cuidador, el perro fue encontrado en situación de calle en el desierto de Palmdale, California, por una mujer llamada Cathy Riley, quien lo llevó a un centro de rescate. En honor a ella, Sellas decidió nombrar al perro con su apellido.

Sellas, quien tiene más de 20 años de experiencia en búsqueda y rescate, entrenó a Riley dentro del sistema de FEMA. El proceso de entrenamiento tomó un año y se enfocó en desarrollar las habilidades naturales del pastor belga malinois, una raza conocida por su inteligencia, fortaleza y capacidad de trabajo.

Además de Riley, Sellas cuenta con otro pastor belga malinois llamado Cane, especializado en la búsqueda de personas vivas. Según explica la guía, los perros de búsqueda se entrenan para localizar personas vivas o fallecidas, pero no ambas, ya que los métodos y los estímulos son diferentes.

El vínculo entre Sellas y Riley es fundamental para el éxito de sus misiones. Trabajar juntos en condiciones extremas ha fortalecido su relación, basada en la confianza y el entendimiento mutuo. Sellas, quien perdió su propia casa en un incendio forestal en 2003, comprende el impacto emocional de estas tragedias y encuentra a su consuelo en el trabajo que realiza junto a Riley.

“Conozco la sensación de volver a casa y encontrarla totalmente destrozada”, expresó Sellas. El guía asegura que su trabajo le permite brindar un poco de paz a las familias que han perdido a sus seres queridos. Además, considera un privilegio poder trabajar diariamente con un perro tan excepcional como Riley.

De acuerdo con el American Kennel Club,, Riley es un ejemplo sobresaliente de las capacidades de esta raza. Su temperamento equilibrado y su disposición para trabajar bajo presión lo han llevado a ser descrito como un “unicornio”, debido a su habilidad para desempeñarse en situaciones de alto estrés sin perder su sociabilidad con otros perros y personas.