¿Cómo detectar el asma en gatos?, Estos son los síntomas de la enfermedad que afecta a los felinos

Se trata de una enfermedad crónica que puede ser controlada mediante un diagnóstico y tratamiento oportuno y modificaciones en el entorno del animal

Guardar
El asma felina afecta alrededor
El asma felina afecta alrededor del 1 y el 5 por ciento de estos animales.

La salud respiratoria de los gatos es un aspecto primordial que les garantiza una vida larga, plena y sin complicaciones. A menudo, los tutores se enfocan completamente en aspectos como la alimentación, la vacunación o el control de parásitos, pero las afecciones respiratorias también merecen especial atención.

Habitualmente, estos problemas pasan desapercibidos hasta que ya se encuentran en un estado avanzado o incluso crítico. Los gatos, al igual que los humanos, pueden desarrollar alergias estacionales, así como enfermedades crónicas que requieren diagnóstico y tratamiento oportuno para evitar complicaciones graves.

Detectar una enfermedad respiratoria tempranamente permite establecer tratamientos efectivos que mejoran significativamente la calidad de vida del felino. Entre las patologías respiratorias más relevantes se encuentra el asma, una enfermedad inflamatoria crónica que, si bien puede ser controlada, también puede derivar en situaciones de urgencia si no se trata adecuadamente.

Síntomas del asma en gatos

El asma en los gatos
El asma en los gatos es una inflamación en los bronquios que no les permite oxigenar de manera correcta.

El asma felino, también conocido como bronquitis alérgica o enfermedad bronquial felina, es una patología que afecta entre el 1% y el 5% de la población felina, siendo más común en gatos de edad joven a media, entre los cuatro y cinco años de edad, según el portal Vetfocus de Royal Canin.

Esta condición puede presentarse en cualquier raza, aunque algunos como el gato siamés muestran una mayor predisposición genética, así como aquellos animales que están expuestos a factores irritantes como el humo del tabaco, el polvo o el moho.

María Inés Rosatti, especialista en Medicina Felina, explica que este padecimiento es inflamatorio crónico que afecta los bronquios. Durante un episodio asmático, los bronquios se contraen e inflaman, dificultando la entrada y salida de aire en los pulmones del animal.

Algunos de los síntomas del asma felina incluyen dificultad respiratoria (disnea), respiración rápida y superficial (taquipnea), silbidos o ruidos al respirar debido al paso del aire por vías inflamadas, tos persistentes, y en casos más graves, respiración con la boca abierta y cianosis (coloración azulada de las mucosas debido a la falta de oxígeno). Acorde con Experto Animal, la tos de los gatos puede confundirse fácilmente con el acto de expulsar bolas de pelo; un factor importante para diferenciarlos, es que con el asma, el minino suele estirar el cuello, inclinar la cabeza hacia abajo y presentar espasmos respiratorios, sin llegar a expulsar nada.

El asma también cambia su estado de ánimo y se refleja con signos de apatía, cansancio excesivo e intolerancia al ejercicio, todos ellos consecuencia de una oxigenación insuficiente. Estas manifestaciones clínicas deben ser motivo de consulta inmediata con un profesional veterinario, especialmente si se repiten con frecuencia o se intensifican en determinadas épocas del año o en presencia de alérgenos.

Según Experto animal, el diagnóstico del asma felino usualmente se realiza por descarte, dado que no existe una prueba específica; sin embargo, las radiografías de tórax son necesarias para evaluar el estado de los pulmones y descartar otras enfermedades como neumonía, cuerpos extraños o problemas cardíacos. También pueden emplearse análisis de sangre, pruebas de alergia y estudios citológicos de las vías respiratorias.

Cómo prevenir el asma en mi gato

Una buena alimentación, poco estrés
Una buena alimentación, poco estrés y visitas constantes al médico, permiten mejorar la calidad de vida de los gatos.

Si bien el asma felina no tiene cura, existen múltiples tratamientos y estrategias que permiten controlar la enfermedad y ofrecer al gato una buena calidad de vida. El abordaje terapéutico tiene como objetivos reducir la inflamación de las vías respiratorias, mejorar el paso del aire y prevenir las crisis asmáticas.

Los principales tratamientos incluyen el uso de corticosteroides, que ayudan a disminuir la inflamación bronquial, y broncodilatadores, que permiten la expansión de las vías respiratorias. Estos fármacos pueden administrarse por vía oral, inyectable o mediante inhaladores adaptados con mascarillas especiales diseñadas para gatos.

Además del tratamiento farmacológico, es crucial modificar el entorno del gato para reducir la exposición a posibles desencadenantes ambientales. El portal de Kivet recomienda evitar areneros cerrados y arenas muy finas que produzcan polvo, pues con ambos se pueden irritar las vías respiratorias. También se sugiere eliminar el uso de aerosoles, inciensos, ambientadores y productos de limpieza agresivos. La ventilación regular del hogar, la limpieza con trapos húmedos en lugar de plumeros y la aspiración frecuente son medidas útiles para reducir la presencia de alérgenos en el ambiente.

Mantener un peso adecuado es otro factor clave en el manejo del asma felina, ya que el sobrepeso contribuye a dificultar la respiración. Una dieta equilibrada, rica en ácidos grasos omega-3, puede tener un efecto antiinflamatorio beneficioso para los gatos asmáticos.