Los perros expuestos a químicos domésticos tienen mayor riesgo de cáncer, según estudio

Aunque la investigación se enfocó en canes, sus hallazgos podrían ser relevantes para los humanos, ya que comparten el mismo entorno y presentan similitudes genéticas

Guardar
Algunos de los compuestos evaluados
Algunos de los compuestos evaluados permanecen en el ambiente décadas después de su prohibición (Imagen Ilustrativa Infobae)

Un reciente estudio de la Universidad de Duke reveló que los perros que viven en hogares con altos niveles de exposición a ciertos químicos presentes en productos domésticos comunes tienen más probabilidades de desarrollar cáncer de vejiga.

Los investigadores analizaron la exposición química en más de 100 perros mediante dispositivos de silicona colocados en sus collares durante cinco días, según reportó el medio británico The Guardian.

Estos dispositivos permitieron recolectar datos sobre 120 químicos diferentes, de los cuales aproximadamente 40 se encontraron en al menos la mitad de los perros estudiados.

Este hallazgo no sólo plantea preocupaciones sobre la salud de las mascotas, sino que también podría tener implicaciones para los humanos que comparten el mismo entorno y poseen similitudes genéticas con sus animales de compañía.

¿Cuáles son estos químicos?

En regiones cálidas se encontraron
En regiones cálidas se encontraron niveles más altos de exposición a químicos debido a la volatilidad de las temperaturas (Imagen Ilustrativa Infobae)

El estudio titulado Exposiciones ambientales y cáncer de vejiga canino: un estudio de casos y controles utilizando muestreadores pasivos de silicona encontró que entre los compuestos más preocupantes se encuentran los retardantes de llama altamente tóxicos, los ftalatos y el antraceno, un contaminante común del aire.

Según los investigadores, estos químicos están presentes de manera generalizada en los hogares y el entorno. Por ejemplo, los retardantes de llama, como los PBDE, se encuentran en muebles y dispositivos electrónicos, mientras que los ftalatos, como el benzilbutilo, se han utilizado en plásticos y pisos de vinilo.

Según The Guardian, aunque algunos de estos productos han sido prohibidos o eliminados del mercado en los últimos años, como los PBDE en 2004 y los ftalatos en pisos de vinilo en 2015, los materiales más antiguos aún pueden contener estas sustancias.

El estudio también destacó que los perros que estuvieron expuestos a una mayor variedad de químicos presentaron niveles más altos de marcadores asociados al cáncer de vejiga en sus muestras de orina. Esto refuerza la hipótesis de que la exposición acumulativa a múltiples químicos podría ser un factor clave en el desarrollo de esta enfermedad.

“Cuando se empieza a tener en cuenta la exposición acumulada a las sustancias químicas, resulta un poco desalentador, sobre todo si se intentan hacer cambios y tomar decisiones informadas sobre las cosas que se compran y se llevan a casa”, comentó Catherine Wise, coautora del estudio al medio británico.

Además, una de las principales formas en que los perros y los humanos están expuestos a estos químicos es a través del polvo doméstico, pues los compuestos químicos pueden desprenderse de los productos y acumularse en el polvo, que luego es inhalado o ingerido.

Estudios previos han demostrado que los juguetes de plástico para perros también pueden liberar sustancias químicas peligrosas, mientras que la contaminación del aire y el agua podría ser otra fuente de exposición, aunque este último aspecto no fue evaluado en el estudio.

El antraceno, un hidrocarburo aromático policíclico (PAH) que se produce durante la combustión, fue otro de los químicos destacados en la investigación. Este compuesto es común en áreas industriales o cercanas a carreteras principales, lo que sugiere que la contaminación ambiental también podría desempeñar un papel en la exposición química de los perros.

Además, el estudio encontró que los perros que vivían en regiones más cálidas presentaban niveles más altos de exposición química. Esto se debe a que muchos de los compuestos analizados son parcialmente volátiles, lo que significa que se liberan al aire con mayor facilidad a temperaturas elevadas.

Los canes expuestos a una gama más amplia de químicos mostraban niveles más altos de marcadores de cáncer, lo que sugiere que la combinación de múltiples sustancias químicas podría tener un efecto acumulativo en la salud.

Recomendaciones para reducir la exposición

El estudio plantea un paralelismo
El estudio plantea un paralelismo entre la salud de los perros y la de sus dueños por compartir entornos comunes (Imagen Ilustrativa Infobae)

Según Wise, el sistema regulatorio actual evalúa la toxicidad de los químicos de manera individual, sin considerar los efectos combinados de la exposición a múltiples sustancias. Esto, afirmó, podría estar contribuyendo al desarrollo de problemas de salud como el cáncer de vejiga tanto en perros como en humanos.

Aunque es prácticamente imposible eliminar por completo la exposición a estos químicos debido a su omnipresencia, Wise recomendó tomar medidas para reducirla.

Entre sus sugerencias se incluyen optar por productos domésticos sin fragancias, ya que los químicos tóxicos suelen añadirse a los perfumes, y limpiar el polvo con un trapo húmedo o utilizar aspiradoras con filtros HEPA para minimizar la acumulación de partículas químicas en el hogar.

“Incluso si es sólo un pequeño cambio, elija algo para reducir las exposiciones”, aconsejó Wise, destacando que pequeñas modificaciones en los hábitos de consumo y limpieza pueden marcar una diferencia a largo plazo.

Dado que las personas comparten el mismo entorno que sus mascotas y tienen similitudes genéticas con ellas, es posible que los mismos químicos que afectan a los perros también representen un riesgo para la salud humana.